Capítulo O8

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Las pequeñas risitas silenciosas se escucharon en la habitación, Mina muestra una sonrisa encogiéndose bajo las sábanas del colchón, Nayeon la mira divertida antes de imitar su acción y besar sus labios bajas las finas sábanas que abrigaban sus cuerpos, su mano baja desde la cintura hasta el vientre de seis meses recién cumplidos, acaricia de arriba a abajo, dando pequeñas muestras de cariño mientras besa y da piquitos cariñosos en los labios de pollito de su pareja.

Son aproximadamente las nueve de la noche, la habitación era solamente alumbrada por la luna, que los iluminaba. Su omega se deja acariciar y besar, entrelazando sus piernas juntas.

— Quiero comer helado de menta. — resopló Mina, sus manos enredados a su cuello mientras su rostro está acurrucado en su pecho olfateándolo y restregando sus mejillas. Suelta una pequeña risa antes de intentar moverse y ser apresada con más fuerza —, pero quiero tenerte aquí conmigo, sin que te separes.

Se acomoda buscando una posición en la cual acariciar la pancita y ver el rostro de Mina, besa su vientre y comienza a trazar pequeñas figuras imaginarias.

— Bebé traviesa — se quejó molestando a la pancita — deja de pedir comida o me dejarás en la miseria. — puchereo falsamente, recibiendo caricias de Mina en la nuca.

— Tú mami se está portando muy dulce Nayeon habla con el vientre ¿Quiere
chantajearme?—dice Nayeon lento, suelta un pequeño quejido sintiendo como su nuca era golpeada con cariño —, Quizá no... Quizá solo quiere muchos mimos. — susurro besando el vientre alzando más del suéter de dormir de su omega.

Mina se permitió ronronear ante los pequeños besos dejados en su pancita, llevando sus dedos a peinar la cabellera negra de su prometida. Siente un pequeño movimiento antes de abrir los ojos en grande y ver la misma reacción en Nayeon. Las manos de ambas recorrieron la piel en pequeños círculos, desconcertadas.

— M-Mina.

Nayeon habla, Mina inmediatamente ríe bajito, quedando con una sonrisa temblorosa antes de sentir las increíbles ganas de llorar, estaba muy feliz. Los pequeños golpes siguieron y solo pudo soltar más de su aroma de felicidad, poco después su nariz nota como igualmente las feromonas de su alfa incrementan, al punto de estar restregando su mejilla en la barriguita.

— Aún patea, poquito, pero se siente. — Mina asiente, sus caricias en la nuca de su alfa, otorgando caricias.

— No quiero que vayas a trabajar — el omega susurra en un hilito de voz — Sé que dijiste que ya no irías desde que comenzamos a cuidar de nuestro bebé, pero sigues haciendo viajes pequeños y mi omega se siente mal... — Los bajitos susurros fueron escuchados por Nayeon, que solo se acurrucó en la parte baja de la pancita.

— No iré, ahora atenderé llamadas y trabajaré desde casa. ¿Te hace feliz eso, cariño? — Mina asiente, observando a su alfa reincorporarse a su posición inicial, fue jalada con delicadeza hasta estar en el regazo de Nayeon, quién solo atina a hundir su nariz en la marca de su lazo.

Bastó aquello para que el lobo de la omega le pidiera hacer lo mismo, su naricita frotándose contra en hombro de su amante, antes de dirigirse a la zona del aroma aumentando.

Los olores de ambos combinándose, mezclándose por toda la habitación, Mina se mantuvo sobre el regazo de la alfa restregando su naricita y de vez en cuando dando pequeñas mordidas o besitos. Nayeon acariciando y mimando a su compañera, otorgando caricias en las mejillas al inicio para luego rodear la cintura y la pancita ya bastante hinchada, le toma segundos esparcir pequeñas caricias en la espalda baja y alta de su pequeño prometido.

— ¿Estás bien, bonita?

Son interrumpidos antes de repartir las caricias, sus manos se alejaron del omega, escuchando solo al momento sollozos bajos, alertándose cuando obtuvo el celular en manos para contestar.

Jungkook busca calmar los sollozos besando los labios de su compañera a la par que intentaba contestar. Pronto nota los pequeños temblores en el cuerpo de su prometida.

— Shh... Calma... Amor, no me iré... Te lo dije, no me alejaré de tí.

Nayeon cuelga rapido el celular, importándole muy poco quien le hablaba a aquellas horas de la noche, beso la cabellera rosa rebelde de su pareja, susurrándole cosas cariñosas, sus manos acariciaron el pequeño cuerpo sin dejar de susurrarle lo bonita que llegaba a verse con el cachorro creciendo dentro suyo. Los halagos calmaron los temblores de la omega junto a las caricias que fijaron en el cuerpo de la menor, los besos otorgados en boca de Mina apaciguaron su miedo antes de volver a relajarse sobre el hombro de su alfa, Nayeon aprovecho la oportunidad, calmando el miedo de su pareja a través del lazo, soltó un pequeño gruñido juguetón antes de restregar sus narices una vez juntas.

— No me voy cariño, me quedo contigo.

Y aquello bastó para que Mina se encontrara ronroneando y de vez en cuando, en pequeños tiempos, besando los labios de su alfa con sus manos enredadas en la nuca de su compañera alfa. Recibiendo las caricias amorosas de su casi esposa en su vientre donde se encontraba la muestra de amor de ambas.

— Ya no viajaré, por lo menos no hasta que nuestra pequeña haya nacido y la cuidemos juntas — soltó mirando los ojitos brillosos apenas abiertos de su omega — lo prometo — selló dejándose envolver en las feromonas de su omega y sus suaves caricias.

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