Fuck Feelings - Wenclair G!P

II

Ya era domingo por la mañana en Nevermore, y unos rayos de sol entraban por la habitación de Ophelia hall. Dentro de esta, se encontraban dos diferentes polos profundamente dormidos...

La alarma de Wednesday sonó de repente haciendo que esta se despierte de un rápido movimiento con la respiración agitada. La pelinegra tuvo un raro sueño, y este se asocia a su compañera de cuarto que estaba durmiendo placidamente a unos diez pasos hacia su lado derecho. Se levantó rápido de su cama para ir directa al baño a tomar un baño frío para relajarse.

Ya en la ducha, estuvo dándole vueltas a lo que acababa de suceder dentro de su cabeza. Primero se ha de decir que a Wednesday le encantaban las pesadillas y sufrir por la mañana al levantarse agitada, pero esta vez, no fué tan agradable como de costumbre. Tenía una extraña y desagradable sensación en el pecho, como si estuviese apretado de tan solo recordar aquel dichoso "sueño".

Se le volvieron a venir las imagenes de ella y Enid besandose desesperadamente en su habitación y lentamente la rubia la empujaba a la cama y subiendose a horcajadas sobre la pelinegra. La chica en la ducha se empezó a resbalar por la distracción y decidió salir ya del baño.

Una vez vestida salió y evitó mirar al lado de Enid porque aún sentía una vergüenza inmensa. Cogió un abrigo y de mientras que se lo ponía empezó a pensar que por qué se sentía así. Ella no era para nada así, su nuevo comportamiento no cuadraba nada con su forma de ser.
Puso su semblante serio y mandó a la mierda estas sensaciones, se dió la vuelta y encontró a una Enid ya levantada, con la espalda recta, con la cobija a la mitad del cuerpo y estirando sus brazos a la vez que se tapaba la boca al bostezar levemente. 

La rubia enfocó bien la vista encontrando a una Wednesday parada cerca de la puerta penetrándola con la mirada. No sabía que hacía ahí su roomie pero decidió no darle muchas vueltas al tema, así que simplemente le lanzó una sonrisa e hizo unos movimientos con la mano indicando un pequeño saludo.

Desde el otro lado, la pelinegra, reaccionó y se sonrojó un poco por la descarada mirada que le lanzó a su compañera segundos antes. Vió como la rubia le saludaba y dejó notar levemente sus hoyuelos indicando una escasa sonrisa.

— ¿No me vas a decir "buenos días", Addams? — soltó en un tono coqueto la chica aún sentada en la cama viendo como la más alta estaba apunto de salir por la puerta.

La Addams se asustó por el repentino llamado de la rubia y giró sobre sus talones para mirarla.

— Buenos días, Sinclair — fingió un semblante serio sabiendo que internamente estaba apunto de morirse de la repentina vergüenza.

La rubia se colocaba unos pantalones debajo de la cobija porque ella se acostumaba a dormir con una camisa ancha hasta la mitad del trasero y unas finas bragas. Esta notó al aún atenta mirada de Wednesday en ella mientras se vestía y decidió molestarla un poco más.

— ¿Se puede saber que tanto miras? — se burló la más baja saliendo de la cama en dirección al baño para hacer sus rutinas matutinas.

La morena reaccionó sonrojándose levemente y decidió ignorar el comentario de burla de su amiga. Se maldijo por dentro por sus estúpidos e insípidos pensamientos y terminó de acomodar su abrigo para ahora sí, salir a desayunar, y de mientras aprovecharía a aclarar ciertas cosas en su mente.

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Una vez fuera de Nevermore, Wednesday se encontraba disfrutando de su amargo café Robusta en el Veleta. Estaba leyendo el periódico de algunas recientes noticias de sucesos en Jericó, la ciudad.
En una página había una noticia que llamó la atención de la pelinegra. Había una foto de un hacker y un gran interrogante, y el cuerpo de la noticia decía que últimamente muchas personas se están quejando a la policía de que están recibiendo mensajes de amenaza de un número anónimo.