One- shot Ilsa and Ethan

Achilles' heel 2

Esta historia cuenta con 12 capítulos.

Achilles' heel by Nymeria_and_her_cat.

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Capítulo 2: No deseado

12 de agosto de 2022, 21:00 horas. en algun lugar de america del norte

Han pasado tres meses desde que Ethan cruzó esa puerta, la puerta de su apartamento. El lugar le resultaba más desconocido que cualquiera de sus casas francas europeas.

Por un corto periodo de tiempo, se permitió creer que aquella era su casa: cada vez que regresaba la encontraba, tumbada en el sofá, duchándose o cocinando pasta. Ethan sacudió la cabeza intentando sacar a esa mujer de allí, fuera de su mente. Un ceño frunció su frente. Ese gesto siempre estuvo ahí, cada vez que se permitía recordarla.

Cruzó el umbral y se quitó los zapatos. Sus llaves fueron arrojadas a la caja de madera tallada que "alguien" le sugirió que dejara sobre la mesa los objetos que no quería perder.

Ethan se sentó en una silla y miró fijamente la pared vacía. Realmente tenía que encontrar algo en qué ocupar su tiempo cuando no estuviera en una misión pendiente. Los rompecabezas no fueron una opción, Netflix tampoco. "Alguien" abrió una cuenta y desde entonces, el televisor ha iniciado sesión en ella. Nunca lo usó. Casi cinco años de ver cómo se cargaba la tarifa mensual en su tarjeta de crédito y ningún esfuerzo por cancelar la cuenta. Tal vez quería que recordaran que ella no estaba allí. O tal vez no quería cancelar nada de lo que ella había hecho, incluso después de que el amor que alguna vez sintió por ella parecía haberse evaporado, dejando solo un rastro de resentimiento. O eso es lo que quería creer de todos modos.

Entonces, Ethan tomó la computadora portátil de su bolso y la abrió frente a él.

Sus dedos estaban empezando a escribir la contraseña cuando su agudo sentido del oído captó unos rápidos pasos acercándose a su puerta. Su arma pronto estuvo fuera de su funda.

Segundos después, un sobre blanco se deslizó por la rendija de su puerta. Inmediatamente saltó de su lugar para alcanzar al mensajero, pero no los vio. No fue inteligente salir a la calle, descalzo, sin antes reconocer lo que había allí.

Le sorprendió lo delicado que era el sobre y trató de abrirlo sin dañarlo. Alguien debe haber puesto mucho esfuerzo en ello, pensó.

Contenía un papel doblado en dos. Había dos frases allí, escritas a mano.

El futuro está esperando. Ethan, debes ir a buscarlo.

Kongsveien 49 1177

IF

Su pulso empezó a latir como si cien bombas molotov explotaran, una a una. Deben haber pasado minutos desde que lo miró fijamente en estado de shock. En realidad, Ethan no estaba asimilando las palabras escritas, sino recordándolas. Su forma de caminar, la forma de su rostro, sus muslos desnudos. Su risa fuerte y el delicioso aroma de su cabello.

Luego, por más predecible que pueda ser, Ethan frunció el ceño y arrugó la carta. Pronto encontró su lugar en la caja tallada.

Casi como si quisiera fingir que los últimos diez minutos no sucedieron, se volvió a sentar y puso la contraseña en su computadora portátil... 181083... mientras la máquina pensaba, se regañó una vez más por no cambiar la contraseña.

Sus ojos se giraron para mirar el papel, sintió la ira inundando su cuerpo y allí estaba el punto en medio de su frente.

La computadora le llamó la atención. Abra el correo electrónico... haga clic... 450 correos electrónicos no leídos.

451... acababa de llegar uno más.

Remitente: Casablanca.

Ethan exhaló ante la referencia, su mente se escapó a un papel marcado con labios rojos, una piscina y una mujer, la más hermosa de todas. Sacudió la cabeza. Haga clic para abrir el correo electrónico.

Noruega, Ethan, el tiempo es vital.
TF

TF, no IF, un error tipográfico. No muy característico de Ilsa.

¿Qué quiere ella de mí? ¿Realmente espera que vaya corriendo a esta dirección, al otro lado del mundo, después de cuatro años de no saber nada de ella?

Seguramente pudo buscarla en ese momento, utilizando todos aquellos medios tecnológicos que conocía de memoria. Pero no tenía sentido, ella no quería que la encontraran. Ilsa huyó tras acordar una vida en común, cuando se trazó un plan que se adaptaba a sus mundos, incluyendo todas sus peculiaridades.

Claramente ignoró lo obvio. Lo que su cabeza le repetía una y otra vez: Ilsa nunca había sido del todo sincera.

¿Alguna vez me amó? ¿Algo de eso fue real?

No se dio cuenta, pero ahora estaba parado frente a su ventana, con los puños cerrados y los ojos ardiendo, desesperado por aliviar la carga de lágrimas que habían estado almacenadas allí durante tanto tiempo, pero como siempre, logró controlarlos.

Ethan se presionó la sien, cerró los ojos y exhaló.

Esta vez no, Ilsa.

Su camisa encontró su lugar en el suelo mientras caminaba hacia el dormitorio, sin siquiera darle una última mirada al mensaje no deseado.