Capítulo O2

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— Yeon. —llamó en un pequeño susurro. — ¡Yeon! — volvió a repetir tratando de despertar a su alfa que descansaba a su costado, quien se mantenía con los ojos cerrados y acurrucada olfateandola. — ¡NAYEON!

Los ojos de Nayeon se abrieron en demasía, antes de levantarse de golpe y mirar a Mina con una mueca cansada.

— ¿Pasó algo? ¡¿El bebé ya viene?! —la voz de la alfa salió exaltada, poniendo sus pies sobre el suelo de la habitación para acercarse con la respiración irregular hacia su omega al otro lado de la cama, arrodillándose a su costado, para finalmente cargarla entre sus brazos.

Los pomposos labios de la omega soltaron un quejido antes de golpear con suavidad el hombro de la alfa con la palma de su mano

— Quiero vomitar, bájame. —pidió calmada besando la mejilla de su compañera.

La pelinegra carcajeo suavemente, asintió y bajo con cariño a su pareja, eran muy pocas las veces en las que su Minari se portaba tan dulce con ella, no es que no fuera dulce, sino que era o solía ser más coqueta y últimamente malhumorada por todo los cambios en su cuerpo.

Pero, seguía siendo aquella persona de la que se enamoró y veía imposible que dejara de serlo.

— ¡Yeon! — Nayeon se acercó con rapidez a la puerta del año, escuchando el suave quejido de su pareja.

— ¿Pasó algo? ¿Llamo a Jeong?

— ¡Tengo hambre, Yeon!

Un suspiro tranquilo se escapó por sus labios, sonriendo embobada ante la pequeña idea de mimar y dar de comer a su pareja embarazada.

— ¿De qué, cariño?

— Maní con salmón.

Nayeon entrecerró los ojos, escuchando las arcadas y leves gritillos, minutos después pudo ver a Mina abrirle la puerta y salir con una mano en su estómago a la par que sostenía su espalda y se quejaba levemente.

— ¿No prefieres pollo con fresas? —le dio a escoger cuando pudo recordar lo que también habían pedido hace algunos días.

— Nop, por favor, alfa —puchereo llevando su dedito al pecho contrario, chantajeandola con caricias.

Mina se acercó plantando un besito en la barbilla ajena, acariciando los cabellos negros antes de escuchar el cómodo ronroneo de su alfa.

— Estás menos gruñona. Me da miedo, pero también me gusta.

Nayeon se dejó con las pequeñas manitos de su omega, sintiéndose feliz por el acto cariñoso y moldeable. Sus ojos se abrieron mirando a Mina, quien ahora se comenzaba a restregar sobre su cuerpo, esencialmente en su pecho, abdomen y entrepierna. Los suaves gemiditos no demoraron en llegar a sus oídos, cuando se dio cuenta de la mirada azulina dirigida hacia ella.

— Alfa... Tengo calor. — jadeó restregando su cabeza con el pecho contrario, sus mejillas coloradas y con la mirada levemente perdida.

Las feromonas se dispararon a montones, cuando Nayeon llevó su mano a la espalda baja de su compañera, besando suavemente el cuello, donde justamente estaba la marca de su propio enlace, las manitos de la más baja se deslizaron en un suave toque hacia la espalda de su alfa, finalmente restregando su nariz en la marca de olor de Nayeon.

— Hueles riquísimo amor. —murmuró bajando los besos por la marca, sus manos se movieron antes de entrar a la gran camisa de su prometida.

— Yeon — los pequeños jadeos incrementaron, antes de que se dieran cuenta.

— ¿Estás caliente, mi amor?

El silencio inundó la habitación cuando Nayeon lo noto, miró a su pareja con detenimiento. Sonrió notoriamente antes de notar la saliva que su omega estaba botando sobre su hombro, Mina había caído dormida por las feromonas excesivas y el calmante en medio del lazo. Ignorando el problema en su entrepierna y el calor que se acumuló en su abdomen, beso la frente ajena antes de salir de la habitación e ir a buscar lo que su Minari quería comer.

Porque, aunque los momentos calientes entre ambas habían, reducido en gran cantidad, ella aún seguía siendo de la propiedad de Myoui Mina.

myoui's property.  [minayeon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora