Pasiencia

18 8 0
                                    

Riley Fisher

Desperté con unas lamiditas en mi rostro, suaves y tiernas.

—Casper— me quejé entre pequeñas risas. —Sabes que si mis padres te ven en mi cama te castigan.

El intruso en mi habitación se trataba de un labrador bebé, hace pocos meses lo había encontrado merodeando en las calles, en una tormenta muy fuerte. Mi corazón no pudo abandonarlo y me lo llevé.
Ya es otra historia el cómo le supliqué a mis padres que nos lo quedáramos.

—Veo que saliste muy guapo de la peluquería canina— comenté viendo cómo estaba de corto su pelo.

Acaricie su cabeza para luego a marcarlo y ponerlo en el suelo y lo ví marcharse.

Me percaté que mi celular timbró prendiéndose la pantalla, lo agarré y leí algo que me hizo tragar fuerte.

110 Notificaciones.
65 llamadas perdidas.
45 mensajes sin leer.

Rory: Necesitamos hablar.

Una mezcla de frustración y tristeza se juntaron en mi pecho haciendo que de inmediato presionara el botón de borrar.

Necesitaba dejar el pasado de una vez.

No fue hasta este punto que me fijé en la hora en que me encontraba.

8:32 am

Tenía menos de una hora para alistarme e ir al voluntariado.

Salí disparada de mi cama a mi baño.

¡Esto no puede estar pasando!
















...















La llegada en la que entre era totalmente tarde, el tráfico fue terrible y mis pies dolían de tanto correr.
Pero lo que me daba ánimos era que al menos hoy iba a ejecutar mi plan, agradarle a Neytan.

Oprimía nerviosamente una y otra vez el botón del ascensor, esperando a que esté llegará más deprisa a su destino.

Segundo día, ahora iba más que preparada.

Según lo que leí en las primeras páginas, la comida favorito de Neytan es la pizza de pepperoni, así que compre una extra grande de pepperoni con doble queso.
Ama las películas viejas, echas por 1960 hasta el 2000, por lo que traje en un disco la única película vieja que conocía, esta no me decepcionara...
"Los caza fantasmas de 1984".
También hice caso en no vestirme con los colores que me pedía, aunque no fuera mucho de mi agrado. Lo único con color era mi sombrilla roja.

El ascensor se detuvo y al abrirse sus puertas me topé con presencia del mismo hombre de ayer.

—Buenos días, Señor...— no recordaba el apellido, o tal vez si, pero lo estaba dudando, así que opté en decirlo en forma de pregunta. —¿Crowley?— levanté mi mano para saludarlo más educadamente.

—Así es señorita Fisher, buenos días— correspondió el saludo estrechando mi mano con la suya. —Veo que por su presencia, a decidido quedarse como voluntaria del joven Neytan, además de que está preparada.— detalló lo último por la grande caja de pizza que llevaba en una mano.

—Así es, ¿gusta?— ofrecí alguno que otro pedazo, pero él se negó.

—Muy bien, en ese caso, le pido que por favor a guarde un rato después de su horario laboral del día de hoy, es de suma importancia que espere en el pasillo.

El contrato.

Paso por mi cabeza.

—Por supuesto— sonreí.

—Bien, debe pasar, ahora esta con la Señora Davies, pero esta ansioso de verla nuevamente— mintió, sabía que mentía, con lo de ayer mi oportunidad de caerle bien había minimizado, sin embargo, eso cambiaríamos hoy.

Dio el paso y camine otra vez por el largo pasillo. Me acerque a la puerta y noté de que esta estaba entre abierta.

—Sie ist eine Heulsuse. ¡Ich will sie nicht in meiner Nähe haben! ¡es wird mich verrückt machen!/Es una llorona. ¡No la quiero cerca de mí! ¡Me va a volver loco!— habló en otro idioma que era incomprensible para mí.

—Junger Wolmer, versuche es wenigstens./Joven Wolmer, al menos inténtelo.

—Ich hasse die Idee, es zu versuchen, Margot./Detesto la idea de intentarlo Margot.

—Nun, es ist mir egal, ob sie zurückkommt, was ich bete, aber ich hoffe, dass du dich benimmst./Pues, me importa poco, si ella vuelve, lo cual rezo de que si, espero que te comportes.

—Wenn sie zurückkommt, was ich bezweifle, erwartet sie die Hölle./Si ella vuelve, lo cual dudo, le espera un infierno.

Toqué un par de veces antes de entrar.

¿Hola?— pase con la pizza en mano, colocándola cuidadosamente en una mesa que estaba cerca, antes que mi torpeza la derivara.

Y.

Bueno.

Ahí.

Ahí estaba Neytan, en el mismo sofá cama de ayer, recostado de mala gana y con una mueca impregnada en su rostro.

Seguro le daba gusto verme de vuelta.

También estaba la señora de edad mayor dándose la vuelta, la reacción de esta mujer fue lo contrario de la del chico, puesto a que se le había iluminado el rostro entero al verme.

—¡Querida!— exclamó emocionada.

—¿Lo siento, interrumpo algo?— pregunté nerviosa, pensado que había detenido una conversación importante.

—¡No!...¡Si!— respondieron al mismo tiempo la Señora y Neytan— al oír la negativa del muchacho le lanzó una enojada mirada para luego darle un zape por la nuca .

Él respondió con un gruñido, sobándose la parte afectada. Pero no dijo nada.

—Lo que queremos decir, es que no interrumpes nada linda. Me da mucho gusto verla de nuevo.

—A mí igual Señora Davies.

—Nada de Señora Davies, llámame Margot.

—Como usted desee Margot.

Me regaló una pequeña sonrisa.
—De acuerdo linda, me retiro para darles espacio. Neytan comportate.— se dio la vuelta y se marchó.

Otro silencio, tal vez ya sea momento de acostumbrarme a estos.

—Enonces Neyta...— buscaba algo con que diera comienzo a una amplia platica, pero no se me ocurría nada. Mi mente estaba en blanco.

El chico respiro profundamente para luego decir. —¿Eso es pizza?— enderezó la espada sentándose de forma más apropiada.

¡Wow! Lo descubrió.

—Si y de doble queso, también traje la película de "Los caza fantasma de 1984" ¿te gustaría verla, mientras atacamos esta exquisita pizza de pepperoni con doble queso?— tal vez me confié demasiado en esa carpeta.

—Tentador— aplanó los labios.
—Lastima que soy intolerante a la lactosa y odio esa película, deberías saberlo— volvió a su posición anterior.

Eso era suficiente para hacerme entender qué sería un día largo y pesado para mí.

RojoAzul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora