𝗢𝗡𝗟𝗬 𝗬𝗢𝗨 || 𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛.

𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝐈𝐈

OMNISCIENTE;;

Para cuando la mañana azotó a través de la ventana, Dominick observaba a su compañero sexual levantarse después de escuchar la alarma.

— Buenos días— saludo adormilado, caminando al baño de la habitación.

— ¿Dormiste bien?— separó su mirada del libro 'Carmilla' para seguir al rubio con la mirada.

— Como un bebé, está cama es más suave que la de Los Angeles— bostezo desde el lavabo.

— Iré a hacerte el desayuno y luego te acompañaré en la ducha— aviso quitándose la cobija de encima. El vampiro no tenía mucha experiencia en la cocina, por lo que Isaac tendría que desayunar dos sandwiches de jamón.

Y como había dicho, después de acomodar la habitación, se metió a la ducha junto a Isaac. No pudieron tardarse mucho, pues el humano tenía clase y Dominick no quería que llegará tarde. Además, el vampiro tenía su primer día de trabajo y tampoco quería llegar tarde.

Isaac desayuno lo más rápido que podía y Dominick solo bebió una bolsa de sangre haciendo que sus brillarán en un intenso color carmesí.

Diez minutos antes de que las clases empezarán, la pareja apenas se subía al auto, gracias a que el vampiro apretó el acelerador, llegaron seis minutos antes de que la campana sonará.

— Te veré después de la escuela— se despidió con corto beso en los labios.

— Suerte, doctor Mitchell— el humano bajo del auto con una sonrisa. Mientras el vampiro condujo al hospital central del pueblo, donde trabajaría el tiempo que se quedará en forks como cirujano pediátrico.

Como primera tarea, tendría que ir con el jefe del hospital para obtener su uniforme, pero se dio una vuelta por el baño para colocarse sus lentillas azules que esconderían sus ojos carmín.

En su camino a la oficina del jefe, se topó con una enfermera que amablemente se ofreció a llevarlo.

— Entonces... ¿De donde eres?— pregunta intentando hacerse la desentendida pero Dominick sabía que tenía interés en él, cómo todos los humanos con los que hablaba.

— Soy de Chicago pero recientemente me mudé de Los Ángeles— explicó sencillo.

— ¿Y que edad tienes? Te ves muy joven— la enfermera le echo una mirada de cuerpo completo, lamiendo su labio inferior disimuladamente. El más pálido se rió por lo bajo, la mujer podría tener unos treinta y cinco.

— Tengo veintinueve— mintió viendo la reacción de la mujer que al parecer se le encendieron las luces al escucharlo.

— Oh bueno, si algún día quieres salir a comer y conocer el pueblo, llámame— se ofreció, implantando una incógnita en el pelinegro ¿Hace cuánto no tenía sexo está mujer? Agradeció que la oficina del jefe estaba justo al frente a unos cuantos pasos por lo tanto se detuvo frente a la mujer.

— Lo siento, guapa, pero me gustan más menores que yo y además, las mujeres no son mi tipo— Dominick se burló de la mueca avergonzada de la mujer humana.

— Y-yo... Lo siento, no s...— intento disculparse pero el chico la interrumpió.

— Guardate la saliva, nena, no me interesan tus disculpas— fue lo último que dijo antes de seguir avanzando a la oficina del jefe.