The Winner Is

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Mia Tenorio

Las últimas semanas se habían vuelto agotadoras. Mi bandeja de entrada estaba repleta de proyectos fotográficos, y la edición de fotos demandaba más de lo habitual. Aunque la cafetería prosperaba, la temporada alta traía consigo un flujo constante de turistas que convertía el lugar en un desafío constante. Tomas, inmerso en su papel como guía turístico, se sumergía en dos recorridos diarios y ofrecía experiencias nocturnas.

El cansancio se reflejaba en nuestros rostros al regresar a casa. En ocasiones, me veía obligada a doblar turnos o quedarme despierta editando fotos, una verdadera catástrofe. Sin embargo, nuestra motivación persistía: la expansión de nuestra colección de vinilos y, eventualmente, disfrutar de una cena especial. A medida que las semanas pasaban, me preguntaba si mi familia realmente entendía mi realidad.
Hacía aproximadamente un mes que no recibía ningún mensaje de mi padre, y las interacciones con mi madre se limitaban a preguntas superficiales sobre mi bienestar. La distancia en sus palabras dejaba un eco de incertidumbre sobre la conexión emocional que solía ser más sólida. ¿Será esto parte del proceso de crecimiento?

Eran las 10 de la mañana, y yo no había pegado un ojo, pero no tenía a nadie con quien compartirlo, solo con un grupo de personas emocionadas por explorar la ciudad.

"Chica, te ves cansada", comentó Carlos, el amable encargado de servir desayunos en la cafetería. Ambos éramos mexicanos, lo que nos creaba un lazo cercano.

"No he dormido bien, Carlos", le confesé mientras continuaba sirviendo cafés y platos.Regresé al mostrador para seguir la charla con él.

"Eso es porque no te das tiempo de descansar; deberías dedicarte solo a lo de las fotos, como me contaste, mija", me miró con preocupación.

"Y abandonarte a ti, Carlos? Jamás", le respondí con determinación.

"Ay mija", suspiró, limitándose a expresar su preocupación en esas simples palabras.

Una vibración inusual de mi celular me alertó; rara vez alguien me llamaba, y mucho menos a esa hora matutina. ¿Sería alguna emergencia?Me dirigí a una esquina más tranquila del local y saqué el teléfono. El nombre en la pantalla me desconcertó: Iván Chávez. Lo había conocido durante mi tiempo en México, en algún festival de música donde intercambiamos palabras y detalles sobre nuestro trabajo y portafolio de aquella época. Recordaba que era un talentoso fotógrafo y director. Contesté rápidamente.

"¿Ivan?"

"Hola, ¿Mia?" Escuché su voz al otro lado del teléfono.

"Sí, soy yo. ¡Wow, hace años que no sé de ti! ¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado todo este tiempo?"

"Todo bien, ha pasado tiempo, es verdad", dijo con un matiz de nostalgia en su voz, seguido por un silencio significativo.

"¿Pasa algo?" Me aventuré a preguntar. Escuché un suspiro de su parte, y pude percibir su preocupación.

"Necesito equipo, y creo que serías un gran elemento". Sus palabras me dejaron en shock; ¿a qué se referiría exactamente?

"¿A qué te refieres?" titubeé. Capté un fragmento de la situación en la que se encontraba; crear videos musicales para todo un álbum en un año, que estaban pensando?. Carlos me hacía señas desde el otro lado de la cafetería; tenía que regresar a trabajar.

"Ivan, yo... entiendo la situación pero..."

"Mia, por favor, recuerdo tu trabajo y sé que ahora estás en Nueva York. Prometo que valdrá la pena". La gente empezaba a congregarse en la cafetería, y mi paciencia se agotaba rápidamente.

"Te puedo llamar más tarde. Tengo un pequeño problema."

"Bien, esperaré la llamada", escuché su respuesta.

"Ok, te escucho en un rato", corté rápidamente y regresé a mis tareas de mesera.

"¿Por qué tardaste tanto?", preguntó Carlos, entregándome platos para llevar.

"Tal vez sea la señal que he estado esperando durante meses", dije con cierta preocupación pero también motivación. Él me miró desconcertado, pero sonreí ante su reacción..

Ivan Chavéz

Habíamos detenido nuestra travesía en un café de Nueva Jersey, y aunque el ambiente parecía familiar, una sombra de peso se cernía sobre el lugar.

"Hice algunas llamadas, estoy buscando equipo para los videoclips", expresé, intentando disipar el silencio.

"Aún no tenemos todas las canciones, Ivan", bufó Paulina, dejando caer su cuerpo en el sillón.

"No, pero podemos hacer una lluvia de ideas con lo que tenemos. Mientras más avancemos, menos pesado será, Pau", intenté infundir un poco de optimismo.

"Podemos empezar a planear las de las canciones que ya tenemos", propuso Dany desde el otro lado.

Ale suspiró desde el otro lado de la mesa "Estoy bloqueada en este momento, necesito un café", expresó, levantándose para acompañar a Rudy, al traer los alimentos.

Rudy regresó con las bandejas cargadas de café humeante y algunas porciones de pastel. Su energía positiva era como un bálsamo para el ambiente cargado de preocupación que se había instalado en el pequeño café. Observaba a cada uno, notando la tensión en sus rostros. "Chicos, entiendo que las cosas parecen difíciles ahora, pero miren el lado positivo. Estamos aquí, todos juntos, trabajando en algo que amamos", empezó Rudy, repartiendo tazas de café con una sonrisa alentadora. "La creatividad no siempre viene como queremos, pero eso no quiere decir que no esté. Solo necesitamos encontrar la manera de sacarla".

Paulina levantó la mirada, algo más animada al escuchar las palabras motivadoras de Rudy. "Sí, pero necesitamos un plan sólido. Si no, la presión me terminará matando". Rudy asintió. "Por supuesto, Pau. Pero también necesitamos recordar por qué estamos haciendo esto. La música es nuestra pasión, y cada desafío que enfrentamos nos acerca un paso más a nuestros sueños".

Dany, desde su rincón, se unió a la conversación con un toque de entusiasmo. "Podemos empezar a planear lo que ya tenemos. Seguro que eso nos ayuda a despejar la mente".

Tomando un sorbo de su café, Ale se unió a la conversación. "Te quiero, Rudy." pero su mirada yacía un poco perdida.

Sonreí forzadamente, "Recuerden el entusiasmo que tenían al principio. Esa emoción es la que nos guiará a través de los momentos difíciles. Y sé que tenemos el talento y la determinación para superar cualquier obstáculo". Las palabras de Rudy resonaron, pero la duda persistía en la mirada de Ale. La charla había inyectado un nuevo sentido de propósito, pero también había desenterrado las preocupaciones más profundas del grupo, recordándoles que, aunque el camino fuera difícil, enfrentarían no solo desafíos externos, sino también conflictos internos que amenazaban con socavar sus sueños musicales..

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*Hola, gracias por leer, por cierto, dado que algunos dialogos son tecnicamente en ingles al principio pensaba en ponerlos como tal en el idioma sin embargo creo que optaré por ponerlos en esta forma, asi que haré algunos cambios en los otros capítulos para que se den una idea. Por cierto, Feliz Navidad :)*

New Feelings // Alejandra VillarealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora