Esta historia será muy rara enserio 🤦♀️ Es la primer historia que escribo pero okay. Tratare de hacerla divertida y interesante aver como me va. XD. También disculpen si escribo mal 😭
⚠️Los personajes de este fanfic no son míos!!! Le pertenecen a...
Era una noche algo calmada, y cada luna estaba en su habitación haciendo sus propias cosas. No había nadie fastidiando la vida o discutiendo. Sin embargo había un demonio en particular que estaba fantaseando con unas cosas.
La quinta creciente, Gyokko se encontraba en su propia habitación viendo una película de Disney. La habitación estaba oscura y tenía jarrones llenos de comida marina para disfrutar mientras se veía la película completa de 'La Sirenita' se quedó tan sorprendido que ahora tenía curiosidad por ir al mar.
Gyokko: Hyo! Hyo! Pero que hermosa cola tiene, me pregunto si podría ir debajo del mar? Acaso podría sobrevivir? Mhm.
Este agarró un pescado crudo de uno de sus jarrones y se lo echó por una de sus bocas haciendo que salpique sangre y haciendo un crujido al masticar la carne y huesos.
Gyokko: Ya se! Iré al océano y buscaré los de mi especie!
Dijo entusiasmado y cuando se había acabado la película comenzó a trabajar en algo durante el resto de la noche.
A la mañana siguiente cuando tú, tu padre y los demonios se levantaron para desayunar encontraron algo extraño colgado en el refrigerador de la cocina.
Un póster y una nota estaban pegadas por varios imanes. La nota decía "Queridos demonios, me iré por un tiempo o quizás para siempre al océano. A buscar sirenas y quizás a Ariel la sirena de cabello color rojo. Puede que sea un demonio y la quinta creciente, pero creo que me gustaría gobernar el océano. Hyo! Hyo! - Gyokko."
Todos se quedaron con miradas confusas y pálidas. Y lo peor era el póster colgado.
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Muzan: Por el amor de Ubuyashiki-
Dijo tu padre con su mirada algo asqueada, y Kaigaku y Gyutaro no dejaban de aguantarse las ganas de reírse por lo ridículo que se veía.
Kaigaku: Jajaja pero que estupidez.
Gyutaro: Tiene cola de sirena y todo. JAJAJAJAJ!
Kaigaku: Pero donde está su pen-
El chico no pudo terminar de hablar porque una enorme mano pálida le tapo la boca, y al voltear para ver quien era vio el rostro de Kokushibo. Quien lo miraba con disgusto y como si le fuera a decir que cuidara bien su lengua.
Muzan: Alguien sabe de donde saco estos fregaderos este Gyokko?
Pregunto tu padre, sujetando su café en una mano y con la otra su periódico para leerlo. Típico de el cada mañana.
Tú y las lunas solo se quedaron calladas y movieron la cabeza como indicación que no.
Muzan: Entonces vamos a discutirlo entre todos.
Se sentaron todos en la mesa para desayunar cada quien con sus pijamas, el cabello despeinado y con varias miradas malhumoradas por lo temprano que era.
