Capítulo III: Bipolar.

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Sander nos vio cuando subíamos las escaleras. Saludamos a través del vidrio, y cuando empezó a saludarnos su mirada se desvió a la alta chica a nuestras espaldas. Inmediatamente se levantó de su anterior posición (sentado en la silla con los pies sobre el escritorio) y se peinó rápidamente con las manos, a pesar de que su cabello estuviera bien. Para cuando abrí la puerta, Sander estaba con una mano apoyada en el escritorio y la otra hecha un puño sobre su cintura, mirándonos con una sonrisa nerviosa.

-¿Qué hay chicos? ¿Cómo les fue? ¿Todo bien? ¿Nada malo con las banderas? ¿Se divirtieron?

-Sip. Si que lo hicimos. Félix más que yo, sólo mira todos esos divertidos raspones.- hablé con ironía y lo señalé para que Sander lo viera. Él lo miró haciendo una mueca de dolor, aún sin cambiar de posición.

-Lo hice por ti tonta- Félix estaba buscando una ropa para cambiarse en el mueble. Yo mientras tanto me aseguraba de tender mejor la cama, no porque fuera necesario, sino porque me sentía muy rara sin hacer nada.

-Entiendo.- Su mirada pasó de estar sobre Félix a posarse sobre Jessie, quien al inicio contemplaba la cabaña como si le perteneciera, y luego lo miró a él cuando empezó a separarlos medio metro de distancia. Ella sonrió amable y él solo supo ensanchar aún más su sonrisa nerviosa.-Y veo que trajeron a una amiga.- Ella lo miraba con altura y una sonrisa ladeada, y él la miraba como si ella lo intimidara.- ¿Perdí la apuesta verdad?- Su cara era expectante, con cierto miedo.

-De hecho, eso es justo lo que venia a decirte.- Jessie miró a Félix mientras dejaba la ropa sobre el mueble, tomaba el botiquín que Jessie dejó en el suelo junto a la cama y lo puso en el mesón de la cocina, al lado del fregadero.- Fue Félix quien encontró las tres banderas que Andrew dejó en el risco.- Ella paró de ver a Félix sacar alcohol y algodones para volver a ver a Sander a la cara.- Felicidades, me ganaste.- Sonrió. Él no podía creer lo que acababa de escuchar, pero su cara tenía un brillo extraño y sus ojos dibujaban la pregunta: "¿Será verdad?". Sander miró a Félix, quien empezó a mirarlo cuando no escucho respuesta o algún grito eufórico. Sander presentaba la duda en su mirada y Félix asintió cerrando el botiquín, haciendo que el contrario olvidara toda la intimidación que le causaba Jessie, levantando sus brazos con los puños cerrados.

-¡Siii! Gané.- Gritó desbordante de felicidad, como si acabara de ganar la lotería. Se reacomodó mirándola y la señaló- Ahora me debes una cerveza- La misma mano que uso para señalar a Jessie, ahora la usaba para señalarse a si mismo.- Y yo se exactamente donde.

-Ademas de tener que invitarte una cerveza ¿También debe ser donde TU digas?- Reprocho ella quitando su sonrisa, haciendo énfasis en la palabra "tu". Sander volvió a su actitud intimidada y asustadiza.

-A-ammm... yyyo, pues... era una sugerencia, n-no tienes que hacerlo si tú no...- El tartamudeo fue interrumpido por la bonita risa de Jessie, una risa que no demostraba altura ni superioridad, sólo simple gracia. Era una Jessie diferente a la que entró.

-Solo estoy bromeando Sandy.- Dijo al terminar de reír.- Desde luego que me gustaría saber cuál es ese lugar. Adoro conocer sitios nuevos.- Sander sonrió volviendo a aquella actitud confiada y alegre que lo caracteriza.

-¡Perfecto! Ahora solo tenemos que elegir un día.- Ambos empezaron a caminar hacia la puerta.

-¿Qué tal mañana?- Preguntó ella. El se detuvo en seco, y ella se detuvo para voltear a verlo.- ¿Qué pasa? ¿Hay algún problema? ¿Estás ocupado?- Ella preguntó con preocupación en su rostro, como si lo hubiera arruinado todo.

-No no- Rió algo nervioso para intentar calmarla.- Mañana es perfecto. Es solo que acabo de recordar que dejé algo aquí y no recuerdo dónde. Debo quedarme a buscarlo, adelántate, que yo te alcanzaré.- Finalmente sonrío con una actitud más tranquila.

Un Campamento a besos || Feligami (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora