Megumi revisaba lo exámenes de sus alumnos, no podía comprender como alumnos de la universidad, podían ser tan desordenados e incluso tener faltas de ortografía, por dios, era la clase de literatura, quién escribía ortodoxo con s, haría a ese alumno escribir una plana con esa palabra mil veces hasta que recordara bien la clase de gramática.
Terminó de revisar los ensayos cuando la puerta del aula fue abierta lentamente, el pelinegro no necesito voltear para saber que era Hanna, una de sus alumnas, la que se acercaba lentamente a él, un precioso y muy elaborado bento fue puesto en el escritorio y solo entonces Megumi levantó su vista.
-Hanna-chan, te he dicho muchas veces que no debes traerme el almuerzo-
-pero hoy prepare de todo un poco y ..-
-Hanna-chan, el director Yaga me llamó la atención, de seguir con esto, me cambiaría de asesor de este grupo-
Ante ese comentario, el rostro alegre de Hanna, cambio a uno de preocupación
- lo lamento profesor Fushiguro, prometo no hacerlo de nuevo, pero no deje de ser nuestro asesor-
Pequeñas lágrimas comenzaron a asomarse en los ojos de la chica, pero Megumi se levantó, colocó el bento en las manos de la chica y dio pequeñas palmadas en la coronilla de la chica
- no te preocupes, por cierto, tu ensayo fue el mejor, sigue así Hanna-chan-
El rostro de la niña se tiño de rojo y asintió sonriente
-prometo que estará orgulloso de mi profesor Fushiguro-
La chica salió corriendo del aula, dejando solo a Megumi, pero antes de que volviera a sentarse, el pelinegro recibió otra visita.
- vaya, Hanna-chan no se da por vencida, así me da lástima la pobre, por cierto, no recuerdo que el director Yaga mencionara algo acerca de cambiarte como asesor del grupo-
El tono burlón de Yuji, hizo que Megumi se irritara
- está bien, no lo dijo, pero de no llamarle la atención a Hanna, seguiría trayendo comida a diario, suficiente tengo con el coqueteo de tu hermano-
- no puedes culparlo Megumi, Sukuna era heterosexual hasta que te conoció, créeme, si no tuviera a Junpei, hasta yo iría detrás de tu lindo trasero-
- ¿acabas de alabar mi trasero?-
Yuji se encogió de hombros y sonrió
- vamos, tengo hambre, tu invitas el sushi-
- ¿pero casi tengo dinero?-
- lo siento, si no lo haces, le diré a Junpei lo que dijiste de mi trasero-
Ante esa mención Yuji asintió asustado, Megumi sabía que si bien Junpei era calmado, tenía un pequeño lado oscuro que no todos debían conocer.
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Megumi estaba comiendo con Yuji, cuando su peor pesadilla llegó y lo besó en el cuello inesperadamente.
- ¡Maldición! Sukuna, ya te dije que no hicieras eso- dijo furioso
- no te enojes cariño, tu bello rostro tendrá arrugas-
- Sukuna, deja a Megumi, o un día de estos te va a demandar por acoso laboral-
Los tres trabajaban en la misma universidad, Megumi era maestro de literatura, Yuji era el maestro de deportes, mientras que Sukuna impartía historia.
- no se cómo alguien con tu nivel académico, pueda comportarse como un maldito imbecil-
- si me correspondieras cariño, dejaría de ser asi-
El resto del almuerzo concluyó con más intentos de coqueteos de Sukuna, un Megumi irritado y un Yuji disculpándose por la actitud de su hermano.
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Megumi caminaba a su aula, pero en el momento en el que quitó el cerrojo, unas fuertes y grandes manos lo hicieron entrar abruptamente y cerraron la puerta detrás de él.
Unos labios de inmediato se apoderaron de sus labios y las mismas manos que lo vieron entrar se encontraban apretando su trasero, después de un momento, los labios ajenos se retiraron y lo dejaron tomar aire.
- Toru, por dios, no vuelvas a hacer eso, alguien puede vernos-
- no podía esperar más cariño, no pude tocarte desde ayer, odio tener que ocultarnos, quiero decirle al imbecil de Sukuna y a esa niña tonta que eres todo mio-
Megumi sabía a lo que se refería Satoru, ambos ya tenían dos años de relación, pero Megumi no quería dar a conocer que salía con el principal benefactor de la universidad.
Satoru nunca se había interesado por enseñar, si vida era ser el heredero de un poderoso y multimillonario imperio de telecomunicaciones global, pero cuando conoció una de sus tantas escuelas, por mera publicidad a favor del grupo Gojo, conoció al lindo y agradable Megumi Fushiguro, esa mismo día consiguió la información de Megumi y comenzó a visitar más la universidad.
Incluso decidió dar clases de asesoria, su padre, el líder actual del grupo Gojo, no quería, pero Satoru era listo, convenció a su padre que todo sería por publicidad, el mismo Satoru lo convenció que el futuro líder de el conglomerado Gojo, sería mejor visto si se relacionaba con jóvenes estudiantes, además de que en esa escuela, asistían hijos de muchos empresarios y posibles inversores de el grupo, con esa declaración, el padre de Satoru asintió feliz, pensando que su hijo lo hacía por el bien de la empresa, no podía estar más equivocado.
- prometo que lo haremos pronto, no quiero que piensen que solo por ser tu novio, me dieron el mi permanencia por ti-
- eres el mejor profesor Gumi, inteligente y amable, fue una coincidencia que una semana de que yo llegara, se te diera la plaza, solo porque el antiguo profesor era un holgazan idiota-
- aún así, debemos ser cuidadosos, mientras seas el heredero Gojo, no quiero que piensen que me aprovecho de ti-
- entonces renunciaré a ser el futuro CEO de Gojo-
- no puedes hacer eso-
- claro que sí puedo-
Megumi no podía creer las palabras de Satoru
- deja de bromear Toru-
- nunca he hablado más en serio, sin ti, no me importa nada, prefiero ser un simple maestro feliz a tu lado en un pequeño departamento, que volver a ser el mismo ser que era antes de conocerte, no quiero volver a ser infeliz Gumi-
Megumi no sabía si llorar o sonreír, amaba demasiado a Satoru, solo se dedicó a besarlo.
- te amo Toru, si tú estás dispuesto a pelear, yo también, no me importaran las opiniones ni las habladurías, quiero que todos sepan que solo soy tuyo-
- ya quiero ver la estúpida cara que pondrá Sukuna cuando sepa que solo eres mio-
Megumi sonrió ante la altanería de Satoru, pero a pesar de todo, lo amaba, siempre amaría a Satoru, y estaba dispuesto a ignorar las opiniones ajenas, solo le importaría su felicidad.
