Nivel 1: Completado

0 0 0
                                    


Terminamos de ensayar a las 10 de la mañana, las chicas estaban cambiándose de ropa y otras ya se habían ido.

—Ame —se acercó Melissa—, ¿tienes el vestuario para el evento?

—Todavía no —hice una mueca.

—Bueno, gracias. —dio la vuelta y se fue.

Termine de guardar mis cosas y cerré mi mochila, antes de guardar mi celular en el bolsillo del pantalón comenzó a vibrar.

Llamada entrante: Alan bro.

Respondí.

—¿Aloooo?

Ya estoy afuera.

—Va, ya voy.

Finalice la llamada y sostuve en mi hombro la mochila. Al salir, el aire frío golpeó mi cara, provocando que tosiera, sonreí cuando vi a mi hermano estacionado casi enfrente de la academia. Abrí la puerta trasera para subir mi mochila, posterior a eso me subí en la parte delantera, el lugar del copiloto.

—Hasta que te dejas ver —bromee y me puse el cinturón de seguridad.

—No haces cita —sonrió de lado y arrancó.

Durante el trayecto nos pusimos al día con nuestras vidas.

Alan era mi único hermano, era más grande que yo por 4 años, actualmente vive en un apartamento con su "mejor amigo" y hace más de un mes había estado viajando en las ciudades de Italia con su novia.

Cuando me enteré que estaba de regreso, fui la primera en decirle que no planeara nada para su regreso a la cuidad porque era mi momento de estar con el. Me hacía tanta falta verlo y hablar con el de tantas cosas que tenía atoradas en el fondo de mi ser, para ser honesta, mi hermano es de las únicas personas en las que confío plenamente.

—Ni siquiera sabía que Daniel era tu novio —me miró con mala cara.

Habíamos llegado al centro comercial que tenia planeado visitar con el.

—Bueno... —escondí mi cara con mi cabello—, tampoco es que pensara que fuera algo serio Cómo para presentarlo...

—Ya —negó con la cabeza —, de todas formas no puedes tener novio.

—Mhm... —la comisura de mi boca se elevó—, ¿pero novia si?

Me dio un ligero empujón.

—Me voy un momento y ya estas pensando en chicas... —se interrumpió —, específicamente en...

Lo chiste.

—¡Nooo! —ahora fui yo la que lo empujó.

Su respuesta fue una burla hacia mí, se rió a carcajadas. Mis mejillas se tornaron rojas.

—¿A donde vamos? —inquirió luego de haber estado caminando.

—Quiero comer —respondí—, se me antojó un sushi.

—Pues vamos por sushi.

Subimos por las escaleras eléctricas hasta llegar a la zona de comida.

—Mejor quiero una hamburguesa.

—Pues vamos por una hamburguesa para la niña.

—Con papas fritas.

—Con papas fritas —asintió.

—¿O aros de cebolla? —lo pensé.

—Con ambos.

—Y agua.

Amor de cine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora