Huye, huye mientras puedas. Si las ratas viven por escurridizas y cobardes, tú no mueras por curiosa cuál gato hambriento
La vida estaba llena de misterios. El sentido de la vida tenía muchas ramificaciones conceptuales que la gente se dedicaba a esparcir según sus ideologías y credos. Existen los que creen fielmente en que la biblia tiene todas las respuestas a cualquier duda que surja acerca de la vida. Algunos piensan que todo tiene razón de ser, ya sea por obra y gracia divina, o por lógica matemática y ciencia. Lo físico y lo espiritual estaban divididos en dos conceptos tan opuestos y lograba combinarse dentro del ser humano de una forma u otra. Pero sin en algo estaban de acuerdo ambas partes es que: A fin de cuentas, la verdad siempre era subjetiva, nunca habría una última interpretación y todo dependía desde el cristal con que lo mirases.
La búsqueda de respuestas para Hanaki había dado inicio. Esa tarde visitó la biblioteca municipal, buscando entre los rincones más viejos y menos concurridos se sumergió en una imperiosa búsqueda de la verdad.
La verdad no sabía por dónde empezar, eran tantas las opciones que podían llegar a darle dolor de cabeza incluso al investigador más activo. La mitología griega fue su primera opción, llevó la daga con ella intentado encontrar alguna similitud entre las armas usadas por los Dioses del Olimpo y la que guardaba en su poder. Sin hayar nada que le ayudara.
Recorrió más estantes, uno por uno, leyendo y analizando cada cosa que le pudiese resultar útil, hasta que su cabeza quiso explotar. En el último estante de aquel desolado pasillo, reposaba un tomo al que no había notado, pero antes de que se acercara, el libro cayó en el suelo sin razón alguna, abriéndose en una de las tantas páginas que poseía.
Con el miedo hasta el punto rojo del manómetro, Hanaki tomó el libro entre sus manos. Sacudiendo el poco polvo que tenía, y algunas telarañas. Leyó el título del texto.
—¿Ángeles guardianes? —le llamó la atención la frase. Y en eso recordó la imagen de su sueño, viendo las ilustraciones de seres alados como en las representaciones que hacen en las pinturas exhibidas en los museos.
Pasó las páginas, el dialecto era un tanto complicado, usaban demasiadas metáforas. Su mente no alcanzaba a interpretar todo tan rápido, sin embargo las siguiente ilustraciones de un ser humano, usando una daga similar a la propia la detuvo.
—Néfilim...
—¿Qué haces tan tarde por aquí, pequeña? —la repentina voz de alguien más la hizo cerrar el libro de golpe. —Ya casi estamos cerrando
Se trataba de la bibliotecaria. Una señora de edad avanzada, que tenía un aura acogedora pero extraña. La mujer miró a la niña de pies a cabeza, y luego el libro que reposaba en sus manos.
—Lo siento, oiga. —llamó a la mayor. —¿Puedo rentar unos libros?
Por alguna razón, la sonrisa de aquella señora, le resultó escalofriante.
—Claro, los que quieras
Hanaki tomó el libro y su bolso para salir detrás de la señora, pasó por la recepción donde se encontró pidiendo el libro que quería llevar, siendo atendida por un chico. Pero no cualquier chico.
—Hirota Riki
Un susurro se le había escapado. El mencionado miró a la fémina con seriedad, intentado escanear el libro tan particular. El cual no apareció en el registro de la biblioteca. Así que el muchacho, ignorando la mirada que tenía sobre él, sacó una copia de la portada del libro antes de entregárselo a la fémina. Hanaki más que sorprendida por ver al pelinegro allí, no podía evitar sentirse presionada por esos ojos. Ilógico siendo ella la que no podía evitar mirar al otro. Cuando el libro le fue tendido, éste opuso resistencia antes de entregarlo. Ganándose una mirada de confusión.
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𝔓𝔩𝔞𝔶𝔦𝔫𝔤 𝔴𝔦𝔱𝔥 𝔣𝔦𝔯𝔢 ✯ 𝔎; &𝔱𝔢𝔞𝔪
Fanfiction"Porque si tengo que caer del cielo y desprenderme de lo que me une a él, para refugiarme en tus brazos y cobijarme en tu corazón... no hace falta un ultimátum, amor mío" ❉Historia de mi autoría ❉Contenido heterosexual, romance, drama ❉Género: fanta...