𝗢𝗡𝗟𝗬 𝗬𝗢𝗨 || 𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛.

𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝐈𝐕

𝐎𝐌𝐍𝐈𝐒𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 ;;

Un nuevo día alumbró el pueblo de Forks, ya había pasado una semana desde el encuentro entre los inmortales, quienes se sumergieron en una competencia silenciosa donde sus actuales parejas estaban en medio sin saber que sucedía.

Dominick había terminado su turno en el hospital temprano, por lo que pudo ir al instituto antes de que sonará la campana. Cuando vio a su compañero sexual no dudo en atraerlo a sus brazos y besarlo fogosamente bajo la mirada de toda la comunidad estudiantil y de Edward en especial.

Sonrió burlón en medio del beso cuando notó las manos del otro inmortal apretadas en dos puños y la mirada fulminante que le dirigía.

- ¿Y eso por qué fue?- curoseo el rubio sorprendido, aunque Dominick no temía en mostrar su afecto en público nunca lo hacía tan... Explícitamente.

Dominick aparto la mirada del cobrizo para mirar los ojos azules de su actual compañero.- Solo te extrañe, ¿está eso mal?- había un poco de mentira disfrazada en sus palabras pero no quería herir al humano.

- No. De hecho me gusta cuando lo haces.- sonrió antes de volver a juntar sus labios con la misma intensidad con la que el vampiro lo beso.

Dominick mantuvo su mano derecha en la cintura del rubio mientras que la izquierda bajaba hasta sus glúteos para apretarlos a su antojo.

- Vámonos antes de que te ponga en cuatro frente a este montón de imbéciles.- murmuró a la altura de la oreja de su compañero con la mirada fija en Edward quien también lo observaba furioso, probablemente escuchando lo que el azabache había dicho.

Isaac asintió yéndose al asiento del copiloto, Dominick se burlo descaradamente de Edward guiñándole un ojo mientras subía al auto.

Edward por otro lado reprimió un gruñido de molestia al recordar que su novia estaba a su lado charlando animada con Jessica, no podía sentir celos del rubio porque el ya había superado a Dominick, él ahora tenía a Bella y la amaba y la protegería de todos y todo. No tenía tiempo para concentrarse en otra persona que no fuera ella.

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El día se pasó con rapidez estando con Isaac, le agradaba su compañía y desde que lo había conocido su aura era reconfortante. El humano siempre había sido tan comprensivo y quién mejor entendía sus actitudes y el porqué de sus acciones, por eso sabía que la escena en el instituto no era pura casualidad. Ahora que iban a comprar comida, era el mejor momento para intervenir.

- Dominick- le llamó usando un tono natural, relajado.

- Mhm.- pronunció con la boca cerrada dejándole saber que tenía su atención.

- ¿Por qué fue la escena en el instituto?, nunca te comportas tan así en público.- aclaró su punto inmediatamente volteando a mirarlo. El inmortal notó su mirada, aún así, la evadió. Sus manos semitensas apretaron el volante disimuladamente.

- No sé de qué estás hablando.- sonrió para disimular la incomodidad que lo envolvió.

- No me quieras ver la cara, Dominick. Sé que tuviste una razón para comportarte de esa forma, siempre tienes una razón.- cualquier persona involucrada con lo sobrenatural pensaría que Isaac estaba loco por hablarle así a un vampiro, pero el coraje de ver cómo Dominick osaba mentirle lo invadió con rapidez. No le molestaba el hecho de que mirara a alguien mientras lo besaba, no era la primera vez que lo hacía, pero usarlo para armar ese tipo de escenas le causaba una sensación para nada linda en su pecho.