Hyde

1.6K 168 5
                                    

Decidí ir a ver las abejas de Eugene, por lo general Merlina se encarga, pero no tenía nada mejor que hacer. Entré a la cabaña.

Todo estaba tranquilo hasta que de pronto la puerta se abrió, revelando a Merlina y su tío.

—No sabía que estabas aquí —dijo al verme.

—Quise revisar que las abejas estén bien —me encogí de hombros sin mirarla.

—Esto le pertenece a un amigo —le comentó a su tío.

—¿Ya hiciste un amigo? Ese pobre volverá a casa en una bolsa de cadáver —me estremecí, parece que todos los Addams tienen ese sentido del humor perverso, me hubiera causado risa de no ser por la situación actual de Eugene. Merlina parece que pensó lo mismo porque no dijo nada al respecto.

Lucas se acercó a la colmena que yo estaba revisando.

—Me gustan los escondites que vienen con comida —lo miré con el ceño fruncido.

—Las abejas están invernando, prácticamente son las hijas de Eugene —dijo Merlina. Su tío se rió un poco y alzó la mano, dispuesto a agarrar una abeja del panal—. ¡Significa que no te las comas! —Lucas se volteó y la miró, mantuvieron una pequeña guerra de contacto visual que claramente ganó ella.

—Merlina —colocó la abeja en su lugar, logré respirar nuevamente—, cuando me lanzas esa mirada letal de reprobación, me recuerdas a tu madre —ella se movió un poco incómoda—. Hablando de cosas que asustan, ¿saben a qué clase de monstruo se enfrentan? —nos preguntó. Merlina sacó uno de los dibujos de Xavier.

—No hemos podido identificarlo —le extendió la hoja de papel.

—Uuuuhhhh, este es un hyde —informó.

—¿Como en Jekyll y Hyde? —inquirí, él asintió.

—Ya habías visto uno —asumió ella.

—Oh sí, en el 83, en mis vacaciones en el instituto Zuri para criminales locos, ahí me hice mi primera lobotomía, las lobotomías son como los tatuajes, no puedes hacerte solo una —se encogió de hombros.

—Cuéntanos del hyde —le pidió. Él suspiró con un poco de nostalgia.

—Olga Malacova, caray, lo tenía todo: belleza, astucia y una afición por la necrofilia —dijo riéndose—. Olga era concertista de piano, hasta que una noche ella se transformó en medio de una sonata de chopan, masacró a una docena de miembros del público, y también a tres críticos.

—¿Qué lo detonó? ¿o se transformó a voluntad?

—Ni idea, solo la vi en la terapia de electrochoque grupal.

—Jamás se han mencionado los hydes en la literatura de excluidos, ¡y Nunca Más tiene la reputación de tener la mejor colección! —replicó molesta.

—¿Ya vieron en el diario de Nataniel Faulkner? —ambas miramos al hombre con intriga y confusión, ni siquiera habíamos escuchado sobre ese diario—. Antes de fundar Nunca Más, Faulkner viajó por el mundo y catalogó a todas las comunidades de excluidos.

—¿Cómo sabes esto?

—¿Crees que tus padres no se quitan las manos de encima ahora? Ay que va —esto me recordó a la visita de padres, me estremecí al pensar en lo empalagosos que son la pareja Addams—, llegué sin avisar una noche al dormitorio de Homero, vamos a decir que no interrumpí una pelea de almohadas —se rió, volví a estremecerme.

—Tío Lucas —le reclamó.

—Eh ¿sí?

—El diario, ¿dónde está?

Confianza || Merlina Addams x TN FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora