𝑴𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕 [𝑫𝒂𝒛𝒂𝒕𝒔𝒖]

Eras Cambiantes

La casa entera estaba agitada, desde la servidumbre hasta la pequeña población de Muelle del Loto, y por supuesto, los miembros principales del Clan. Gritos de parto nuevamente se escuchaban en la Mansión Imperial, después de nueve largos meses, Moon estaba dando a luz al heredero que esperaban, la mujer era fuerte y no quería hacer demasiado escándalo, pero un parto era el dolor más grande que podía experimentar un ser humano, injustamente solo le tocaba a las mujeres tenerlo, así que no podía evitar llamar la atención de todos.

Afuera de la habitación, se encontraba un nervioso Jiang, que no paraba de dar vueltas por toda la sala como si fuera un animal enjaulado, Yue ya se había mareado de seguirle el paso con la vista, mientras que Merlín tomaba un poco de té.

_ Por favor Jiang, deja de dar vueltas de ese modo, me estoy mareando, ya no sé quien está más nervioso, si tu o mi tía Yue

_ Merlín cariño, entiéndelo, está nervioso por el nacimiento de su hijo-sonrió dulcemente la azabache-

_ Y por mi esposa, lleva mucho tiempo ahí dentro, lo único que ha bebido es agua, temo por su vida-respondió tratando de mantener la calma-

_ Quién diría que el gran Tigre destructor de enemigos, pudiese verse en ese estado-Bromeó Merlín- Tranquilo papá, todo saldrá bien

Ambas se habían quedado afuera para tomar un poco de aire, pronto entrarían otro rato para acompañar a Moon, mientras que en otra habitación, cierta mujer mecía la cuna de su bebé, una cara de disgusto pintaba su rostro, cuando la pequeña se hubo dormido, llamó de inmediato a una de las criadas para que se la llevaran hasta su habitación

_ Pensé que acompañarías a tu hermano en estos momentos-Dijo a su marido-

_ No, quizá iré después, aún les cuesta aceptar que nos casamos, además, me siento feliz estando contigo, y con nuestra adorada hija-Sonrió cuando vio a la niña ser llevada a su pequeña cama-

_ Espero que sea muy afortunada pese a todo lo que tu familia dice de mi, se escandalizaron cuando dijeron que no se parecía a ti

­­_ Mi familia no sabe lo que dice, pero no debes preocuparte por nada, porque mi hija será quien ascienda a ser una Calamidad en el futuro-Tomó la mano de la mujer-

_ ¿Y qué pasará con tus hijos?

_ Ellos no me interesan, ya tengo lo que quiero y tu me lo diste, por eso eres mi adoración Dai-Beso la frente de la rubia-

Ella lo abrazó mientras esbozaba una sonrisa triunfante, había más razones para molestar a su rival, ya nadie la trataría como a una criada, después de todo, ya no lo era, quería que Yue escuchara aquellas palabras porque realmente la odiaba, su momento fue interrumpido cuando una de las criadas entró para dar las buenas noticias. Dai salió de sus aposentos para acercarse al lugar de los hechos y escuchar por ella misma, una de las damas de compañía de la portadora del Látigo Lunar salió para terminar con aquella incertidumbre.

_ Gozaos y que todo el mundo lo sepa, nuestra señora Moon Nakajima ha dado a luz una hermosa niña, avisen a todo Muelle del Loto la buena nueva, que repartan dulces y jugo para todos, enciendan los faroles y organicen la fiesta, son órdenes de nuestro líder -Finalizó para volver a entrar a los aposentos-

Todos los sirvientes corrieron alegres para dar aviso a todos, la comunidad entera que esperaba con ansias celebró con euforia el nacimiento de la hija del líder del Clan, mientras que otros solo se veían un poco desilusionados de que no había sido un varón, las chimeneas de la cocina comenzaron a desprender humo, muestra de que se hallaban preparando el banquete para la fiesta que se llevaría a cabo.

_ Maldición, cómo no murió dando a luz-Pensó Dai con malicia, lo único que podía hacer era retirarse a sus aposentos muy molesta-

La niña fue entregada en lo brazos de su madre, los ojos de Moon estaban llenos de lágrimas, después de horas y horas de parto, al fin tenía a su preciada hija, era la mujer más feliz sobre la tierra. Traer un hijo al mundo era la sensación más hermosa para cualquier mujer que deseaba ser madre, desde el primer momento en que se entera que está embarazada, su vida da un enorme giro, anhelando el precioso momento de tener a su pequeño en brazos.