¡NO Hyung! ;; Jikook

O6

Taehyung llegó a su casa y prendió su móvil.

:Tae •
Broooo, así que con el vecino 🤨
tu secreto lo tenías bien guardado 💔💔💔
✓✓

Jimin brou:
Qué!?
No Bro 
Y yo siempre te cuento mis secretos 👊🧐

:Tae •
Entonces es cierto?!
Y no me cuentas 😤
✓✓

Jimin brou:
Nooo
Yo soltero hasta la muerte 💋

:Tae •
Va va, te cReOoo
pero lo vi con tu polera.
Sospechosooo
🙊
✓✓

Jimin brou:
Ahhh, eso
😦

:Tae •
Si

✓✓

Jimin brou:
🐸🐸 al agua

:Tae •
Así estamos 👹👺

Desgraciado 👿
✓

Su Bro se había desconectado.

(•••)

Por otro lado estaba Park buscando en Google dónde conseguir los audífonos de su vecino y que sean idénticos.

Encontró una página de ventas y lo encontró.

Se podría decir que la suerte le acompañaba.

Así toda la mañana estuvo rogando a su madre para que le preste dinero suficiente, hasta que lo consiguió y juntó sus ahorros guardados para la entrega que sería en unos tres días.

En la tarde estuvo haciendo ejercicio físico y luego tuvo que ir con su madre para hacer las compras.

—¡Madre!—llamó desde la puerta cuando estuvo amarrando sus pasadores—¿Ya nos vamos?

—Si cariño, espera un poco, no encuentro la bolsa.

—¡Aquí está, yo lo tengo!

—Okay, ahora sí vamos—y ambos salieron.

Cuando estuvieron afuera a punto de prender el auto estacionado, también salía la familia Jeon.

Específicamente la señora Jeon con su hijo con unas bolsas de compras.

—¡Hola!—ambos grupos se saludaron.

—¿Tambien van al mercado?—preguntó la señora Jeon.

Los otros dos asintieron—Si desean pueden ir con nosotros en nuestro auto.—ofreció amablemente la madre de Jimin.

—Oh, muchas gracias.—fue lo que respondió sonriendo la contraria.

—Entonces subamos, adelante.

Los cuatro se acomodaron, las dos mayores adelante y sus hijos en los asientos traseros.

La señora Park puso una música conocida y empezó a cantar junto a su compañera de asiento.

En los asientos de atrás los dos adolescentes estaban en silencio con un ambiente incómodo considerado por parte de Jungkook.

—Jungkook—habló nervioso Jimin—¿Quieres?—preguntó ofreciendo unos chicles.

—Gracias—dijo mirándolo fijamente con sus ojos grandes y sus cabellos rebeldes paseaban con el aire por su rostro, con el brillo del sol atrás y Jimin juraba que sus ojos eran los más lindos.