En una sociedad distópica que intenta mantener su fachada a través de diversos medios, un individuo llamado RVE irrumpe, poniendo en peligro ese equilibrio al amenazar con exponer sus mentiras y revelar la verdad oculta de la sociedad. Al mismo tiem...
"Los poderosos se inclinan por conveniencia, no por convicción."
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El hotel 'Sun Glare', escenario del tan esperado evento ‘Path of Hope’, ya se encontraba rodeado por dos filas: una de periodistas y camarógrafos, y otra de fanáticos. Ambas eran separadas por una alfombra roja que serpenteaba hasta la entrada. El brillo y la elegancia del lugar parecían más apropiados para una entrega de premios que para un evento benéfico.
A medida que avanzaba la tarde, empezaron a llegar autos y camionetas, la mayoría de un negro reluciente. Los choferes, serios y formales, transportaban a celebridades y figuras relevantes de la sociedad. Los vehículos apenas se detenían; los pasajeros descendían con elegancia antes de que las puertas se cerraran de nuevo y el auto desapareciera hacia el estacionamiento exclusivo del hotel.
A cada persona que bajaba, le estallaban una ráfaga de flashes y preguntas apresuradas. Algunos respondían con una sonrisa forzada, otros pasaban de largo, inmunes a la insistencia de los medios. La calma todavía reinaba; la multitud, a pesar de los murmullos inquietos, aguardaba en tensión. Sabían que aún no había llegado aquel que todos esperaban, ese momento en el que la multitud se dividiría entre gritos de emoción y disputas por una respuesta exclusiva.
—Aquí, en el hotel 'Sun Glare', donde se lleva a cabo el evento caritativo ‘Path of Hope’, se ha comenzado a notar la presencia de manifestantes que se oponen al evento— informaba una periodista. —Esta es ya la tercera protesta de la semana, y el hotel ha reforzado su seguridad, amenazando con llamar a la policía si intentan irrumpir en el evento. Los guardias, visibles junto a la alfombra roja, están preparados. Sin embargo, la calma, al menos por ahora, parece persistir. ¿Será que esta paz durará?
El murmullo habitual fue interrumpido por un grito ensordecedor. Una joven señalaba con euforia una camioneta que se acercaba. Ese fue el detonante. Las cámaras explotaron en flashes que iluminaron el vehículo antes de que siquiera se abriera la puerta. El momento había llegado. La secuencia fue casi ritual: la puerta se abrió lentamente, se vislumbraron unos zapatos elegantes, los gritos se intensificaron. Al bajar, todos lo vieron: Choi Yeon-jun, en carne y hueso. Su presencia desató un huracán de emociones, desde la adoración hasta el desprecio.
Los flashes eran cegadores. Los periodistas, frenéticos, casi se abalanzaban sobre él con sus preguntas, buscando una respuesta, una mirada. El ambiente se volvía abrumador, pero Choi caminaba con la misma tranquilidad de quien está por encima de todo sin inmutarse, su rostro no reflejaba más que una calma impasible, casi insultante. Sus ojos no vacilaban, su rostro imperturbable, como si la tormenta de emociones y cámaras no existiera. Los guardias, impasibles, despejaron el camino, haciéndolo avanzar como si navegara en medio de la tormenta sin mojarse.
—Ese fue Choi Yeon-jun, también conocido como Choi Daniel, el famoso diseñador que, una vez más, ha dejado claro su desdén por responder preguntas. Su frialdad parece convertir a todos en meros adornos a su alrededor, siendo esta ya su marca registrada.— reportaba la periodista. —Sin embargo, ha sorprendido a todos con su presencia. ¿Será que el frío diseñador tiene un lado más humano?, ¿Es posible que no sea tan cruel como dicen? Las opiniones están divididas.
