Mis héroes ||Boku ni hero academia||

3.

Existen muchas cosas de las cuales arrepentirse, pero perder algo qué considerabas preciado es el dolor más fuerte qué hay.

Cuando estaba en segundo año, le dieron la noticia de qué su abuelo había fallecido y con ello, los recuerdos qué pasaron juntos. Sabía la noticia de que por la edad estaba teniendo complicaciones, pero que si se cuidaba podría estar bien.

Aún cuando un día tuvo un colapso que lo mantuvo en el hospital varias semanas Sayuri sabía qué estaba bien, "solo era una caída" decían, porque cada vez qué lo iba a visitar él tenía una sonrisa; no se veía enfermo, hablaba con ella, comía bien.

Pero era solo su cuerpo dando el último esfuerzo, las remontadas son peligrosas.

Sayuri hasta el día de hoy se seguía arrepintiendo de no haberlo visitado como de costumbre, sus padres tenían qué salir por un momento y no había nadie quien cuidara de su hermano de 5 años. Los hospitales no aceptaban niños qué apenas podían llevar sus kosei a las salas de recuperación, por lo qué no había otra elección.

Realmente no le gustaba.

La causa de muerte. Aparentemente una enfermedad sin cura qué hizo que su corazón simplemente no soportara más. Fue una persona terca y nunca aceptó operarse debido qué si lo hacía, volvería a aparecer así que simplemente dejó que la enfermedad avanzara.

A pesar de todo lo ocurrido no podía llorar, tenía tantas emociones mezcladas qué sus lágrimas no salían, era frustrante. El recuerdo de su abuelo que decía "no sirve llorar por alguien que ya está muerto, es mejor quedarse con los recuerdos" le mantenían la mente fresca.

Es por eso qué el día del funeral Sayuri se quedó un poco atrás, en sus manos tenía un ramo de lirios, él fue la persona qué le dio su nombre, le encantaba esta flor, por lo qué le dio un significado profundo.

Su mente no podía procesar lo qué estaba ocurriendo, los discursos que daban pasaban de largo y cuando pudo darse cuenta ya procedían con el entierro

Lo único qué escuchaba eran llantos, podía reconocer la de su hermano en alguna parte, era pequeño pero le tenía bastante cariño, le encantaba escuchar sus historias de cuando era joven mientras esperaban a la hora de la cena.

A Sayuri también le encantaban esos momentos

Cuando la mayoría dejaba el lugar ella todavía estaba parada en su lugar, su vista en solo el montículo de tierra esperando que en algún momento apareciese su abuelo y el que enterraron fuera otra persona.

Aún no quería aceptar la realidad. La fuerza de sus manos se debilitó, causando que el ramo cayera ante sus pies.

Es por eso qué no se daba cuenta de sus amigos detrás de ella, sabían el cariño qué le tenía y no saber qué hacer les causaba una molestia. Cuidadosamente iban acercándose a ella.

—¿Por qué tuvo qué morir? en ningún momento se mostró enfermo, como es que de un día para otro...—. Sus palabras no le salían, el nudo qué tenía en la garganta le impedía desbarrar.

Cuando estuvieron lo suficientemente cerca Sayuri, puso sus manos temblorosas sobre sus brazos, apretando sus puños hasta qué sus nudillos se volvieron blancos

—Solo por esta vez, ¿podemos actuar como éramos antes?— Lo único qué quería era consolación y por primera vez en la vida fue sincera con ellos dos y cómo le dolió qué se hayan distanciado.

Ambos no respondieron, solo se dedicaron a mirar hacia el frente sin saber qué hacer o decir.

Si su presencia podía calmar a su persona más preciada, pasarían horas junto ella sin importar lo qué pasara.