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Lola miraba a su alrededor, con su mente vacía y en su corazón esperando a que alguien la salve de las garras de su padrastro

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Lola miraba a su alrededor, con su mente vacía y en su corazón esperando a que alguien la salve de las garras de su padrastro.

— ¡hey!, ¡Lola! — escuchó la voz de Carl haciendo que los ojos brillantes de la joven se pusieran en el chico.

Este se había quitado sus trenzas.
— ¿te gusta mi nuevo cambio de look? —
bromeo el haciendo reír a la chica.

Así pasaron los meses, Carl y Lola se hicieron inseparables, pero todo esto sin que Tom sepa.

Claramente la pelirroja no le contó a Carl lo que le sucedía, sino estaría en graves problemas, o tal vez muerta en manos de su padrastro.

Un día de esos, Lola llegaba de tomar un helado con Carl, llegaba a su hogar con una gran sonrisa en su rostro, ¿tal vez estaba empezando a sentir algo por el chico?, no lo sabía.

— ¿con quien estabas...Lola? — oh no...
La pelirroja se dio la vuelta rápidamente.
— h-había ido con una chica que conocí el otro día a tomar un helado...papi... — contestó está aterrorizada.

— mentiras, mentiras y mas mentiras mi querida lolita...yo...yo lo sé todo, se que has estado con ese chico...Carl, ¿no? —

Lola miró al piso muerta por dentro, sabía lo que se vendría.

— empaca, hoy mismo nos vamos — ordenó a la joven el mayor seriamente.

— p-pero... — Lola no pudo continuar ya que el hombre sincho una de sus trenzas.
— ¿pero que? — este la miro con un rostro psicopata. — nada... —

La chica subió a su habitación, decidida a salir como pueda de allí para despedirse de Carl.

Ella se dirigió a su ventana, no era tan alta, no dolería la caída. Ella saltó y cuando quiso recordar se encontraba corriendo desesperadamente hacia el hogar del Gallagher.

Abrió la puerta la cual se encontraba abierta. — ¡Carl!, ¡Carl — repetía Lola desesperadamente.

Carl apareció alli en cuanto escuho los gritos. — ¿que sucede? — preguntó — me mudaré... — contestó la chica.

Después de minutos Lola le contó todo lo que ha vivido y el motivo por el cual se iba. Carl estaba incrédulo, enfadado con sí mismo por nunca haberse dado cuenta desde el principio, tras el joven tratar varias veces de convencer a la chica de llamar a la policía y de que todo acabaría no sucedió, su padrastro era capaz de todo, estaba loco, y la mataría de todas formas, así que se negó al plan de Carl, y decidió hacer otra cosa.

La pelirroja tomó valor y beso al chico lentamente. — dime que me esperaras, Carl... no importe cuanto, segundos, minutos, meses, años... por favor espérame. — rogó Lola.
— prometo, si tendré que esperarte toda la vida, lo haré — lloriqueo el chico.

Lola ; Carl Gallagher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora