Capítulo 2

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Capítulo dos

-Grace-

El viento frio de la noche hacia que mi cabello se moviera y no, no era uno de esos momentos en lo que había leído muchas veces en los libros donde la protagonista se veía hermosa y radiante, en mi caso era un tanto incomodo ya que el viento venia de la derecha y hacia que mi cabello terminara dentro de mi boca, y sí, me asegure de hacerme una coleta lo suficientemente ajustada para evitar esto pero siempre hay cabellos rebeldes o esos que son finos y no les gusta estar ordenados. Tenía esa desventaja, ya que estos mismos impedían que pudiera ver bien en la noche

Lo que ya sabía era como eran las instalaciones de esta institución así que no me molestaría por buscar un mapa y un plano, hay pocos vigilantes ya que la mayoría esta custodiando el castillo porque el nuevo alpha había llegado, eso era un ventaja para mí y ¿Cómo sabia esto? Era más simple de lo que parecía, al salir de mi pequeña casa en busca de los materiales que necesitaría para el robo escuche como unas chicas hablaban de la seguridad de mi mate, como si ese ser no se pudiera cuidar solo; en fin. Ahora me encuentro aquí, detrás de un árbol esperando que el sujeto que está delante de las enormes rejas rote o le den ganas de hacer sus necesidades para poder treparlas e ingresar en el establecimiento, claro que no todo era tan fácil como lo hacían ver, puesto que esas rejas en la punta al final de estas aparte de ser afiladas son de plata y según escuche alguna vez, mas no sé si sea verdad es que tiene una especie de líquido que evita que los vampiros entren

Como si un vampiro va a venir hasta esta manada solo a meterse en una institución llena de papeles y registros estudiantes, les creo si fuera para ocultarse allí, pero ¿Qué podrían robar o que se podrían llevar? ¿Una hoja con el nombre de todos los profesores? En lo personal es una tontería, pero ellos son los lideres, yo solo soy una loca que no se puede convertir, una simple omega

-Perfecto _ susurro mientras sonrió al ver como el guardia se va a dar una vuelta para asegurar todos los alrededores, sin saber que de quien se tiene que asegurar es de mí

Corro lo más rápido que puedo y es que en este momento me siento como un ladrón intentando entrar en una propiedad privada; aunque si me llegase a lastimar terminaría curándose cualquier herida por si misma en un lapso de quince días y lo sé porque ya me ha pasado, solo diré que no soy la hija favorita de mi padre

Como puedo escalo lo más rápido posible aquella reja y termino tocando los barrotes al final y esta vez sí puedo asegurar por mí misma que son de plata y como queman, muerdo mi labio inferior para evitar soltar cualquier cosa y que me descubran, esto es una mierda total, no puede ser que me toque hacer esto cuando ya tenía toda mi ida lista. Termino de cruzar hasta el otro lado e intento bajar como subí al principio pero fallo en el intento y termino cayendo sentada

-¡Maldición! _ exclamo y al darme cuenta de lo que he hecho coloco ambas manos en mi boca, pero ya es demasiado tarde puesto que escucho como unas pisadas se aproximan hasta mí, me levanto del lugar, doy media vuelta y salgo corriendo, diría que está cerca está un poco apartada de la entrada de la institución, yo diría como unos treinta metros, al alpha le gusta mantener las áreas verdes y no es por alagar este lugar pero sin duda alguna es la institución perfecta que aparece en los libros, lástima que todos sean unos riquillos sin cerebro, ni educación

-¡¿Quién anda hay?!... _ puedo ver la luz de la linterna como se mueve de un lado a otro, este es un punto a mi favor, puesto que dejaron como vigilante al señor Antonio

Una sola vez hable con él y no lo considero mi amigo; lo bueno es que él ya tiene su edad y sus habilidades no se comparan con las de un licántropo joven, sin contarme a mi claro está, la única habilidad que considero que tengo es la de terminar llorando con la cabeza en la almohada. Al pasar el tiempo y al nunca encontrar a su mate lo termino debilitado y convirtiéndose en la persona que hoy en día es, un señor viejo y amargado

Me detengo delante de la puerta y descuelgo mi mochila de mi espalda para sacar el martillo que traje conmigo, nunca aprendí a usar eso pequeños ganchos para abrir puertas así que me voy por el lado más confiable, romper la manilla y en este caso el candado de la puerta

Uno

Dos

Tres...

