Conociendo

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El adorable omega regresaba corriendo a su casa después de la universidad, feliz porque tenía vacaciones gracias a la Navidad que será en tres días y Año nuevo.

Era un amante de la navidad, por el simple hecho de que su madre, Ania, prepara galletas con diseños navideños como muñecos de nieve, de árboles y de Santa Claus, el sabor era exquisito por lo que siempre halagaba la sazón de su mamá.

Llegaba a su casa, con una sonrisa acompañada de hoyuelos que heredó de su mamá. Hablando de ella, la escucha en la cocina, como si estuviera picando para la comida.

Va a pasos apurados hacia su madre, la ve de espaldas, con un vestido pegado hasta su cintura y después suelto, era de color rosado con algunas franjas del color un poco más intenso, y un mantel de manzanas que su marido, en este caso, el papá de Gustabo le regaló por su cumpleaños y era muy significativo porque las manzanas era su aroma.

Ania olfatea el aire, disfrutando el agradable olor de su cachorro; El algodón de azúcar.

Ella se gira, dejando de picar las verduras en un tablón de madera y lavando sus manos antes de secarlas con un trapo. Recibe a su cachorro como todos los días; de lunes a viernes cada que regresa de la universidad. Hoy, vio que estaba muy feliz y ella asumió que era por la cercanía de la navidad y por el clima fresco.

- Hola, mamá - El rubio saluda, inhalando el aroma acogedor de su madre.

- Hola, mi niño - Ella deposita un beso sobre la coronilla de su hijo - ¿Qué tal te fue?

-Muy bien. Tengo vacaciones - Cuenta con euforia, su madre vuelve a picar las verduras y Gustabo se sube a la encimera y mueve sus pies al aire - Horacio me invitó esta noche al club a festejar nuestras vacaciones... - Dice un poco inseguro y baja la mirada cuando escucha a su madre suspirar.

Sus padres son muy sobreprotectores con él desde hace mucho tiempo solo porque era un omega muy bonito y sobre todo que no ha tenido experiencias en relaciones, también porque suele ilusionarse demasiado y puede dar hasta lo que no tiene, pero se esfuerza en conseguirlo para darlo.

Pero no siempre va a estar encerrado en la casa sin experimentar, no quiere que en unos días o semanas sea más libre y la gente lo tome por tonto por no saber desenvolverse bien.

- Tienes que decírselo a tu padre, cariño - Dice mientras coloca todas las verduras picadas en una olla hirviendo.

- Está bien - Suspira, dando un brinquito para bajarse de la encimera y cuando sale a la cocina se encuentra a su padre recién llegando de su trabajo.

Gustabo lo ve un poco más cansado, pero siempre lo veía con una sonrisa. Su padre, Elías, casi toda su vida ha trabajado en un restaurante de mesero y sacrificando días de vacaciones para ganar más dinero y así que a nadie de su familia le falte nada, principalmente de Gustabo.

Elías abre los brazos, Gustabo va hacia él, abrazándolo, oliendo el café que emanaba.

- ¿Qué tal, chico?

- Muy bien, papá. Quería pedirte permiso - Dice con un poco de timidez. Elías alza sus cejas - Quería saber si me podrías dejar ir al club con Horacio. No voy a tomar tanto, lo prometo.

Elías tiene sus manos en sus caderas, mirando con una ceja alzada a su hijo quien jugaba con sus propias manos.

- ¿Ya hablaste con tu mamá?

- Ella me dijo que hablara contigo - Frunce el ceño.

-¿Entonces ella no te dijo sobre de darte o no permiso? - Pregunta. Gustabo niega levemente - Genial, todo me lo lanza a mi - Susurra, soltando una risa divertido - Anda, tus notas están perfectas en la universidad. Solo no tomes mucho. Ve con cuidado.

Sugar 🍧🍺🚬[Intenabo] OMEGAVERSE🎄 Especial Navideño/Año Nuevo🎄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora