Capítulo 3: La Fría Primavera

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Actualidad


" Llevamos huyendo semanas. Nos refugiamos y estamos descansando aquí, en un antiguo pueblo minero abandonado, mientras esperamos a que la nieve se derrita... La primavera no está yendo como esperaba. Ya no quedan atardeceres con sabor a promesas donde la jovialidad se escurrían entre besos pasionales. Ahora sólo queda frío y desesperanza, aunque el sentimiento siga candente entre kilos y kilos de nieve y hielo condesado.

Recordar me hace mal."


Arthur terminó de escribir en su diario aquella mañana. Podía escuchar al resto de los hombres teniendo una discusión iniciada por Micah (como siempre) mientras que no muy lejos de la pequeña habitación que se había agenciado Arthur aún podía escuchar a Abigail regañando a un cansado y herido John. Apenas había dormido, Arthur lo había escuchado quejarse entre gruñidos y había tenido mucha fiebre. 

Se levantó y se encaminó hasta asomarse por el marco de la puerta donde John descansaba. Veía a Abigail gruñendo y regañándole constantemente mientras le limpiaba las heridas del pecho. Quiso entrometerse, pedirle que le dejase descansar, pero después sobre pensó y concordó con su propia alma que le vendría bien esa represalia. Incluso si esta provenía de Abigail.

Venganza merecida, pensó. Tanto por sus acciones pasadas, como las actuales, como por haberle hecho recordar durante toda la noche aquel atardecer imborrable.

Se dirigió finalmente hacia el grupo de chicos que peleaba hasta que Dutch intervino de mala forma:

—Estáis aquí peleándoos cuando es Colm O'Driscoll quien se merece una maldita paliza. Vamos, joder, tenemos trabajo que hacer.

Arthur salió de la cabaña encendiéndose un cigarrillo. Inspiró largas caladas y dejó que el frío mañanero azotase su rostro una vez más. Eso le haría olvidar días pasados mejores que los que estaba viviendo en aquel instante.

—¿Estás seguro de esto, Dutch?

El rubio cenizo se atrevió a preguntar al contrario, quien lo miró con cejas alzadas y cierta diversión temblando en su bigote congelado.

—Los chicos lo han pasado mal estos días, apenas nos hemos recuperado —Volvió a intervenir Arthur antes de esperar una respuesta del pelinegro.

—Y lo último que necesitamos es que Colm O'Driscoll nos ataque por sorpresa. Vámonos.

Sabía bien que Dutch odiaba a ese hombre. Sin embargo, no estaba seguro si la venganza es un lujo que se podían permitir ahora mismo, sobre todo por cómo estaban las cosas. Dutch repetía y repetía que estaban haciendo lo correcto y normalmente esa frase solía ser suficiente para convencer las dudas del vaquero, aunque cada vez costaba más.

Cabalgaron por las colinas nevadas dejando que tímida nieve cayese sobre ellos. Los caballos se agitaban remolones cuando la nieve ya cubría sus rodillas, pero no detuvieron su galope hasta subir a una colina lo suficientemente alta para poder atisbar el campamento que habían ido a visitar. Con los rifles cargados, pudieron observar que se trataban de aquellos enemigos tan mencionados y odiados por larga vida por el líder de la banda.

Unshaken Outlaws | Arthur Morgan x John MarstonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora