Era imposible no notar a aquella chica que lleva dos meses tras su pista. Lo seguía desde su salida de la escuela hasta su casa, y después volvía a aparecer en sus pasantías.
Al principio tuvo mucho miedo gracias a todas las posibilidades que su mente se molestó en definir: ¿Una criminal? ¿Una asesina que le quería ver muerto? ¿Una villana con un plan macabro?
Aunque pronto no tuvo duda de que era inofensiva al notar lo increíblemente mala que es para esconderse. Con solo decir que una vez la escuchó tropezar con un bote de basura.
Nunca se le acercaba y siempre iba sola, parecía casi una sombra pero era una fan.
Era raro, jamás pensó en que alguien le pudiese ver con admiración e incluso fue Mirio y Fatgum quienes le tuvieron que hacer esa sugerencia para que él la considerara.
Debido a que no quería meter en problemas a alguien que no le había hecho el menor daño no le dijo a nadie excepto a su mejor amigo, sin embargo no había podido evitar que su mentor se enterara en medio de un patrullaje gracias a la nula discreción que ella poseía.
Se acostumbró a tener aquellos ojos en la espalda y verla como una presencia tranquilizadora pues solo desaparecía cuando él se aventuraba en la persecusión de un criminal.
Era casi como estar acompañado incluso cuando no lo estaba.
De forma repentina y sin notarlo comenzó a desear conocerla. Ella sabía su rutina, horarios, y probablemente cosas que incluso él desconocía de sí mismo, y sin embargo Tamaki ni siquiera su nombre.
Imaginó el color de sus ojos en la mañana, cuando la luz del sol apenas llegaba, y su cara cuando le entendiera a matemáticas. Imaginó sus gestos al comer su comida preferida y el sonido de su voz cuando está medio dormida.
Se la imaginó tarareando su canción favorita y la profundidad de su sonrisa. La vió despertando una mañana con prisa y caminando a su lado en un silencio tranquilo de una plática casual.
Antes de que se diera cuenta se esforzaba más en sus entrenamientos para que nunca pasara la vergüenza de que ella lo viese perder frente a un villano. Antes de que se diera cuenta había aminorado el paso en su trayecto de regreso a casa para poder pasar más tiempo juntos y solo cruzaba las calles cuando el semáforo acababa de cambiar a verde para que ella no le perdiera el rastro.
Antes de que se diera cuenta solo podía pensar en ella.
Hace un mes y sin ningún tipo de aviso ella comenzó a pasar no muy disimuladamente enfrente de él a la hora de la salida. Aquel comportamiento era el más raro que había visto en ella. ¿Por qué hacía eso? ¿Quería que la notara? Pero él ya lo hacía. ¿Debía decírselo? No, no, no.
—¿Al final cuál fue tu decisión?
Mirio lanzó su pregunta ese lunes por la tarde en el camino de regreso a casa.
—¿Decisión?
—Sobre tu admiradora —Tamaki se tensó—. Sabes que todavía te sigue, ¿no? Incluso ahora nos está siguiendo.
Apenas logró evitar que su amigo la señalara.
—Lo sé, no la señales por favor... —el hilo de su voz hizo una pausa, buscando cómo expresarse en el tema— Y está bien. Ella no me ha hecho nada.
—¡No está bien, Tamaki! —declaró con el torso inclinado hacia él mientras movía su dedo en señal de negación— Si te hace sentir incómodo hay que avisarle a la policía o hablar con ella.
—Yo...
—Pero no estás incómodo, ¿verdad?
Mirio rió al ver la frente de su amigo apoyada contra la pared más cercana.
—Como pensaba, ¿tengo razón?
Tamaki estaba temblando.
—Mirio... —sus palabras apenas eran audibles— Vamos a llegar tarde...
—Mmmm, tienes razón. Si nos entretenemos más no alcanzaremos la comida de tu mamá. ¿Deberíamos de dejar el tema para otro día?
—Sí...
A pesar de que lo intentó por el resto del día, Tamaki no pudo olvidar aquella conversación. Mirio tenía razón y volvería a atacar al día siguiente.
—No está, ¿verdad?
—No...
Era la primera vez en dos meses en que no estaba. ¿La había atacado un villano? ¿Se había enfermado? ¿Cuánto tardaría en recuperarse? ¿Debería llevarle medicina? No, no, no.
—Mmmmm... Luces preocupado.
Tamaki se estremeció.
—Mirio...
—¡Era broma!
De todas formas lo más probable es que ella hubiese descubierto por fin que él no era tan interesante y había dejado de gustarle.
A pesar de los esfuerzos de su mejor amigo por subirle el ánimo, aquel pensamiento lo acosó toda la tarde.
Pero Tamaki se equivocaba.
Junto con la noche arribó una paz desconocida al corazón del chico cuando la vió entre la multitud. Ahí estaba ella, radiante como siempre y mirándolo a él.
Ahora su pecho tenía una nueva inquietud con el pulso acelerado sin faltarle el aliento. Por otra parte y por razones desconocidas, los comentarios de su mentor sobre su increíble desempeño ese día no ayudaban.
Al entregar un villano a la policía la perdió de vista y no la encontraba. Le molestaba en especial la última expresión facial que había visto en ella: angustia.
Gracias a Fatgum supo que se había marchado en... ¿dirección opuesta a su casa?
Fue enseguida en su búsqueda mientras el pro-héroe colocaba una mano sobre el hombro de Kirishima para evitar que éste lo siguiera.
—¡Voy a ayudar a Amajiki!
—No lo puedes ayudar en esto, Kirishima. No lo puedes salvar del amor.
—¡¿Amajiki fue tras la chica que le gusta?!
—Exactamente —Fatgum asintió, orgulloso.
—¡Oh! ¡En ese caso le deseo lo mejor! —exclamó con un puño en el cielo— ¡Como lo esperaba, Amajiki es todo un caballero!
Apesar de que le costó un poco finalmente logró localizarla, y justo a tiempo, pues al llegar escuchó un grito. Sin dudarlo atacó.
—¿... Tamaki?
El chico voltea al escuchar su nombre, encontrándose con ________ a una cercanía aterradora.
Su mente queda en blanco.
Retrocede de inmediato pero no tarda con chocar con la pared detrás suyo. Acorralado se voltea para apoyar su cabeza contra el muro.
Es incapaz de moverse y aun así no para de temblar.
________ también está inmóvil y con el pecho inquieto. En este momento tiene al chico que le gusta frente a ella, como desde hace dos meses desea, y no tiene idea de qué decir.
Saca sus tarjetas en un acto desesperado por encontrar algo útil sin embargo todo le resulta fuera de lugar o inapropiado para la situación. Con prisa las regresa a su bolsillo pero una se le escapa y va a parar a los pies de Tamaki.
________ se congela.
Él nota el papel al instante y se agacha para recogerlo.
________ entra en pánico. Tiene que evitar que lea eso a toda costa.
—Se te ca...
—¡Al final del callejón! ¡Hay una mujer muriéndose!
♡ ~(◍•ᴗ•◍)~ ♡
Ola
Por si se preguntan, el callejón es muy oscuro, así que la mujer no se puede ver desde la entrada. Rayita solo la pudo ver gracias a que se metió a lo desquiciado 😊
Muchas gracias por las lecturas! Nos vemos en el próximo capítulo 😸
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Aló, ¿policía? (Tamaki x ________)
Фанфик________ es una gran fanática del aspirante a héroe Tamaki Amajiki, pero las cosas no siempre la salen como desearía y, con mucha imaginación y el poder del guión, comenzarán a surgir curiosos malentendidos que darán lugar a esta comedia romántica. ...