Aunque esa tarde lloró al día siguiente no pudo evitar volver a su trabajo. Trabajó y trabajó forzándose a evitar el pensamiento de Deidara cada vez que se desconcentraba pero cuando quedó libre pensó en porqué le dejó así de repente.
¿No podía ser real o sí? ¿Y si era un chantaje de su parte para orillarlo a hacer su voluntad?, aunque, si se trataba de eso no era mejor que aceptara su desesperada propuesta de dejar de lado a su familia. ¿Y si solo le daba unos días para que se tranquilizara?, después le llamaría.
Pero los días pasaron y no se comunicaban. Itachi pensó que porqué tendría que ser él quien diera el primer paso y entonces recordaba la vocecita de Deidara antes de que se fuera y le dolía porque no sonaba a que las cosas fueran un juego, tampoco a un berrinche y si no se había comunicado es porque las personas que terminan se alejan por completo... Después de todo, esta faceta ya la había presenciado, así lo conoció: peleando con su ex novio, harto de que le contactara, gritándose e insultándose por llamada.
¿Esa sería su realidad si le llamaba?
En una agitación mental de nuevo buscó por todas partes algún objeto de Deidara, sus recuerdos no eran tan claros, había muchas cosas que podía decir que compraron juntos para decoración pero ninguna de ellas era relevante; en el baño solo quedaban pocos productos, ninguno de todos aquellos con los que Deidara cuidaba su pelo; en el tocador no había nada de él. En su lado del armario no había prendas, ni en sus cajones. Fue al cuarto que le dio para que pudiera trabajar y seguía oliendo a solvente, sin embargo, ya desde antes de entrar sabía que estaba vacío... él le dijo que se llevara sus cosas.
Sentía que el aire le faltaba, Deidara era impulsivo pero era obvio que desde mucho antes había tenido este pensamiento de irse. ¡Un Deidara decidido a quedarse habría protestado!
Corrió a la sala.
Fue minucioso en recorrer cada rincón y ya ni siquiera las pequeñas esculturas fallidas que Deidara dijo que pondría en los libreros estaban. Incluso esos detalles se encargó de desaparecerlos, como si nunca hubiera vivido aquí a su lado.
¡El cuadro, su cuadro!
Corrió a la pared donde sabía que debía estar, vacío, se tomó la cabeza desarreglando el pelo, estaba muy seguro de que Dei no lo habría tocado porque fue un regalo. ¿Entonces qué pasó? después de un gran esfuerzo mental lo recordó, o al menos unió las pistas para llegar a la conjetura de que Mikoto fue quien se deshizo de él.
¿Deidara debió notarlo también? ¡Claro que sí! cómo podría no hacerlo. El corazón le dolió, no se había dado cuenta que en esos meses poco a poco fue relegando a su novio empezando por decirle que buscara otro espacio para trabajar, tal vez no reclamó nada porque su artista era así, se guardaba muchas cosas, especialmente aquellas que le lastimaban.
Regresó a la habitación, volvió a buscar, revolvió todo, aunque más triste y sin ganas. Tan solo encontró una pieza de su ropa de noche que solía perder bajo la cama. La olió y olía a Deidara pero fue más doloroso y se enojó porque no pudo darle a Deidara todo lo que quería darle para que fuera feliz a su lado; incluso si se lo hubiera dado no sabía si eso sería suficiente, o si en realidad él no era el hombre que Deidara querría para siempre, porque esa persona que tanto amaba más bien parecía querer saltar de ser en ser buscando algo distinto hasta que se aburriera.
Negó con la cabeza, no entendía, no entendía nada. ¿Debía enojarse o compadecer a la persona que lo abandonó?
Por momentos lo maldecía con severidad usando las peores ofensas que se le ocurrían, aunque luego se regañaba mentalmente y le pedía perdón a Deidara, no era cierto, no pensaba nada de eso de él, solo estaba confundido por eso se le venían tonterías a la cabeza. En su arrepentimiento le juraba que cambiaría todo hasta complacerlo. Solo debía decírselo, no pudo, no tenía las agallas de llamarle.
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Deidara no es un color
FanfictionSe conocieron por casualidad, se hicieron amigos, después novios. Todo parecía un sueño incluso con sus inseguridades, estaban tan enamorados que aveces se sentía como si no debieran estar juntos... solo a veces.