16: Pequeños estímulos

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El llanto de Minji ya había mermado lo suficiente como para poder respirar más tranquila, seguía aferrada al cuerpo de la peliazul, con su rostro escondido entre su cuello y hombro sin intenciones de dejar ese espacio tan seguro y reconfortante. Yoohyeon la abrazaba y acariciaba su cabello con suavidad, buscando hacer que dejara de llorar por completo y finalmente aceptara volver a la habitación de hospital, no era bueno para ella exponerse así al aire libre en pleno invierno, menos con esa bata de hospital tan reveladora y poco cálida.

YH: Jiu, debes volver a la habitación...te puedes resfriar aquí afuera.

La pelinegra asintió lentamente y se separó un poco de la peliazul, manteniendo su mirada baja mientras limpiaba su rostro con el dorso de sus manos, por fin había logrado detener su llanto, sin embargo la tristeza seguía ahí en su pecho, como una punzada constante que no se iba.

No se atrevió a subir la mirada para ver a Kim, no en ese estado tan patético y débil...se levantó con ayuda de Yoohyeon y se abrazó a si misma para tratar de cubrirse un poco, por suerte para ella Hyeon llevaba puesta su larga bata de laboratorio, misma que se quitó y con esta envolvió el por ahora frágil cuerpo de la ingeniera.

YH: Estaré contigo en todo momento, no tengas miedo.

Jiu volvió a asentir con su cabeza y juntas volvieron al interior del hospital, afuera de la habitación estaban las demás chicas que al ver a Yoohyeon y a Minji se sintieron aliviadas, sin embargo la expresión con que venían eran totalmente opuestas a las que les hubiera gustado presenciar.

SY: Tokkie...¿A dónde se fue tu hermosa sonrisa?

Siyeon se acercó a la pelinegra y suavemente tomó sus mejillas, haciendo que esta alzara la mirada unos breves instantes para así observar bien su rostro, su semblante era todo menos alegre e hiperactivo...era un cascarón vacío, una sombra de lo que alguna vez llegó a ser.

Todas habían visto las grabaciones, el lento descenso de la salud mental de Minji, la evidente falta de sueño en algunos, extrañas lesiones en otros...su científica loca se había esfumado.

BR: ¿Minji? ¿Todavía te sientes mareada o algo?

Con lentitud negó moviendo su cabeza de lado a lado, apartando de forma gentil las manos de Siyeon de su rostro. Entró nuevamente a su habitación de hospital no sin antes regresarle el abrigo a Yoohyeon, recostándose en aquella camilla dando la espalda a la puerta y arropándose con las sábanas.

Las demás la observaban desde afuera con tristeza, era increíble lo que el aislamiento total le hacía a una mente tan extraordinaria como la de Minji...si bien ahora estaba donde quería, los pensamientos de Jiu estaban a la deriva dentro de su cabeza, sin encontrar un sentido real o siquiera ordenarse.

Pasó el primer día, la familia de Minji vino a visitarla demasiado contentos por haber recuperado a su miembro faltante, abrazar a su madre hizo que Minji sintiera una de las muchas cargas sobre sus hombros caer, la mujer no dejaba de decirle cuanto la amaba y lo mucho que extrañaron tenerla en casa, le habían llevado sus regalos de cumpleaños y navidad que no había podido recibir antes y ella solo los observaba con una mirada vacía, antes hubiera saltado de la alegría y los habría abierto en seguida, ahora simplemente dejó las bolsas y cajas con regalos a un lado de su cama y escuchó lo que sus padres y hermana mayor le decían.

A la noche estos se marcharon y la pelinegra se quedó observando por la ventana junto a su cama, había sido movida allí por petición propia. Le habían regresado su PDA, pero la pelinegra sólo la observó en silencio unos segundos y luego empezó a revisarla, veía los archivos guardados, la cantidad inmensa de criaturas que había estudiado durante esos dos años, los planos de numerosas y funcionales naves que ella misma había diseñado, las grabaciones de su bitácora, las fotos de su galería...todo estaba aún allí...su entrecejo se frunció y apretó con fuerza sus puños, cerrando sus ojos mientras trataba de mantener su tan preciada calma...lo dejó ir con un largo suspiro y puso la PDA en aquella mesita junto a su cama, luego se recostó levemente en la camilla y observó fijamente la pared frente a ella ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué no podía sentirse feliz? No lograba comprender...la voz de Yoohyeon la sacó de sus pensamientos y dirigió su mirada a la entrada de la habitación, ahí estaba ella de pie, teniendo en mano una caja con un rompecabezas de 1000 piezas.

Below Zero//JiyooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora