8- Oportunities and surprises

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Más de un mes ha ha pasado desde aquel encuentro con Roseanne. Había pasado Acción de Gracias con Ten y Minnie, cenando tranquilamente, en familia.

Ahora estábamos a principios de diciembre; las navidades nunca fueron mi época favorita de celebraciones, ni tampoco de mi hermano. Supongo que el ambiente que había en casa de mis padres no invitaba a hacerlo.

Pero ahora tenía un motivo para cambiarlo; este año Megan todavía era pequeña, pero a partir del año que viene ya podría empezar a disfrutar de la navidad y de los regalos. Aún así, Minnie me contó que Jake estaba como loco, comprando regalos para Megan. Me reía mientras la reprendía y les decía que la iban a mimar demasiado... pero como decía mi hermano, todo por su pequeña.

Apenas había visto a Roseanne; no habíamos coincidido en los turnos, y las pocas veces que nos habíamos visto apenas sólo nos saludábamos y ella me preguntaba por la niña; le respondía escuetamente, y cuándo se pasaba por el servicio intentaba evitarle.

Un día, la doctora Sanders me llamó a su despacho. Extrañada, me dirigí hacía allí nerviosa...¿habría hecho algo mal?.

Toqué a la puerta; y al darme ella permiso, entré.

-Siéntate Lalisa- me indicó con amabilidad.

Una vez sentada, esperé pacientemente a que ella terminara con un informe. Al acabar, levantó la vista, para empezar a hablarme.

-Bien Lalisa, háblame de tus impresiones en estos primeros seis meses de residencia-.

Tomé aire, mientras le relataba mis impresiones y mis dudas. Ella me escuchaba atentamente, sin interrumpirme.

Al terminar, pareció meditar unos segundos, antes de dirigirse a mi de nuevo.

-Bien, me alegra que estés a gusto en el servicio; he hablado con Mina y Joshua, y me han hablado muy bien de tu progreso y de cómo te desenvuelves. Por lo tanto... creo que es hora de que empieces a pisar los quirófanos- me dijo, mientras mis ojos se abrían por la sorpresa.

-Por el principio irás sólo a las operaciones programadas, y siempre bajo la supervisión de un adjunto. Para las urgencias ya habrá tiempo más adelante- me explicó, mientras se levantaba y se sentaba a mi lado. Me gustaba charlar con ella; aunque era la jefa del servicio, siempre se preocupaba por todos nosotros y nos preguntaba qué tal nuestra vida fuera del hospital... era tan cercana y amable... tan distinta a mi padre.

-Bien, ¿cómo está la pequeña Megan?- me interrogó con una sonrisa.

-Está bien; ha estado muy molesta por la salida de los dientes, y ya empieza a sentarse ella sola, aunque poco le dura el equilibrio- admití con una sonrisa.

-Ahhh, que recuerdos; Monique también lo pasó mal con la dentición, y Jason a esa edad ya casi se echaba a gatear- me dijo hablándome de sus hijos.

-¿Crecen muy deprisa, verdad?- le pregunté; la verdad es que los casi ocho meses de vida de mi pequeña se me habían pasado sin darme cuenta.

-Si, eso es cierto; pasan muy rápidos los años... y más criándoles sola- me dijo mientras me miraba.

No supe qué responder, mientras me seguía explicando.

-Martin, mi marido, falleció cuándo mi hijo pequeño era prácticamente un bebé; Monique tenía tres años- me dijo.

-No lo sabía, lo siento mucho- le contesté.

Ella me sonrió, para seguir hablando.

-Tranquila; han pasado casi veinte años- dijo con un suspiro, para después seguir -por eso te comprendo, y veo el esfuerzo que haces. Puedes criar a tu hija y no descuidas tu carrera; tienes vocación, y mucha. Llegarás a ser una buena anestesista- me dijo animándome.

Mi Vida Junto A Tí- ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora