Surprise!!

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Tres días había estado encerrada en casa, ensayando en mi habitación los pasos de la coreografía que bailariamos en la próxima presentación.

Había estado hablado con Selene, sin embargo no comenté nada de la fiesta por una razón: ni siquiera me acordaba de como había salido de ahí. Los recuerdos aún seguían borrosos, o inexistentes. Lo único que recordaba era el vaso rojo en mi mano y los ojos cafés de la chica seria.

Daniel me había estado enviando mensajes y no precisamente de los que dicen te extraño quiero regresar. Más bien eran mensajes tipo que asco, Amelie, como puedes estar con una de esas. Y mensajes más homofóbicos que preferiría omitir.

Cada quien vive sus vacaciones como quiera, y yo las había empezado bastante bien... o mal depende del punto de vista.

Mi mamá seguía enojada, pero no tanto como hace tres días. Sinceramente, me arrepentía de haber bebido y conducido, afortunadamente se pagó una multa y no mi vida...

Una llamada entrante me alejo de mis pensamientos y rompió el silencio en el que se encontraba mi habitación.

Holaaaaa. —saludo alegremente.

—Que onda, Sel.

Oye, ¿quieres venir a mi casa? Mis papás ya me soltaron un poquito.

Cool, llegó en unos quince minutos, ¿va?

Sii, a ver si ya me cuentas que onda con la fiesta.

—Seguiré haciendo memoria.

Bueno, ahorita te veo.

Finalizo la llamada.

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Llegue a la casa de Selly más tarde de lo esperado, pero había llegado.

Toque el timbre y salió a recibirme, llevaba ropa deportiva suelta y sandalias...

—Lindo outfit —comente mientras entraba a su casa.

—Callate, y sientate. —dijo con cansancio.

Frunci el ceño confusa.

—¿Qué pasa? —cuestione al mismo tiempo que me sentaba en el sofá.

—Ahg, muchas cosas —suspiro con pesades.

—Aquí estoy para escuchar —le recordé.

—Gracias, pero no es momento.

—Esta bien.

Tomo una caja de cereal antes de sentarse conmigo.

—¿Ya hiciste memoria? —levantó varias veces las cejas.

—Te juro, he intentado, solo se lo que dijeron mis papás, es todo —confesé.

—¿Qué te dijeron?

—Que conduje borracha y pagaron una multa grande.

—Uy.

—Sí, uy.

—¿Y ya?

—Sí me dices lo que paso igual y pueda recordar, me refiero a las llamadas y eso.

—Mmmm —hizo una cara como si pensara—, pues... a ver, en la primera llamada todavía estabas en la fiesta, o eso supongo porque se oía música y voces, dijiste que estaba con madre, que Daniel era un pendejo y que conociste a alguien. Eso fue lo que decifre entre tus palabras arrastradas, luego tu mamá me marcó y me preguntó si sabía algo de ti, sonaba un poco preocupada, y en la segunda llamada me dijiste que te rompiste el labio de la mejor... o ¿peor? manera. Y ya.

Si, me daba miedo mi yo ebria.

—Lo del labio... quizá fue una caída o algo pequeño, porque de haber sido una pelea tendría hematomas en el rostro.

—Aja... —sonrió y levanto las cejas—, ¿y la persona? ¿Quién era?

—No lo sé, no le pedí el nombre, insta o número... —me escuche más decepcionada de lo que esperaba.

—¿Te acuerdas como era? Que tal y la encontramos.

—No lo creo. —confesé.

—¿Por qué no?

—Tenía acento como de otro lado.

—¿Cómo cual?

—Ni siquiera me acuerdo de su voz, Sel

—Mmmta.

—Pues si, mmmta.

—¿Pero si te acuerdas de su físico?

—Un poco, la verdad.

—¡Pues dimeee! —salto de emoción.

Intente recordarla con mas claridad que en los últimos días... Así es. Había estado pensando en ella y en su cara. En el sabor de sus besos y el tacto de su cuerpo bajo mis dedos.

Antes de que piensen otra cosa, ni hicimos nada más allá de besarnos, solo era el toque de sus manos en mi cintura, espalda y cuello.

Uy.

Hasta de recordar se me alboroto la neurona.

Tome un puño de cereal antes de comenzar a describirla.

—Tenía los ojos café oscuro, redondos y bonitos...

Me dio un codazo acompañado de una sonrisa.

—Ayyy. —sentí mis mejillas encenderse.

—Sigue, sigue.

—Bueno, su nariz también estaba bonita, era como... un poco recta, o sea, tenía un piquito, pero no muuuuy grande, era más recta que curva...

—Ya entendí. —se rió.

—Su sonrisa era linda...

Me detuve cuando unos pasos sonaron cerca. Era como si bajarán las escaleras. Supuse que era la mamá de la pelirosa, por lo tanto volteé para saludarla...

Abrí los ojos al ver a una persona diferente.

¿Era un sueño?

Era ella.

Otra vez.

Aquí.

En casa de mi amiga.

¿Por que? No tengo idea.

Pero era ella.

Vestía una bermuda cargo color negra con un suéter delgado negro y tenis vans. Su cabello corto iba alborotado, igual que en la fiesta y su perfo brillaba.

Compartió mirada conmigo y no supe si me reconoció, se mantuvo inexpresiva.

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:0

¿Qué está pasandeee?

¿WHO IS SHE?

Amor de cine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora