Son las 10 de la noche.
No me contesta el teléfono.
No sé si voy a ese hotel, sigue ahí.
Mi teléfono se enciende, mostrandome que ella comienza a conducir.
Por fin.
Ojalá no ocurra nada.
Estoy preocupado por ella.
El accidente que tubo hace unos días ya me preocupo, sus dolores de cabeza, mareos.
Ella cree que no me doy cuenta, pero si lo hago.
Voy a la cocina a servirme un vaso de agua.
Tengo un par de reuniones, y a ver a unos guardaespaldas que harán de choferes también.
Ella no quiere pero no hay otra opción.
Pasan los minutos, y a penas va a medio camino.
Al menos viene despacio.
El auto no me importa, pero ella si.
No quiero quedar viudo tan joven.
Suspiró.
Subo a la habitación.
Espero pacientemente en la terraza.
Me siento en la hamaca.
Estoy a punto de dormirme cuando escucho un auto entrar.
Suspiró.
Es ella, conozco el sonido del auto.
Además quién entraría a esta hora y sabiéndose el código de acceso.
Entro a la habitación.
Y conectó mi teléfono.
No tengo ánimos de pelear, mañana hablaremos.
...
El sol da directamente a mis ojos.
Me despierto.
Pero no quiero.
La veo a ella durmiendo tranquilamente.
Cómo su pecho sube y baja, sus pestañas largas, sus labios medios abiertos, y su cabello revuelto en toda la almohada.
Duerme tranquilamente y yo aquí vigilando sus sueños.
Estoy tan perdidamente enamorada de ella.
Y no sé cómo.
Ni cunado.
Solo se que estoy enamorado de ella.
Nunca pensé estar enamorado así.
Pero ella es una mujer difícil.
Pero me gusta.
Estoy perdido.
Me levantó de la cama con cuidado de no despertarla.
Desconectó mi teléfono.
Voy directamente al baño a ducharme y hacer mis necesidades.
Salgo con el cabello mojado y una toalla enrollada a la cintura.
Voy a mi lado del closet.
Es sábado.
Hoy me iré muy casual.
Perfume.
Peino mi cabello perfectamente.
Zapatos de charol.
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Contrato Matrimonial
FantasyDos familias millonarias, muy buenos amigos. Un contrato Matrimonial desde el nacimiento.