Capítulo 1: Primer día

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- Elizabeth, levantate de una buena vez

Y así comienza mi rutina mañanera de cada día, con los gritos de mi madre para levantarme. Me pesaban los párpados no quería despertar y estaba tan acurrucada con el calorcito de mi cama, hasta que viene la carcelera y otra vez vuelve a gritar. Ahí si no tuve de otra, con un movimiento brusco lanze la cobija a un lado y como un zombi apenas pude levantarme y mantenerme sentada en la cama en contra de mi voluntad, miré el reloj en mi muñeca y marcaban las 6:30. Ya entendía porque tanto alboroto, llegaré tarde a mi primer día de escuela.

Rápidamente me dirigí al baño para prepararme y si, aún sigo semi dormida.

Después de desayunar y ya estar lista, me dirigía rumbo a la escuela en el auto con papá a la cuál ya iba tarde para la ceremonia de apertura de cada año, pero no me perdía de nada importante ya que cada curso era lo mismo con lo mismo al igual que el pueblo, como bien dice Bella en su canción "Un día era igual que el anterior", nunca pasada nada diferente y a la gente parece no importarle en absoluto el simple hecho de que cada día como máquinas hicieran la misma función.

Después de desayunar y ya estar lista, me dirigía rumbo a la escuela en el auto con papá a la cuál ya iba tarde para la ceremonia de apertura de cada año, pero no me perdía de nada importante ya que cada curso era lo mismo con lo mismo al igual qu...

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Durante el viaje me distraía mirando los edificios y automóviles que nos pasaban al costado, hasta que una notificación en mi celular llamó mi atención. Eran dos mensajes del amor de mi vida: Harold, mi novio con el cuál llevo un año y seis meses aproximadamente y somos la pareja perfecta envidiada por muchos en el cole.

No lo veía desde la mitad de las vacaciones, porque se tuvo que ir a las afueras a cuidar a un pariente enfermo, pero como siempre mamá no me dejó ir con él, hubiera sido inolvidable.

Leí con atención los mensajes que me había enviado decían: Hola mi amor muero de ganas por verte😙😚. Que lindo, al fin una motivación para llegar un poco antes pero al pasó que vamos ni para la semana que viene logro llegar.

- Papá, en serio necesito llegar a tiempo.

- Si te hubieras levantado temprano no nos hubiese atrapado el tráfico, ahora te quedas quietecita ahí en tu asiento y llegaremos cuando lleguemos.

- Ufff -rodé los ojos y resoplé- perfecto, un feliz primer día supongo yo.

Eran ya las 9:20 y por fin había llegado a la escuela "tarde", como supuse toda la festividad había concluido y ya era el horario de las clases. Me dirigí rápidamente a mi respectivo salón, al menos trataré de llegar a tiempo al primer turno, por poco me caigo corriendo por las escaleras pero cuando por fin llego a la puerta...

- Tarde otra vez, ¿no es así señorita Devlin? -Exclamó la profesora de Matemáticas, una mujer ya anciana de cabellos ya canosos los cuales le llegaban a la altura del cuello, en el rostro llevaba unos anteojos cuadrados que encajaban perfectamente con su rostro ya gastado por los años, tenía unos dientes amarillentos y al hablar soltaba como mínimo treinta litros de saliva y era fanática a ofender a todo el mundo.

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