11- I need you

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Nunca había pasado unas Navidades tan especiales y alegres. La casa de los Park era la antítesis total del hogar que Ten y yo tuvimos; una familia normal y corriente, en la que todos eran cómplices, respetados y queridos. Nos acogieron a Megan y a mi de una forma que no me podía imaginar.

Después de cenar y de la agradable tertulia que tuvimos hasta altas horas de la madrugada, cada uno se retiró a sus habitaciones. Allí le di mi regalo a Roseanne, al que le encantó la foto, diciendo incluso que la pondría en su mesilla de noche.

También había un regalo para Megan, que resultó ser un simpático andador; ya se empezaba a tener un poco sola, incluso empezaba a hacer amago de gatear, aunque su equilibrio aún era un poco inestable, por lo que el andador le vendría muy bien.

Su regalo para mi fue un fin de semana en un pequeño pueblo de la costa de California, a sólo una hora de San Francisco... bueno, pensándolo bien, el regalo era para las dos.

Todavía recuerdo la primera noche que dormimos juntas, en casa de sus padres. Sabía de sobra que no podíamos hacer nada, es más, era lógico y normal, teniendo a sus padres al lado... y a Jisoo... pero los besos y las caricias cada día eran más descontrolados. Me había acostumbrado a dormir con la cabeza enterrada en su cuello, acurrucada en torno a su cuerpo, mientras ella iba dejando silenciosos dibujos por mi espalda y mis brazos. La mayoría de las veces me despertaba antes que ella, y me quedaba embobada viéndola dormir, con la respiración pausada, su pelo aún más revuelto si cabe y los labios ligeramente entreabiertos... labios que no podía, muchas veces, evitar acariciar con los dedos o darles pequeños besitos, mientras ella se iba despertando.

Dos días después de la cena de Nochebuena me encontraba con Claire y la niña de compras; paseábamos por Market Street, zona céntrica y con tiendas de todo tipo. Íbamos en animada charla, parando a ver los escaparates y turnándonos para empujar la sillita. Megan ya estaba mucho mejor, no tenía fiebre y podía salir a la calle, aunque fuera abrigada como un esquimal.

Claire paró en una tienda de bebés. Decidimos entrar para echar un vistazo... y se volvió loca. Pese a mis protestas, salió con bolsas llenas de ropita nueva para Megan.

Al sentarnos en un café para hacer una pausa, me propuso algo.

-Lisa, quería hacerte una proposición- me dijo amablemente. Asentí con la cabeza.

-Sé que Roseanne te ha regalado una estancia de hotel... y quería preguntarte cuándo lo vais a disfrutar-.

-Supongo que tendré que esperar a que Ten y Minnie regresen, no tengo con quién dejar a Megan, y a que nuestras guardias cuadren a la vez- respondí resignada. Ella me miraba con una sonrisa, mientras sus ojos miraban cómplices.

-He pensado que podríais iros mañana viernes; Mason libra el fin de semana y nos quedaríamos con la niña... y así aprovecháis estos días de vacaciones- me propuso tímidamente.

Estaba muy sorprendida por su proposición; en estos días en su casa pude notar que le encantaba estar con la niña... pero no quería abusar.

-Te lo agradezco Claire, de corazón... pero siento que abusaría demasiado; bastante que estaremos en vuestra casa hasta que vuelva mi hermano, después de Año Nuevo- le respondí.

-Lisa, Roseanne y tú necesitáis estar a solas, tranquilas... y a mi no me importa créeme- insistió de nuevo. Al ver mi silencio, habló de nuevo.

-Se lo dije a Roseanne ayer por la noche, me dijo que debía hablarlo contigo; sé que tiene muchas ganas de hacer ese viaje contigo- me siguió diciendo.

Yo también tenía ganas de poder tener dos días tranquilos, sólo nosotras. Claire me miraba poniendo carita de pena, muy parecida a los pucheros que ponía Roseanne, se veía de dónde los había sacado.

Mi Vida Junto A Tí- ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora