IV

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Unas semanas después del encuentro de Enid y Wednesday en su habitación, se remonta un nuevo y apacible día en Nevermore. Los rayos de sol de la mañana eran visiblemente potentes a través de los ventanales de la academia. Las calles eran de un color amarillento por dichos rayos, y de un tono azul del cielo sin rastro de condensaciones del vapor de agua, es decir, nubes.

Dentro del edificio un tanto gótico lleno de vampiros, sirenas, hombres lobo, cambia formas..., tres mejores amigas se encontraban en la habitación de una tal Enid Sinclair haciéndose rutinas de piel, pelo, ojos,... ; ya sea Skincare, maquillarse, pintándose las uñas... entre otras cosas. Mientras hacían todo esto, aprovechaban a contarse nuevos sucesos impactantes, e incluso no tan impactantes, entre ellas y chismear y dar opiniones sobre estos.

La rubia, se encontraba en su cama, sentada con las piernas ligeramente cruzadas entre si, haciendo la postura de indio, mientras se quejaba de sus inquitudes amorosas y de muchas otras cosas ya que quejarse era uno de sus hobbies preferidos. Delante de esta, estaba Divina que se encargaba de poner una mascarilla facial en la cara de su amiga, bueno, algo más que amiga, Yoko. Estas dos últimas, tenían una relación de "amor odio", en otras palabras, las dos presentaban un sentimiento un tanto profundo hacia la contraria, pero ninguna de las dos daba el paso puesto que la gran parte del tiempo tienen insípidas discusiones a causa de los celos. Enid acerca de este tema, hacía muchas veces (para no decir todas) de mediadora entre las chicas que eran, por supuesto, sus mejores amigas, nunca mejor dicho.

La Sinclair seguía hablando hasta que fue interrumpida por su compañera de cuarto, Wednesday, que entraba a la habitación logrando asustar a las tres chicas que se encontraban dentro de esta. Tanto Enid, como Divina, como Yoko, se quedaron mirando a la pelinegra entrar con una térmica negra ceñida al su robusto y entrenado torso, con unos baggy jeans también negros, luciendo extremadamente atractiva ante la mirada de toda mujer.

Addams se fue directa al baño sin dirigirle la palabra a las chicas. Aunque esto confundió a Enid, decidió no ponerle mucha importancia. Pero sus otras dos amigas seguían con la boca abierta...

— ¿Podéis dejar de babear? — preguntó la rubia con el ceño ligeramente fruncido. — ¡Chicas! — gruño enfadada por la falta de atención por parte de Divina y Yoko.

— No chingues tanto, Sinclair, ¿Acaso no has visto al pedazo de pibón que acaba de entrar por esa jodida puerta? — respondió la pelinegra. — No recuerdo que estuviese tan buena la hija de p- — Esta vez Divina le tapó la boca para que la desquiciada de su amiga se callara de una vez.

Enid resopló internamente pidiéndole a Diós algo de paciencia porque la que tiene se esta agotando. Por otro lado, Divina rió por lo bajo ante la reacción de Enid. Tenía que admitir que le resultaba muy gracioso cuando esta de enfadaba por cualquier estupidez.

— Como le gusta llamar la atención. — la de ojos azules y pelo rubio rodó los ojos y maldiciendo por dentro de que la Addams haya interrumpido su tarde de chicas, y hablando del rey de Roma, justo en ese preciso momento apareció de nuevo saliendo del baño con la misma térmica pero cambió los baggy jeans por unos sweetpants, obviamente negros. 

Sin aún poner la mirada en las chicas, se dirigió al lado de su habitación sentándose en el banco de press banca a hacer sus rutinas de cuerpo para mantenerse en la froma que está. Empezó calentando con dos mancuernas de 15 kilogramos cada una. Mientras hacía el ejercicio, notó las miradas que le lanzaron Enid y sus amigas. Obviamente, de dió cuenta de la estadía de las chicas en la habitación, pero como ya era costumbre, estaba peleada con Enid, entonces, decidió no dirigirle ni la palabra, ni la mirada.

Después de un breve calentamiento, dejó las mancuernas en el suelo para tumbarse en el banco y añadir un poco de peso a la barra grande. Antes de levantarla, estiro sus brazos y se crugió los dedos para poder agarrar firmemente la longitud de la gran barra. Empezó a hacer un vaivén de arriba hacia abajo pegando la barra a su pecho para volver a levantarla, no sin antes reproducir sonidos tétricos en sus auriculares.

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⏰ Última actualización: Jan 19 ⏰

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