Capítulo 3Los días de Temach no fueron los más agradables que había tenido a lo largo de su vida. Después que su manager le indicará que acepto el Podcast, tuvieron que viajar a la ciudad donde se llevaría a cabo la conferencia y eso sería un problema.
Podía tomarse el tiempo de viaje en avión, pero su celo aún estaba presente y no quería ser manchado por alguien en un avión barato y la mejor opción que tenian era viajar en auto por más de 10 horas con paradas para tratar de bajar su celo y comer cualquier aperitivo, hasta llegar al hotel donde suelen pasar cuando viajan a la ciudad de Monterrey.
Cansado y con la fatiga del celo, tuvo un día de descanso dónde tenía que hacer lo imposible para que su celo bajara antes de asistir al Podcast.
Por la mañana, su manager se dirigió a un lugar fijo y muy reservado para comprar unos nuevos medicamentos. De regreso al hotel, pasó por un restaurante que suelen desayunar y pidió comida para llevar.
Cuando estacionó frente al hotel y salió del auto con las medicinas y la comida en la mano, vio salir a alguien que reconoció inmediatamente. Era una mujer de cabello largo y negro, vestida con ropa no tan relevante y con una mascarilla que al llegar un auto de color negro se subió y se alejó rápidamente.
Suspiró y miró su celular para ver que habían pasado tres horas desde que salió del hotel. Cerró la puerta del auto y entro al hotel presentando su tarjeta de hospedaje. Tomó el ascensor hasta el séptimo piso y llegó a la habitación.
Antes de entrar a la habitación, tuvo que tomarse un respiro para dejar salir todo ese olor que salía de la habitación. Puso la comida sobre la mesa y se llevó las medicinas al dormitorio. Al abrir la puerta, tuvo que volver a detenerse por un momento antes de ingresar.
A pesar de ser beta, podía sentir que ese aroma lo suprimía.
Miró hacia la cama donde su representado yacía boca abajo con las piernas y el trasero pegajosos, el cuerpo cubierto de sudor, chupetones en la espalda que no llegaban al cuello, la cama estaba hecha un desastre y su ropa estaba tirada en el suelo.
Se cruzó de brazos y se apoyó contra el marco de la puerta hasta que su representado notará su presencia. Lo vio levantar la cabeza y mirarlo confundido, después señaló a un costado de la habitación.
— ¿Puedes abrir la ventana? —pregunto Temach.— La maldita perra no quiso abrirla.
— Buenos días para ti también. — contestó el manager tras dar un suspiro y caminar hasta el ventanal del hotel.— Parece que el humor no se te bajo después de todo.
Abrió las cortinas junto a la ventana, dejando salir el escandaloso olor que se había acumulado en la habitación. Luego regresó a la entrada y miró a su representado que se había levantado hasta quedar sentado en el borde de la cama.
— ¿Conseguiste los medicamentos? —volvio a preguntar Temach sin mirar a su manager.
— Sí. —asintió y luego tiro la bolsa de medicamentos a la cama.— Pero me dijeron que a la próxima tienes que ir tu mismo a pedir esos tipos de medicamentos.
— Que se vayan a la verga —dijo al tomar la bolsa de la cama.
Después Temach se levantó de la cama lo más despacio que pudo y al dar un paso casi pierde el equilibrio, pero se recuperó y levantó la mano para indicarle a su manager,.que esta bien después que diera un brinco del susto.
— Tranquilo. —dijo casi sonriendo.— La perra no es tanto como para dejarme cojo o desmayado.
El manager salió de la habitación sin comprobar primero que Temach estaba bien en el baño. Fue a la cocina, sirvió la comida en la mesa. Luego abrió todas las ventanas de la habitación para que el olor se dispersara por completo y colocar ambientador con olor a lavanda en cada rincón.
Minutos después, Temach salió del dormitorio vestido con ropa limpia y luciendo un poco desorientado. Se sentó en la mesa y bebió café caliente. Inhaló un poco de aire y esperó hasta que el manager se sentará a su lado.
— ¿No crees que fue mucha dosis? —pregunto el manager algo preocupado por lo distraído que estaba Temach.— Dicen que eso es muy fuerte hasta el punto de que tú celo ya no se haga presente. —Tras dar un suspiro, la mirada de Temach ya estaba encima de él con una ceja levantada.— Y que no puedas tener hijos.
Con solo mirarlo a los ojos y ver su sonrisa descarada pude ver que gritaba de felicidad al decirle eso. Después de eso, Temach comenzó a comer sin decir nada, creyendo que todavía seguía con los efectos de la medicina. Después de unos minutos, cuando ya no quedaba casi nada en el plato, finalmente empezó a hablar.
— ¿A qué hora es el Podcast?
— A las siete de la noche. —respondió el manager dejando el tenedor a un lado.— Pero tenemos que estar a las tres de la tarde para recibir las indicaciones.
Temach asintió y continuó con su desayuno. Cuando terminó de comer, dejó el plato a un lado y sacó su celular para leer las noticias del día. Su manager vio que parecía más tranquilo y con los pies en la tierra y quiso iniciar una conversación.
— ¿La llamaste? —pregunto el manager y la mirada de Temach ya estaba sobre el, luego movió la cabeza negando la pregunta.— Entonces, ¿por qué vino?
Temach se encogió de hombros y siguió con su celular. Después de minutos de silencio, Temach se dió cuenta que su manager no se había levantado de la mesa y lo miró de reojo. Suspiro y dejo mi teléfono para prestarle atención a mi manager.
— ¿Qué quieres que te diga? —dijo Temach y luego se cruzo de brazos.— La perra quiso venir y tampoco estoy en posición de negarme. —Su manager levantó una ceja en señal de confusión.— Sabes que está mierda no se estabiliza sin que no pueda sentir algo dentro mío y tampoco es que tenga la opción de acostarme con cualquiera.
— Lo sé, pero ¿sabes el caos que se armaría si todos descubrieran después que ambos están teniendo encuentros amorosos mientras que en las redes sociales se desean la muerte?
— Encuentros sexuales. —corrigió Temach y continuó:— Además, eso es lo poco que me interesa, hasta que consiga un remplazo estaré jodiendo su vida. La perra se lo merece.
— Bueno, lo que digo es que esto va a terminar peor de lo que empezó.
— Es que ese es el motivo. —volvió a sonreír y se levantó de la mesa.— Ver caer a la perra que se cree la mera verga solo porque tuvo a dos omegas como pendejos.
Luego tomo su celular y camino hacia la recamara cerrando la puerta de golpe dejando al manager en la mesa con el platos sucios. Suspiro y se levantó de la mesa recogiendo los platos y antes que pudiera ir a la cocina, Temach volvió a salir.
— ¿A qué hora es el Podcast?
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Yin & Yang (Farid x Temach / Omegaverse)
Фанфик"Sí vivió desprecio y humillaciones, quizás a lo que le teme ya no es al amor en si, si no a qué todas las personas sean como quien la destruyó." Farid Dieck x El Temach