CAPÍTULO 2: PAY THE MAN

19 3 0
                                    

(PAGA AL HOMBRE)


Todos corremos cuando se encienda la luz

We all run when the light comes on

¿Me equivoco, por quererlo todo?

Am I wrong, for wanting it all?


Cuando llegué a casa después de ser interrogada aquella tarde en la cafetería, mamá me estaba esperando.

— Hola cariño, tengo entendido que ya te ha llamado la señora de la inmobiliaria.

— Sí mamá, te avisé en cuanto lo hizo. ¿No te acuerdas?

— Pues no me ha llegado nada. ¿Seguro que me lo has enviado a mí?

— Sí mamá, claro que sí.

— ¿Puedes revisarlo? Simplemente para saberlo.

— Está bien.

Estaba segura de que la había avisado, de hecho, recordaba haberlo mandado antes de hablar con las chicas.

Miré el chat para ver si realmente lo había hecho y para mi sorpresa, tal y como me decía mi madre, no había nada. ¿Qué había hecho? Qué extraño.

— Mamá, al parecer no te lo he mandado, pero estaba convencida de haberlo hecho.

— Bueno no te preocupes, es algo que le puede pasar a todo el mundo. Lo importante es que lo sé. Bueno, ¿Cómo te sientes?

— Bua, me siento genial. No acabo de creerme que ya tenga un sitio donde hacer lo que más me gusta. Es de locos.

— Jajaj, bueno, hay que contener un poco esa emoción. Este es el primero de muchos otros pasos y como ya te dije no va a ser fácil.

— Jope mamá, vaya energía y vaya ánimos que me das.

— La verdad. ¿Para qué quieres que te mienta? Ya sabes que la verdad siempre está por delante y mejor si no hago que te crees falsas ilusiones que ya sabemos lo que pasa después.

— Sí claro. ¿Qué pasa después?

— Venga Azahara, no disimules, sabes perfectamente que esas falsas ilusiones sobre que el camino sea más fácil te harán abandonar después cuando veas que en realidad no es tan fácil como pensabas.

— ¿Tú también con eso mamá? No necesito que el mundo me repita cada dos por tres mi mayor defecto.

— Azahara, debes aprender que yo te lo digo por tu bien y te doy todos esos consejos porque te quiero.

— Ya, pero es que hay dos modos de verlo: del modo fácil o del difícil, y creo que es complicarse la vida.

— Para nada Azahara. Creo que si lo ves como un gran reto podrás proponértelo paso a paso y justo eso es lo que hará que lo veas más fácil.

— Vale mamá, lo que tu digas.

Entré y me fui por el pasillo corriendo a mi habitación. No era una persona que se tomara demasiado bien que no vieran su visión del mundo, pero aquello era así, no había otra manera y quizá mamá tuviese razón, quizá solo tuviese que mirarlo desde otro lado. Quien sabe.

Pensé que tal vez mamá tuviese razón, siempre la tenía, a pesar de ser como una joven llena de vitalidad y alocada de la que mayormente había heredado casi toda su personalidad.

El Club De Los Corazones AsustadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora