ONE SHOTS - Eddie Munson +18

Del carro a mi cuarto.

- Es que ______, siempre es lo mismo, las mismas platicas, los mismos temas - Eddie agarró el volante del auto con su mano derecha mientras miraba el paisaje por la ventana, su ceño fruncido solo me dejaba en claro que esta discusión lo estaba cansando. No entendía porque a Eddie le costaba tanto sentir, le preocupaba mucho el hecho de formalizar algo. Y de todos modos, ¿Por qué si no quiere nada no me lo dice directamente? Así yo no pierdo mi tiempo y el deja de estresarse por ese tema.

-Yo solo quiero que seas directo Eddie, dices que no quieres nada, que no me vas a impedir estar con otras personas, pero a penas ves que alguien me invita a salir te pones como loco, te pones triste ¿A qué estamos jugando?

- Lo lamento _____, tengo muchas cosas en la cabeza, me preocupa que esto no salga bien, eres maravillosa, pero me da tanto miedo fallarte que termino haciéndolo, soy un idiota por no lanzarme contigo.

- Eddie Munson, YO te trataría bien, pero a ti lo que te gusta es joder.

Eddie se quedó con la mirada fija, quieto. Volteó a verme, puso sus manos en mi rostro y con la yema de sus dedos empezó a acariciar mi labio inferior, los segundos eran eternos cuando de él se trataba, sentía que su cuerpo estaba muy lejos del mio, sus ojos empezaron a pesarle, me miraba con deseo. Odio que solo se esté dejando ir por las palabras que le digo, odio que crea que con hacerme el amor me haga creer que esta vez sería diferente. LO ODIO! pero... Dios mío este hombre tiene una presencia tan seductora, me cautiva la forma en la que me desea. Me quiera o no para una relación, lo quiero adentro de mi, lo quiero adentro de mi ahora.
Y sin pensarlo más, lo besé.

Sus manos ahora se posaban en los laterales de mi cabeza, haciendo un pequeño agarre a mi cabello. Nuestros labios bailaban en sintonía, no podíamos despegarnos más que para mirarnos a los ojos y confirmar que estábamos desesperados por tocar al otro. Una de mis manos se posó en su miembro, estaba tan duro que me asusté.

- Te la quiero mamar, sácatela.- Eddie se sorprendió de lo directo que dije eso, pero obvio ni dudo en sacar a su amiguito del pantalón. Lo miré a los ojos mientras mi mano sujetaba la fuerte erección, procedí a escupirle y masturbarlo de arriba a abajo lentamente. Sus jadeos se hacían presentes, que rico escucharlo así. Empecé a besarlo desde la base, le di húmedos besos hasta llegar a la punta y ahí sí metérmela a la boca, mi lengua hacia pequeños círculos, sabía que eso le estaba calentando.

-____Basta, ah ah, vas a hacer que me corra.

- ¿Te gusta? - Lo miré a los ojos.

- Joder, _____ te quiero penetrar- Eddie me aparto para darme un beso apasionado, me plantó unos besos en el cuello acompañado de suspiros y caricias en mi cintura.

- ¿Quieres entrar a mi casa? - dije mientras nuestras frentes se balanceaban por buscar los jadeos del otro.

Salimos de carro, estábamos tan calientes que durante el camino a la puerta no dejábamos de tocarnos o besarnos, me dió mucho trabajo encontrar las llaves en mi bolso. Una vez cerrada la puerta Eddie me acorraló por una de las paredes de la casa, besándome el cuello y a la vez desabrochando mi pantalón, terminé expuesta ante el. Entre besos Eddie me dirigió a la cocina, me subió a la barra procedió a dar suspiros en mi intimidad, plantaba besos en mis muslos y sus manos estaban sujetando mis piernas para que yo no las vaya a cerrar.

-E Eddie, eso se siente muy bien - Me mordí el labio y medio cerré los ojos, se sentía excelente- méteme los dedos- A Eddie le gustaba que le dijera que hacer, a la hora del sexo le gusta ser bien SIMP.

Eddie procedió a humedecer sus dedos con saliva e introducirlos en mi, sentía pequeños movimientos en mi punto G mientras su lengua rondaba en mi clítoris, no me resistí, cerré mis piernas apretando su cabeza, puse mi mano en el agarrando con suavidad su cabello, el maldito me volteó a ver solo para ver mi cara de placer, -hijo de puta, que bien me  follas - Hizo una risita burlona.   

Eddie subió a quitarme el resto de mis prendas, la ropa salía volando quien sabe donde.
Se detuvo a ver mis pechos, pequeños rastros de saliva quedaban en mis pezones, cada lamida me provocaba una chispa que llegaba a mi parte de abajo, si seguía haciendo eso capaz y sí me provoca un orgasmo.

-Eddie, vamos a la habitación...

Sin pensarlo dos veces nos encaminamos al segundo piso mientras las risas se hacían presentes y su mano agarraba la mía, pequeños tropiezos con los escalones, besos, imagínense a dos pendejos desnudos en el pasillo, estábamos muy extasiados.

Los brazos de Eddie sujetaron mi cintura, su mirada se clavó en la mía, entre beso y beso mi cuerpo terminó acomodado en la cama, Eddie abrió mis piernas y se posicionó muy cerca mio, antes de introducirla me la pasó lentamente, movimientos de arriba a abajo, ya no aguantaba la espera, quería que me follara como si fuera la ultima vez, quería ser de el y que el fuera mio.

-Hazme tuya Edds...-

Sin esperarlo más, el miembro de Eddie estaba adentro de mi, siempre he dicho que la primera metida es la mejor cuando coges, es una sensación tan deliciosa, dios, ojalá todas se sintieran así. Las manos de Munson agarraban mi cintura, sus embestidas iban variando de velocidad, por ratos era lento y suave, y por otros rápido y duro, aunque en lo personal me fascina cuando el lento y duro. Sientes como sale y rápidamente esta de vuelta, mas aparte el choque de cuerpos, de verdad que yo me estaba deleitando con esto.
De un momento a otro yo ya estaba en cuatro, mi espalda bien inclinada para recibir todo de el, de nuevo sus manos sujetaron mis caderas, esta vez podía sentir sus uñas clavarse en mi piel, el dolor era tan excitante. El maldito dejaba de ir rápido cuando veía que me gustaba, me empezaba a hacer movimientos lentos pero con choques de golpe, más aparte que me soltaba una que otra nalgada.

-Dios mio ______, eres tan sexy- escuchar eso en el tono que lo dijo me erizo la piel.