Y después de allí perdí la cuenta de cuantos golpes le di a la cerradura mientras el señor Antonio seguía llamando a alguien que obviamente no iba a responder

-¡Quieta o quieto! _ Mierda, mierda, mierda y más mierda

Me descubrieron este es mi fin, pero, esperen ¿dijo quieto o quieta? No sabe si soy un chico o una chica, sonrió y no volteo para evitar que me descubran y es así como en el silencio de la noche escucho sus llaves sonar, abrirá eso y me atrapara, aunque todavía tengo oportunidad

Por una esquina del ojo veo que son más de veinte llaves y por lo visto él no sabe cuál es la de la cerradura, así que tengo tiempo de sobra; sigo golpeando fuertemente con el martillo y eso hace que se alarme por lo que empieza a probar las llaves; con el último golpe por fin se abre la puerta y es allí cuando escucho como las llaves caen al piso, sonrió

Sin esperar nada más abro ambas puertas e ingreso en lugar, por desgracia no hay nada con lo que pueda bloquear la puerta y así tener más tiempo de buscar mis papeles, pero puedo colocar algo que haga suficiente escandalo para que me informe cuando el este cerca de aquí

Corro como si mi vida dependiera de ello hasta que me encuentro  con el laboratorio y tal como lo hice con la puerta de la entrada empiezo a darle golpes con el martillo a esta, gracias que esta si es una cerradura en lugar de un candado termina rompiéndose en el tercer intento; ingreso al salón y tomo un banco de los mas cercanos, me subo encima de este y empiezo a quitar la bombilla, cuando logro dejo todo como esta y voy hasta el primer punto, una vez en este cierro las puertas y coloca la bombilla en una posición donde sé que si el abre la puerta de manera fuerte esta se romperá y por todo el silencio del lugar sabré que me queda poco tiempo, cosa que hará puesto que estará tan apurado en encontrarme que no medirá su fuerza con nada

Sonrió por mi idea y sin más que hacer en este lugar empiezo a subir las escaleras hasta el último piso, la institución se divide en siete plantas, al primera es en donde está el comedor y los casilleros, aquí solo se encuentran los salones de química porque una vez hubo una explosión donde casi pierden la vida más de un estudiantes ya que los salones se encontraban muy arriba, así que decidieron colocarlos en la primera planta para que así tuviéramos más tiempo de correr y las personas de los demás pisos usaran las escaleras de incendio, esto ocurre ya que nosotras al ser licántropos trabajamos con más químicos que los humanos para así poder realizar armas lo suficientemente letales para destruir a nuestros enemigos

Desde el segundo piso hasta el sexto solo hay salones con pocos casilleros y en el último piso esta la oficina del director, la biblioteca, la sala de descanso y un gran salón donde se encuentran los datos de todos los estudiantes que han pasado por aquí, después de allí creo que no hay más nada y obviamente todos los pisos de este lugar cuenta con un mínimo de cinco baños, y no es para menos aquí hay más de dos mil estudiantes, no tengo pruebas, pero tampoco dudas

-Ya no puedo más _ me quejo mientras coloco mis manos en las rodillas e intento recuperar mi respiración

Apenas estoy en el que creo que es el piso número tres y aquí me estoy medio muriendo, si no fuera una omega con más fuerza humana que de loba desde hace mucho tiempo hubiera llegado

-Un poco más Grace, vamos _ me doy animo a mí misma sin poder contener mi respiración, termino respirando por la boca en un vago intento de descansar y seguir caminando, ¿Por qué no colocaron ascensores en este lugar? A sí, porque somos cambia forma y no nos cansamos por subir unas estúpidas escaleras. El latido de mi corazón no me deja terminar de pensar bien siento que en cualquier momento voy a colapsar y terminare desmayándome como aquel día; me siento débil y también estoy un ochenta por ciento segura que si no termino desmayada terminare muerta

El sonido del bombillo rompiéndose hace que regrese a la realidad y me dé cuenta de las estupideces que estaba diciendo, no moriré hoy, no les daré ese gusto a la manada y a mi supuesto mate, lograre mi objetivo y saldré de aquí victoriosa

LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora