La Nueva Aurora, una nave enorme capaz de albergar a muchos pasajeros en su interior; entre ellos estaba la joven científica, bióloga marina e ingeniera Kim Minji, no era la más relevante en sus especialidades, ni siquiera ocupaba un cargo en esa nave, ella simplemente era la reserva de la reserva en caso de que no quedara nadie mejor para hacer su trabajo. Estaba bien con eso, socializar nunca fue su fuerte y rara vez se había molestado en intercambiar palabras con sus compañeros de tripulación, ni siquiera con las otras 4 chicas que formaban parte de su equipo, aunque bueno, no hablaba con ellas ya que siempre la subestimaban y la trataban como basura.
A la hora de la comida se encerraba en su habitación a comer sola mientras inventaba algún aparatito aquí y allá, amaba inventar cosas y tenía muchas herramientas creadas por ella misma que utilizaba de vez en cuando.
Lee Siyeon, comandante de la nave, por alguna razón le tenía demasiado aprecio y siempre iba a ver como estaba, con su comandante actuaba sin filtros, era ella misma y se permitía reír como tonta, hablar de idioteces e incluso habían almorzado juntas varias veces en la oficina de la comandante. Hoy era uno de esos días en los que almorzaría con la comandante Lee, todavía le faltaba una hora para ir con ella así que salió a explorar como habitualmente hacía, caminaba con tranquilidad mientras miraba a su alrededor, sus compañeros iban y venían de diferentes direcciones y eso la mareaba bastante, por ende siempre se iba por las zonas menos concurridas y que daban una mejor vista de las estrellas...adoraba ver por la gran ventana de la nave y contemplar los planetas tan lejanos.
De forma repentina la nave sufrió una especie de impacto y las alarmas empezaron a sonar, estaban cayendo hacia un planeta de superficie acuática inexplorada y rápidamente corrió hasta su dormitorio, de allí saco su caja de herramientas, algunos materiales que tenía y se metió a la cápsula de escape que todos los dormitorios tenían. Salió disparada junto con las otras cientos que habían logrado ponerse a salvo, pero vio como escombros de la nave destruían muchas, otras se desviaban hacía el vacío del espacio, y otras cuantas conseguían atravesar la superficie del planeta, un fuerte impacto contra la superficie marina hizo que perdiera el conocimiento.
.
.
.
.
.
No sabía cuanto tiempo había pasado desde que aterrizó, pero su cabeza dolía como la mierda debido al porrazo que le llegó de frente. Con tranquilidad se quitó el cinturón de seguridad y lento se puso de pie, respirando con pesadez sin entender el porqué hasta que vio el fuego y el humo en su cabina, rápido tomó el extintor y no demoró demasiado en controlar las llamas. "De la que me libré" pensó la pelinegra mientras subía las escaleras de su pequeña cápsula y salía por arriba, la luz del sol la recibió tan deslumbrante como siempre, a su alrededor solo había mar, pequeñas islas de hielo, enormes icebergs a lo lejos y un clima muy frío...oh vaya.
MJ: Okay...tal vez no es tan malo...
Tragó pesado mientras sacaba su PDA, de puro milagro sobrevivió al impacto y gracias al cielo tenía una señal fuerte y clara, habían numerosos mensajes de voz de la comandante Siyeon, eran de hace exactamente 5 horas atrás.
MJ: Okay, llevo 5 horas inconciente, con razón estoy tan desorientada.
Se apartó algo de cabello de su rostro y en un acto valiente se lanzó al mar, se sumergió solo un poco y al abrir los ojos no podía creer lo que veía...era tan hermoso, la flora y la fauna era tan distinta y a la vez tan similar a la de su planeta, se sentía demasiado entusiasmada por explorar, Pero primero debía ponerse en contacto con la comandante.
Regresó al interior de su cápsula y llamó a Siyeon a través de la PDA, la misma no demoró demasiado en contestar y apenas lo hizo sus gritos de alivio se escucharon.
SY: ¡Minji! ¡Santo dios como me alegra que estés viva!
MJ: Comandante Siyeon, lamento no haber contestado antes, estaba inconciente.
