1. Rosie

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La pequeña niña salió de su tienda y de inmediato entrecerró los ojos, aún ajustándose a la luz del día. Acomodó su pantalón alrededor de su cintura, ya que se había torcido mientras dormía. Miró hacia abajo para ver sus botas vaqueras rojas, como para asegurarse de que todavía estuvieran allí. Se le caían con frecuencia, al ser una talla demasiado grandes (fueron heredadas de Fraser). Sin embargo, eran los únicos zapatos que Rosie tenía, así que simplemente enrollaba pares de calcetines y los metía en las puntas, y eso cumplía perfectamente su función.

Alzó la mirada y la pasó por el campamento. La mayoría de la gente seguía durmiendo, como Lori y Carl, aunque había un par de madrugadores.

Por un lado, Dale ya estaba despierto y en el techo de su caravana con un libro en las manos.

El Oficial Shane se dirigía hacia su Jeep, probablemente para ir a buscar agua.

Ami también estaba despierta, sentada en el borde de la ya apagada hoguera.

También estaban los hermanos Dixon. Su tienda estaba más alejada del resto. Normalmente salían a cazar por la mañana.

La chica frunció el ceño. Su padre no estaba a la vista.

Oye, Rosie, voy a estar por allá para que lo sepas. Pensó para sí misma burlándose. Si tan solo a su padre le importase lo suficiente como para decirle dónde estaría.

Considero preguntarle al oficial Shane si sabía dónde estaba, pero llegó a la conclusión de que si su padre le había dicho a alguien donde iba a estar, definitivamente no sería al policía.

Luego pensó en Dale, pero estaba demasiado concentrado en su libro. Rosie se acordó de cuando su padre dijo que Dale no era más que un viejo pesado que hablaba demasiado. Así que probablemente no le diría a Dale donde iba a estar tampoco.

Los hermanos Dixon eran intimidantes, pero muy a su pesar, si su padre iba a hablar con alguien sería con ellos. Se llevaba bien con los hermanos. Eran prácticamente las únicas personas en el campamento de las que Rosie no había escuchado a su padre hablar mal al respecto.

Así que, desafortunadamente, Rosie sabía que si quería averiguar dónde estaba su padre, su mejor opción era preguntarle a los Dixon. Pero ellos le daban miedo. Si es verdad que pasaba mucho tiempo alrededor suya, pero aún así, le daban miedo.

Normalmente ella se quedaba silenciosamente pagada al lado de su padre, haciendo lo que fuera que él le dijera. Cuando su padre pasaba el rato en el campamento de los Dixon, ella se sentaba silenciosamente y pretendía que no estaba ahí hasta que su padre le diera una tarea o hasta que le decía que se largase.

Rosie no había hablado prácticamente ni una palabra delante de los dos hermanos. Aún así, había estado delante cuando interactuaban con su padre y eso es lo que le hacía tenerles miedo al mismo tiempo que le hacía sentir cierto confort en la familiaridad de su presencia.

Cuando estaba con su padre en el campamento Dixon, era como cuando las cosas eran normales. Cuando se sentaba en el salón con su padre y sus amigos, llevándoles cervezas cuando las pedían y apagando sus cigarrillos si se quedaban dormidos. Le tenía miedo a los amigos de su padre, habían hecho cosas malas, y tenía sentido que los Dixon fueran iguales.

La única diferencia que Rosie había encontrado entre los Dixon y los antiguos amigos de su padre era que ellos apenas le dirigían la palabra. Cuando su padre traía a sus amigos a casa, siempre le decían cosas raras que Rosie no entendía porque pensaban que eran graciosas, y la mandaban alrededor.

Merle Dixon había hecho un par de bromas y comentarios que Rosie no entendía, y ocasionalmente le diría que fuera a recoger algo por él, pero ni se acercaba a lo mucho que lo hacían los antiguos amigos de su padre. Además, las bromas de Merle nunca estaban dirigidas hacia Rosie.

FANTASMAS FUTUROS · TWDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora