¡ prólogo !

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Todo comenzó por una situación ridícula que dejó a Taeyong más enfurruñado de lo habitual un día en una de sus cuantas juntas entre su grupo de amigos que consistía en Doyoung, Jungwoo y Haechan. Pasaron la tarde viendo películas y comiendo también una cantitad exorbitante de comida chatarra mientras que hablaban y se reían por todos lados, hasta que de un momento a otro Taeyong se vió contra Jungwoo en el típico juego de a ver quién tenía más fuerza en el brazo y hacía caer el brazo del otro primero.

Vamos, Taeyong tenía absoluta confianza en su fuerza. No era extremadamente fuerte pero sabía que Jungwoo no era difícil, desde que se conocían en primaria que jugaban con eso y Taeyong siempre solía ganarle.

Error suyo, se confió demasiado, porque literalmente no duró nada con su mano firme y para peor, apenas pudo mover el brazo de Jungwoo.

Taeyong se sintió extremadamente indignado luego de esa situación.

Y así se empezó a dar cuenta que Doyoung y Jungwoo estaban adquiriendo una musculatura más grande de la que tenían antes. Recién noto que al lado de Doyoung se veía ridículamente delgado y pequeño, y Jungwoo estaba en proceso en cuánto a su musculatura pero ya se iba notando y había una diferencia contra Taeyong.

El mayor notó que su brazo empezaba a ser nada, estaba extremadamente flácido y delgadito al lado de ellos. Eso no era justo.

Y bueno, así fue como terminó ahí en ese gimnasio desconocido al que parecían frecuentar Doyoung y Jungwoo en sus tiempos libres.

A primera vista, no había mucha gente pero sin embargo había una cantidad relevante de máquinas para ejercitar distintas partes de tu cuerpo. Pero bueno... Digamos que Taeyong no era un experto en ejercicios ni mucho menos en rutinas, apenas y visitaba museos. Entiéndanlo, su tiempo se había visto demasiado disminuido cuando entró a la universidad, esos cuatro años de estudio habían sido arduo para el pobre Taeyong, al menos solo quedaban un par de semestres más para darse por finalizado.

En fin, Taeyong lamentablemente en su primer día ahí en el gimnasio terminó en un máquina corredora, aburrido y tal vez dudando de la elección de comprar la membresía mensual. Ahora tendría que venir todos los días pero ya se sentía desmotivado con solo estar ahí sin saber qué hacer específicamente. Incluso en ese momento se había decidio a terminar la hora de ejercitación haciendo solamente la máquina de correr.

― Sí, cardio está bien, al menos me veré bien... ― Taeyong habló para sí mismo cuando bajó la velocidad de la máquina. Sentía el sudor bajando por su frente gracias a la trotada que había hecho.

Así que decidió descansar unos cinco minutos las piernas y dejó la máquina a una velocidad lenta que solo fuera caminata suave. Su mirada aprovechó de divagar en el espacio a su alrededor, habían unas dos personas más con su ropa deportiva usando las máquinas de correr, otras cinco usando pesas para hacer bíceps al parecer, y otros haciendo unas máquinas también para bíceps. Nada particular, así eran las ratas de gimnasio.

Taeyong pensó que era aburrido ese lugar. Su mirada sin embargo se desvió al ver a un chico particularmente delgado y con muy buena musculatura de espalda haciendo lo que parecía ser ¿Flexiones? Taeyong no sabía nada al respecto la verdad, solo veía al tipo apoyando sus manos en esa máquina que consistía de dos manillas largas y haciendo flexiones de arriba a abajo, levantando así su propio peso.

Parecía tener una fuerza extraordinaria, porque no se detenía y Taeyong se quedó un poco embalado viendo como esa polera de compresión se apretaba a la perfección al cuerpo del chico y mostraba perfectamente la forma en que su espalda se movía ante cada flexión. Era malditamente sexy, en su honesto parecer.

El chico se veía que era sumamente alto, su cabello era negro muy azabache y podía verificar incluso que era un tanto pálido, su piel se veía demasiado blanquecina aún a lo lejos. Taeyong también podía concluír que al parecer el chico no era un aficionado con el gimnasio o algo así, porque solo pseía la musculatura perfecta en las zonas perfectas, sus hombros eran anchos y musculosos, sus brazos tonificados pero su cintura era un tanto pequeña. Tenía una perfecta distribución de masa hablándolo técnicamente.

Taeyong casi que pudo haber babeado mirándolo, hasta que el chico parecía dar señales de darse vuelta y cambiar de máquina. Así que automáticamente volvió a acomodarse en la máquina corredora y subió la velocidad para que pareciera como una persona más haciendo ejercicio, aún así de repende daba miradas de soslayo para poder admirar el rostro del chico, la curiosidad le carcomía, quizás su rostro era incluso más bello. Quién sabía. 

El chico volteó al fin y dio a conocer su rostro.

Y Taeyong casi juró que su mandíbula pudo haberse salido de su lugar por lo grande que abrió su boca en sorpresa.

Ese chico era Jaehyun, Jung Jaehyun. El nerd más nerd de su clase de gestión de operaciones, el primero en todos los trabajos con las mejores calificaciones del curso. El mismo Jaehyun de ropa ancha, gorro y buzos que se veía delgado y tosco, de gafas pesadas negras rectangulares. El mismo Jaehyun que tenía una personalidad tranquila, muy tímida y poco habladora.

Y también el mismo Jung Jaehyun por el que Taeyong siempre se enfurruñaba porque era el primero, porque lamentablemente Taeyong vivía tras la sombra de él. Taeyong siempre era el segundo mejor desde que frecuentaba clases con Jaehyun.

Ese era el mismo Jaehyun con el que Taeyong nunca antes había hablado y ni quiera escuchado al respecto, pero que consideraba de todas formas su más grande archienemigo académico.

Ese mismo jodido Jung Jaehyun que lo miró a lo lejos al notarlo y le mostró una asquerosa sonrisa ladina para luego volver a sus actividades.

Imposible.

Imposible

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strong boy 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora