Después De Tanto |2

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Right now, it's so hard
to blame you
'Cause you're so damn beautiful
You're so damn beautiful
Is it easier to stay?Is it easier to go?



Easier - 5 seconds of summer

~ Julio 2022~

SELENE

Quizá haya sido muy tonto de mi parte, pero desde hace dos años, cada verano, voy a Grecia un par de semanas y tal vez una parte muy al fondo de mí siempre espera encontrarlo, a pesar del tiempo y de que nunca más volvimos a hablar.

Este año no fue la excepción, sólo que en esta ocasión espero poder ponerle un fin a toda esta historia que seguí creando y esperando que pasara. Quiero soltar para poder avanzar.

En las fiestas pasadas conocí a Jim, un chico lindo en toda la extensión de la palabra, casi de inmediato comenzamos una relación y tan solo seis meses después él me propuso matrimonio. Se que suena precipitado, pero realmente es un buen chico, todo lo que siempre quise... Por ello dije que sí.

Estar con él se siente como lo correcto, se que no viviré momentos malos con él. Nunca hemos discutido y pareciera que está dispuesto a complacer todos y cada uno de mis caprichos. Nunca me daría la espalda y se iría, así que no lo pensé mucho cuando acepté.

Hemos estado planeando la boda desde que me lo propuso hace un par de semanas, queremos casarnos rápido y sin muchas complicaciones, como nuestra relación. Y a pesar de que sé que debería ser uno de los momentos más felices de mi vida, hay una parte de mi que todavía siente un vacío, esa parte oscura qué no me deja disfrutar del proceso, por lo que le propuse a Jim qué vinieramos juntos, quizá así logre desprenderme de ese malestar y poder ser felices juntos.

El otro lado de la moneda, es que se perfectamente que a nadie de mi familia ni a Amélie les gustó tanto la noticia, y esta última cada que tiene la oportunidad de recordármelo, me lo repite. En cambio mis padres, sólo mencionaron lo apresurado qué estaba siendo todo, qué debería tomarme mi tiempo y pensar mejor las cosas y que si al final decidía qué si quería casarme, entonces me apoyarían. Bueno, no pueden decir que no les hice caso, porque por eso estoy aquí, para pensarlo y hasta el momento la única conclusión a la que he llegado es que lo mejor será que lo haga.

El viento golpea en mi cara, refrescándome del intenso calor y haciendo recordar en donde me encuentro sentada. La playa se extiende en su esplendor al igual que el mar y sus grandes olas. El olor a sal me trae recuerdos, aquellos que quiero eliminar por completo de mi memoria. Levanto mis gafas de sol para poder observar mejor todo a mi alrededor y tratando de conseguir esa paz que viene a buscar y que no he encontrado. Observo a las múltiples gaviotas que sobrevuelan la playa y siento como un pequeño objeto toca mis pies que tocan la arena, volteo a ver qué es y me encuentro con una pequeña pelota de playa. Escucho unos pasos apresurandose y levanto la mirada encontrándome con un pequeño niño rubio de ojos ámbar qué conocía tan bien. De inmediato quedo paralizada, la sangre se me va a los pies y el estómago se me revuelve. Quizá el niño no tenga más de dos años y eso solo hace que la presión en mi pecho aumente.

- Pedon - dice el pequeño con su voz infantil luciendo apenado.

Aquel acento que tenía el niño también lo podía diferenciar y es que todas y cada una de las señales me llevaban a una sola persona. Quizá estoy alucinando y solo es una estúpida coincidencia. Pero si no lo fuera tengo que admitir que algo dentro de mí se rompería.

Siento como si alguien me observara fijamente y con una intensidad inigualable, estoy tan tentada a voltear a todos lados que finalmente no puedo evitarlo y lo hago, dándome cuenta pronto que se trata de Jim, quien se acerca a mi con nuestras bebidas y una gran sonrisa en su rostro y un brillo sin igual en su mirada que va desde mí hacia el pequeño.

- ¿Peota? - pregunta el niño agachando su mirada y jugando con sus manos con nerviosismo haciendo que finalmente pueda reaccionar.

- Oh, sí. Perdón - me disculpo y tomo el objeto que yacía en mis pies para extenderselo. - aquí tienes.

El rubio la toma entre sus pequeñas manos y sonríe ampliamente. Su sonrisa es... No, basta. No puedo comprarlos, seguro no tienen nada que ver el uno con el otro y esto solo es una alucinación mía.

- Achias - dice y se voltea antes de salir corriendo en la dirección en la que venía mi prometido.

- No creí que te vieras tan bien con niños a tu alrededor - dice el castaño sonriendo y extendiendo mi bebida.

Le agradezco y bebo de ella antes de hablar.

- En realidad, creo que es la primera vez que convivo con uno desde que dejé de serlo - respondo con burla.

- Quizá pronto deberíamos tener los nuestros - suelta al aire y me atraganto con mi bebida. - ¡cariño! ¡Cuidado! - se asusta y comienza a dar pequeñas palmadas en mi espalda hasta que se me pasa el ataque de tos. - ¿Estás bien? - me pregunta y asiento aclarando la garganta.

- Mmm... Se que nos gusta ir rápido - comienzo a explicar - pero tal vez los niños puedan esperar más. Ya sabes... Estoy concentrada en mi trabajo y no creo que sea buena idea tener hijos ahora.

- ¡Oh! Claro. Solo fue un comentario que hice al azar, no significa que ya la próxima semana vayas a estar embarazada. Sé que tu carrera es de las cosas más importantes para ti, así que yo esperaré hasta que esté lista ¿sí? - asiento y vuelvo a tomar de mi copa sintiéndome completamente incómoda y teniendo la sensación de que alguien me observa todavía.

Nos quedamos en silencio unos minutos en los que no me deshago de la incómoda sensación de ser observada, pero que ignoro solo para que Jim no se incomode.

- ¿Vienes muy seguido a este lugar? - pregunta rompiendo el silencio y lo vuelvo a ver, confundida - parece que lo conoces como la palma de tu mano.

Carraspeo, de nuevo sintiéndome incómoda, pero por una razón diferente.

- No tanto - le resto importancia.

- Yo diría que sí. Incluso lo conoces mejor que mi casa - bromea y río con él, algo tensa.

- En realidad,...- suspiro y decido contarle una parte - vengo aquí desde hace tres años.

- Eso es mucho tiempo - responde - me gustaría viajar tanto como tú.

Me acerco a él y beso su mejilla y él toma mi mano entrlazandolas.

- En la luna de miel iremos a tantos lugares como quieras - le propongo, haciendo que me vea con ilusión.

- ¿De verdad? - pregunta con una gran sonrisa y asiento logrando que me bese con intensidad, intensidad que le devuelvo.

Jim no siempre tuvo los recursos que tiene. En realidad es algo nuevo para él, no como mi familia que tras tantos años dirigiendo una de las cadenas hoteleras más importantes del mundo, se han hecho de una gran fortuna que ahora yo comparto. Él en cambio, ha trabajado toda su vida para lograr lo que tiene hoy en día y aunque no carece de dinero, no se compara a la fortuna familiar que posee mi familia, por ello no se ha dado el lujo nunca de viajar más allá de nuestro país. Así que mi regalo de bodas será una luna de miel con diferentes destinos.

Jim y yo nos conocimos gracias a la cena navideña que se organiza todos los años en el hotel principal de la empresa de mi padre. No tengo idea de porque no lo había visto antes, siendo él el gerente de aquel lugar, pero desde el momento en el que nos presentamos noté su interés en mí y no dudé mucho para aceptar la cita que me pidió al terminar la velada. Todo ha sido tan cómodo desde entonces. Supongo que gastar un poco de mi dinero para esos viajes de luna de miel, no me pesan si es para hacerlo feliz.

- Te amo - me dice al separarse del beso y solo puedo sonreírle antes de darle otro pequeño beso en los labios.

Me sorprende notar que ya desapareció esa sensación de ser observada. Quizá solo era mi temor a que Jim descubriera porque estamos aquí y me sentía juzgada por algo que él no sabía.

El último verano sin ti [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora