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Cuando le escribió a Kazuha para tenerlo tranquila nunca creyó que la mayor se alteraría al punto de llamarlo en lugar de contestar los mensajes.
-¿Kazuha? -Preguntó la de cabellos cortos con duda. No podía ver el rostro contrario así que no sabía que decir.
-¿Chaewon? -Pero la sorpresa fue más grande al escuchar el nivel de preocupación en la voz de la mayor. -¿D-dónde estás? No. Mejor dime ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Estás sola?
Era casi como soñar despierta, Nakamura Kazuha estaba preocupada por ella, casi tanto como su hermano aquella primera vez que se fue de casa, era simplemente sorprendente.
-¿Chaewon? -La misma voz pertenenciente a Kazuha la hizo salir de sus pensamientos y regresar a tierra. -¿Todo bien?
Kim se aclaró la garganta. -Ahm, sí, todo está bien Kazuha ¿Qué haces llamando a esta hora? Es muy tarde. ¿Dónde está Eun? -Sí, al parecer Kazuha no era la única que podía hablar mucho.
Pero Kazuha sólo soltó una risa ronca y baja que hizo a Chaewon estremecer, quería escuchar la risa de esa mujer todo el día solo para ella.
-Tienes razón, Wonnie, es muy tarde -Kazuha hizo un ruido pensante. -¿Te parece vernos mañana después del trabajo? Puedo pedirle a Yongbok que se quede con Eunchae un poco más.
Chaewon sonrió por el simple hecho de pasar tiempo con Kazuha nuevamente, pero algo no terminaba de cuadrar en sus planes.
-Me parece muy bien, pero Zuha.
-¿Sí?
-¿Puedes traer a Eunchae también? Le prometí jugar con ella pero ni siquiera he podido ir a verla -Y no había nada que le pesara más a Chaewon que eso, haber faltado a la promesa que le hizo a una niña y no a cualquier niña, sino a Eunchae.
Kazuha pareció pensarlo, pero realmente solo estaba respirando profundamente mientras suspiraba del alivio al darse cuenta de que Chaewon recordaba la promesa que le hizo a su pequeña, porque si había algo que le gustaba de Chaewon era la manera en que esta parecía nunca dejar de lado a Eunchae aún sin ser su niñera oficial.
-Claro, Eunchae estará encantada de verte de nuevo.
Y yo también. Pensó la Nakamura mayor, aún así Chaewon no pudo evitar soltar una pequeña risa que Kazuha podría usar como tono de mensajería para escucharlo todo el día.
-Entonces nos vemos mañana -Decidió finalizar Chaewon.
Kazuha miró la hora en su reloj y supo que también debía despedirse.
-Sí, mañana...
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