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8 de Julio del 2O2O
Korea del Sur_ Gracias por todo.
Jungkook expresó su gratitud hacia el médico personal de la familia Jeon, marcando con esas palabras su despedida.
Jungkook cruzo las puerta del gran edificio que no volvería a ver en su vida, después de tanto tiempo sintió que era una dicha ya no ser parte de aquel lugar, donde intuía que ya no residía ningún propósito para él. No volteó, tampoco dejo de caminar en ningún momento, había pasado ya mucho que dejó de importarle todo en el buen ámbito, así mismo que el hospital deterioraba de cierta manera la viveza del chico, y que, las sesiones hayan dado sus vagos resultados, Jungkook las relegó al rincón de los recuerdos indeseados. Ascendió al vehículo que lo conduciría sin titubeos hacia el aeropuerto, dejando tras de sí aquello que optaba por dejar en el pasado.
_ ¡querido! - era la tía Min-jae, tan dulce y agobiante como lo era siempre, una mujer de fuerte carácter, manteniéndose positiva incluso en los espantosos días en el que Jungkook se encontraba grave de salud - ¿porque no vienes a vivir conmigo? Tu padre no tiene porqué enterarse.
_ no estés triste tía - tomó su mano para consolarla - la ciudad nunca me agradó, mi padre decia que el campo le ayudó a mamá cuando estuvo mal.
_ No importa - palmeó la mano de Jungkook negando con la cabeza- esa casa te hará mal, solo míralo de esta manera, tiene polvo de quién sabe cuántos años, los jardines tienen mal aspecto, las ventanas estarán rotas, la madera estará podrida, de por si, hay ratas en ese lugar, ¡¿Y si la fachada está por caer?! - pregunto horrorizada -
Jungkook se vio compelido a contener la risa ante las ingeniosas ocurrencias de la tía Min-jae. Con perspicacia, discernía las sutiles intenciones de ella, que anhelaba persuadir al joven para que reconsiderara su decisión antes de embarcarse en el avión.
_ ¡hijo no te burles! - siguió hablando - está bien, New York no será tranquilo pero te prometo que no te sentirás agobiado, saldremos a tomar café todas las mañanas menos en invierno por supuesto, mi amiga Mey hace unas galletas de mantequilla que ni te imaginas. Los lagos de Santa Mónica se congelan por las nevadas, podrás patinar las veces que quieras - con unas de sus manos acarició la mejilla de Jungkook mirándolo suplicante - estaremos bien.
A Jungkook le causó un profundo pesar presenciar el estado de su tía, aunque optó por mantenerse en un segundo plano. Delicadamente, tomó su mano y depositó un beso en sus nudillos, arrancándole así una leve sonrisa. A pesar de no contraer matrimonio ni tener descendencia propia, tras el fallecimiento de su hermana, Min-jae emergió como una figura materna para Jungkook. Esta mujer irradiaba vitalidad y alegría a través de sus ojos, mostrándose amable con quienes la rodeaban.
Aunque las habladurías de los vecinos y los murmullos a sus espaldas eran constantes, especialmente entre aquellos aficionados al chisme, Jungkook era el único consciente de la fortaleza de su querida tía. Siempre percibió que la atadura que la ligaba a él era innegable; ella sacrificaría cualquier compromiso o encuentro social para velar por el bienestar de su sobrino. Una carga de responsabilidad ajena pesaba sobre sus hombros, y Jungkook se encontraba hastiado de ello. Reconocía plenamente los esfuerzos de su tía, y consciente de la necesidad de que ella disfrutara de las salidas que nunca había imaginado requerir, decidió liberarla de ese compromiso no deseado. En su corazón, Jungkook anhelaba que este gesto proporcionara a su tía la paz que tanto merecía.
_ Tía, te amo demasiado, no sabes cuánto lo hago, pero por favor - Min-jae miraba a Jungkook con lágrimas en las mejillas - déjame.
Min-jae aparto la mirada de su sobrino dejando un largo silencio que le provocaba a Jungkook una inmensa inquietud, se iría pero no soportaría irse dejando las cosas así.
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Correspondencia
Teen Fiction_ ¿Hola? - contestó Jimin desde la otra línea - ¿Quien es? En ese entonces el cuerpo de Jungkook se estremeció por completo, por un momento dejo de respirar, teniendo por consiguiente un silencio total, tomando como decisión colgar. ¿Quien había con...