Llevaba todo el verano esperando ese día, el primer día de clase. Al contrario de todos mis compañeros, a mi me gustaba ir al colegio. Y estaba más emocionada aún porque empezaba la ESO, y habrían alumnos nuevos. Lo cual significaba que podría haber alguna chica nueva que fuera guapa y lesbiana(Porque yo era lesbiana).
En las vacaciones, una amiga me había dicho que habría una niña nueva, y que el tutor se llamaba José. Me explicó que el tutor era también profesor de educación física. Cuando dijo eso yo pensé en un profesor de educación física que me caía muy mal. Aún así estaba emocionada porque habría una alumna nueva.Llegó el día. El gran día. Pero me llevé una decepción, la alumna nueva era musulmana, osea que era hetero 100%. Y aparte no era mi tipo. Pero bueno, me lo pasé bien igualmente.
Y resultó que el tutor no era el que me caía mal, todo lo contrario, me cayó genial. Aunque no lo había visto en mi vida.La primera semana fue bastante bien, no pusieron muchos deberes y las clases eran bastante entretenidas. Lo único malo era que teníamos que entrar al colegio una hora antes que el año pasado. Lo que hizo que los fines de semana durmiera hasta las 2 de la tarde. En el primer fin de semana, tuve un sueño un tanto extraño. Era de que le pedía salir a mi tutor. Me pareció bastante raro, pero no le di mucha importancia.
El lunes siguiente, me fijé en el tutor. Era bastante guapo. Igualmente no le dije nada a mis amigas. Pero fueron pasando las semanas y cada vez me gustaban más sus clases. También me daba más vergüenza hablarle e incluso casi no levantaba la mano en clase por si respondía mal y pensaba que era tonta.
Un día, en clase, el tutor nos explicó que vivía en la calle X, igual que yo. A partir de ese día, cada vez que salía a la calle me fijaba a ver si estaba él por ahí.Pero se suponía que yo era lesbiana, y por eso no les dije nada a mis amigas. Hasta que un día no me aguanté más y le dije a una amiga que me gustaba un chico. No quería decirle quien era hasta que me asegurara de que no se lo diría a nadie.
Llegó un día que ya no me aguanté más y se lo dije, pero se lo dije justo antes de irme a el comedor del colegio (porque ella no se quedaba a comer al colegio). A los 5seg de decirselo, me fui corriendo al comedor. En el comedor estaba muy alterada y se lo conté también a las demás amigas que se quedaban al comedor.