Detective Isekai INC.

Capitulo 9. Preparativos finales

Al llegar a al que se supone que es el hogar de la victima, recuerdo que no puedo entrar sin mas, así que agradeciendo el regalo de dios saco el libro que cambia de forma para tener una libreta en blanco, y tras una pequeña búsqueda de un lápiz de grafito en una papelería cercana, me puse a anotar las preguntas que deseo hacer, que no son pocas precisamente, realmente esta epifanía es un poco a la desesperada sabiendo que seria muy cliché que fuese la esposa, pero, no puedo descartar esta opción, sino que me haría distinto de McGready el hombre perro mono rancio, aparte de no poseer una cola, así que tras sentarme en la vereda de la calle me puse a anotar cada pregunta y de paso un esquema del crimen, ya teniendo un evidente sospechoso que podría ser el culpable aun me inquieta el desconocer sobre los motivos del crimen, es decir, el hombre no fue asaltado, no hubo una pelea donde el calor del momento desencadeno esto, y me niego a creer que fue un acto llevado por la aleatoriedad, al pensar en posibles motivos me doy cuenta que quizás el preguntarle directamente sobre por que ella mataría a su esposo no seria la mejor opción, debería tal vez solo presentarme como un periodista, no espera no funcionaria, no se como se lleva acabo ese trabajo aquí, no quiero que me tome como farsante y quedarme sin nada como un imbécil sin respuestas, quizás solo deba presentarme como el detective que esta yendo a salvar a la presunta asesina de su esposo...... okey no tengo mejores ideas. Perdido en mis pensamientos ya tomo la decisión de tomar al toro por los cuernos, y toco la puerta, y tras esperar unos treinta segundos se entre abre con una cadena que evita que se abra por completo, y ahí veo a la dama, una mujer que debe rondar los viente y tantos años, con un rostro que detona unos leves llantos y una nariz que a dejado escapar la mucosidad.

- perdone pero... no estoy de ánimos para comprar -la mujer estando a punto de cerrar la puerta logro evitar su acción colocando mi pie-

- no no, no soy un repartidor, soy... un detective, el oficial McGready me mando a hacerle algunas preguntas -técnicamente no estoy mintiendo, ¿verdad?

- McGready... ohh el investigador claro claro... entiendo.. -noto en su voz el como parece dudar de mi respuesta- bueno... no hará daño preguntar supongo... adelante

- muchas gracias señorita. 

Al decir eso logro entrar en su hogar, puedo ver el como es un hogar algo pequeño, teniendo una sala de estar con una mesita en el centro, una repisa con varios libros viejos y desgastados, y lo que parece ser una especie de maquina de escribir de este mundo, todo da una vibra algo hogareña aunque esta fue mancillada ante lo acontecido, siendo sincero me da lastima la señora pero no puedo simplemente dejar que este sentimiento me ciegue del objetivo, así que tras recibir la señal de que puedo sentarme me pongo en el extremo del sofá para iniciar el interrogatorio.

- así que... me podría conceder su nombre por favor -digo algo nervioso por la situación, es la primera vez que debo hacer esto solo... espero que sea la única vez que tenga que hacerlo

- si si... me llamo... Alma... Alma Greek tengo amm... 25 años... -me dice en un tono de leve tristeza y dudas, espera, ¿25? ¿La víctima cuantos años tenía? Estaba por sus 50 y tantos...

- 25 años dice ¿no? Cuanto tiempo... ¿estuvo casada con la víctima?

- hace 3 años de hecho... jeje si... uno no esperaría encontrar el amor con tantos años pero que puedo decir..... me gustan mayores supongo... -me dice con una leve sonrisa, no se si deba o no confiar en sus palabras, pero si acaso... anotare eso

- entiendo entiendo, ¿y usted conocía la relación de su esposo con la acusada? -veo que la mujer asiente- perfecto, ¿y usted sabe de alguna razón por la cual su esposo podría haber sido... ¿asesinado? -mejor soy directo y punto

- no... no lo se... el... era un hombre tan bueno... hasta ya estaba comenzando a dejar la bebida ¿sabe? -me dice como si esperara mi aprobación, noto como ella acaricia su anillo en la mano izquierda al hablar de él