III

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El infierno es frío y lo ha sido desde que Jungkook tiene recuerdos. Él recuerda cómo la atmósfera del infierno cortó su piel como agujas mientras caía, despojado de sus alas, de su estatus y de su honor, con su sangre evaporándose cual humo, y recuerda cómo poco a poco la luz del sol se desvanecía y la oscuridad lo recibía como un viejo amigo.

El infierno está vivo, pero no por los demonios ahí vivían. El infierno estaba realmente vivo y eternamente furioso y Jungkook, siendo quien era, tomó el manto de odio y lo hizo propio, pues para reinar sobre el infierno debes dejarte asfixiar por él. Se sentó en ese trono y cargó con ese peso, porque es lo que debía hacer. Un demonio por encima de los otros demonios, un demonio con el poder del arcángel más poderoso, ¿quien se atrevía a cuestionar su legítimo derecho a ser rey?

No era su primer rey, pero sería el último; el propio infierno sabía que no habría uno mejor, pues si el infierno era eternamente furioso, entonces Jungkook era algo más. Hace millones de años cayó el primer ángel y se erigió como rey, ¿no es irónico que el infierno solo haya aceptado a ángeles como reyes? ¿Cuánta oscuridad puede albergar un ser celestial? ¿Cuánto odio sentían los hijos de Dios?

Jungkook se hizo estas preguntas por largos años, mientras veía como caían algunos de sus hermanos a la par de que los círculos de infierno se llenaban con los trágicos inquilinos humanos.

Humanos.

Para Jungkook solo fueron un pensamiento fugaz hasta que los vio en el cielo, asomado en el balcón celestial, los veía riendo, jugando, traicionando y perdonando, ¿como podían sentir tantas cosas? ¿cómo podían hacer tantas cosas y aun así ser amados?

¿Amados?

Amor... Jungkook no sabe qué significa eso, pero los humanos son capaces de provocar guerras por él, incluso vio al hombre más orgulloso suplicar de rodillas por amor.

Jungkook no ama ni es amado, los ángeles solo existen para hacer respetar las reglas, es inutil que puedan amar. Él, por sobre todos, siendo el arcángel principal, no debía hacer ni sentir nada que no le fuese ordenado.

Entonces comenzó el rencor.

Jungkook quería amar, pero lo primero que sintió fue odio, envidia, rabia, sentía su orgullo herido. Él, el más poderoso, el más cercano a Dios, ¿no podía amar? ¿y esos humanos si?

Jungkook sabe que sus hermanos lo encontraron ridículo, definitivamente no era una buena razón para cortar sus propias alas, dijeron ¿pero de qué sirve ser quien era si no podía sentir como quería?

En retrospectiva, él debió notar que algo andaba mal, ¿por qué estas cosas le preocupaban ahora, después de miles de años sin cuestionar nada?

Solo podía haber una razón: Dios.

¿Qué ganaba su Padre con esto? haciéndolo dudar, invitándolo a renegar y avivando la llama de la rebeldía en él, que no había sido más que leal desde que existía. Pero debió saberlo mejor, porque Dios siempre era impredecible y complejo y nunca entenderías por qué hace las cosas si él no quiere que lo hagas.

Entonces Jungkook cayó. Fue condenado y exiliado, así terminaba la historia del arcángel que sirvió toda su existencia a Dios, y así nacía el demonio que reinaría en el infierno por los siglos de los siglos.

Pero Jungkook no aprendió, los humanos lo hicieron caer una vez, ¿quien se habría atrevido a sugerir que habría una segunda vez?

Yoongi lo miraba con burla mientras sacaba su espada de su pecho,lento, asegurándose de que Jungkook sintiera cada segundo.

- Siempre estuvo destinado a terminar así, eras el único que no lo quería ver - el bastardo realmente parecía disfrutar cada segundo, sonriendo todo orgulloso y victorioso, mirando con deleite el filo rojizo de la espada.

¿No lo quería ver?

No, Jungkook siempre lo supo, entonces ¿por qué no evitó esto?

Jungkook miró con desinterés su propio pecho, donde la sangre brotaba y brotaba. Normalmente sanaría en segundos, pero esa espada no era normal, por lo que seguramente tardaría lo suficiente como para que Yoongi hiciera lo que sea que quisiera hacer.

Tal vez Jungkook también era complejo e impredecible. Podía imaginar el rostro traicionado de Taehyung, aunque no tenía derecho alguno, ¿no fue él quien provocó esto? diciéndole a Jungkook que conocería a alguien a quien amaría y por quien sería amado cuando fuera traicionado por Yoongi. Mirándolo con desconfianza mientras intentaba hacerlo jurar una y otra vez que no permitiría que Yoongi fuera rey.

Taehyung sabía cuál era el más profundo anhelo de su rey y debió saber que siempre iba a terminar así, porque Jungkook solo hace lo que quiere, ¿que es una espada en su pecho y un impostor en su trono cuando puede tener aquello que siempre ha anhelado?

Aún con todos esos pensamientos, Jungkook no puede evitar el estallido de ira que surge desde lo más profundo de su ser. Un humano, un insignificante y patético humano codiciando su trono, codiciando su lugar...

Lo matará. Porque Jungkook es quien es y eso no puede ser olvidado.

Jungkook se quedará con esa alma destinada a ser suya y con su trono. Se quedará con todo, porque es el rey.

Ahora, si solo esa voz suave que lo ha acompañado en su inconsciencia siguiera hablando todo sería más divertido que solo navegar en sus recuerdos. Él podía seguir escuchando de ese tal Baekhyun si solo fuera la voz de esa persona la que llenara sus sentidos. Sabe que está recostado sobre algo blando, sabe que su herida fue tratada, lo que en realidad no era necesario porque ningún arma podría matarlo nunca, pero aun así se permitió sentir la calidez de las manos que lo trataban con tanta delicadeza.

No es la primera vez que Jungkook está en el mundo humano, pero había una diferencia entre estar allí siendo un arcángel bajo las órdenes de Dios, y siendo un rey exiliado por su propio pupilo.

Tampoco es su primera vez en contacto con los humanos, pero nunca les permitió tocarlo, aunque supone que estas son circunstancias extraordinarias. Además, ningún humano había tenido un alma tan pura como este, así qué ¿qué más da si se aprovecha de la situación para seguir siendo cuidado por este humano? Es el rey y puede hacer lo que quiera.

Ah.

Otra vez está hablando, ¿cuántos días han pasado ya? dejó de contar al tercero, decidiendo que no era relevante. Definitivamente su herida ya había sanado, solo se mantenía inconsciente porque su energía estaba estabilizandose. Todo su cuerpo debía adaptarse para poder contener su poder en un ambiente extraño para él. Aunque tal vez sería más correcto decir que el ambiente se adapta a él, pues no duda que su propia existencia sea un veneno para este mundo.

Bueno, supone que puede equilibrar sus energías mientras escucha esa voz y es tocado por esas manos.

Yoongi puede esperar, el infierno puede esperar. Él volverá y lo colgará por su traición, pero hasta entonces cumplirá con su mayor anhelo. Después de todo, Jungkook nunca ha ocultado que es un bastardo codicioso.

El protegido del Diablo_ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora