Now that you can't have me
You suddenly want me
Now that I'm with somebody else
You tell me you love me
I slept on your doorstep
Begging for one chance
Now that I finally moved on
You say that you missed me all along
Who do you think you are?
Who do you think I am?Taken - One direction
SELENE
Esto tiene que ser una muy mala broma. Digo, por qué yo misma me pondría en esta situación. La única explicación es que estoy enloqueciendo. Estoy tan loca ahora que esperé impacientemente hasta que Jim se durmiera para levantarme y salir de nuestra habitación en busca de algo, o mejor dicho de alguien, quien probablemente no esté en este lugar y solo haya sido producto de mi imaginación.
Y aún sabiendo todo eso estoy dando vueltas por todo el hotel. Si alguien saliera de su habitación (qué lo dudo, ya que segun mi celular son las dos de la madrugada) seguramente pensarían que soy algún tipo de psicópata. Esto es completamente absurdo, no sé en que momento decidí hacer esto, estoy tan cansada que mis ojos comienzan a cerrarse solos, los pies me duelen y las piernas me flaquean hasta el punto en el que me tengo que recargar en una de las paredes del pasillo y sentarme lentamente en el suelo.
Ni si quiera sé por qué estoy aquí. O bueno, si lo sé, pero qué gano con ello. Si no fue mi imaginación y si está en este mismo lugar, qué se supone que haga o que diga, no creo que exista ese algo que hacer o decir entre nosotros, nada cambiaría las cosas que ya han pasado antes ni las que pasarán pronto.
Suspiro pesadamente sopesando qué tan mala idea es quedarme durmiendo en este pasillo, al alzar la mirada en busca de alguien que pueda juzgarme me encuentro con algo que me deja sorprendida. De verdad este es un muy mal chiste. Suspiro derrotada y me levanto para acercarme a la nota pegada en una de las paredes, porque a pesar de que sé que puede ser de cualquiera y para quién sea algo me dice que me acerque a leerla y ese algo es un dibujo de un sol y una luna.
"Te espero donde la Luna y el Sol, por primera vez se demostraron su amor"
Maldito loco, ¿cómo siquiera sabía que iba a leer esto? Y cómo se atreve a creer que iré a buscarlo. Es que no me cabe en la cabeza que haya pensado que esto era buena idea. No tengo la menor intención de reencontrarme con él, su sola presencia me revuelve el estómago. Como me encantaría poder abofetearlo en este momento y creo que eso es lo que haré. Sin embargo, justo antes de salir, me detengo. Una risa se escapa de mis labios al darme cuenta de la locura de la situación. Tal vez, después de todo, no sea tan mala idea darle una sorpresa.
Arranco la nota y camino echa una furia al lugar indicado, pensando en todas y cada una de las maldiciones que le diré. Después de esto le pondré una orden de restricción. Es que simplemente no lo entiendo ¿qué hace aquí? ¿Por que me busca? ¿Por qué después de tanto tiempo? ¿Es que tiene mierda en la cabeza?
Camino tan rápido como puedo y cuando mis pies tocan la fría arena de la playa, mis pasos se hacen cada vez más lentos, pero nunca me detengo; al menos no hasta que distingo aquella silueta dándome la espalda. Por un instante me congelo, la sangre se me va a los pies y el corazón se me detiene al igual que mi respiración. Si esto no es una alucinación, entonces quiere decir que estoy frente a él después de tres largos años. Siento tantas cosas en este momento y todo empeora cuando finalmente se da la vuelta. Trae la misma ropa que lo vi usando esta misma tarde, pero con el cabello más desordenado, la sonrisa menos confiada y un... ¿Un maldito ramo de flores?
Es hasta este momento en el que detallo ese punto en el que mi furia regresa, hago puños mis manos arrugando aun más la nota que traía en una de ellas, me agacho y con mi mano libre tomo un puñado de arena y vuelvo a caminar en su dirección. Ahora puedo ver mejor su expresión, hay una mezcla de nerviosismo y esperanza en sus ojos. La brisa marina desordena aún más su cabello y parece que lucha por encontrar las palabras adecuadas. El ramo de flores que sostiene, antes un conjunto desordenado de colores vivos, ahora muestra signos evidentes de marchitarse, con pétalos caídos y colores desvanecidos, reflejando la tensión del momento.
Finalmente llego hasta donde está y sin pensarlo mucho, le aviento la arena directo a la cara, o esa es mi intención, pero mi puntería es tan mala que le doy solo en el brazo. No parece afectarle mucho y la mirada divertida que me dedica me lo confirma. Gruño con frustración y cruzo mis brazos sintiéndome completamente incomoda. Creo que debí cambiarme el pijama o ponerme mi bata por lo menos.
- ¿Se puede saber que mierda haces aquí? - mascullo enojada.
- Esperándote, creí que sería obvio - trata de bromear y solo hace que mis ganas de golpearlo aumenten.
- Oh, lamento informarte que llegas tres años muy tarde - le digo con un tono cargado de sarcasmo, observando cómo su sonrisa se desvanece poco a poco.
- Siendo sincero, no creí que tuviera que esperar toda la tarde y noche hasta que vinieras
Sus palabras solo hacen que mi sangre hierva más, de verdad es un idiota egocéntrico. No puedo creer que alguna vez haya pensado que estaba enamorada de este sujeto que tiene dos gramos de cerebro.
- ¿Todavía tienes el descaro de creer que vendría corriendo hacia ti, cínico de mierda? - rio con sarcasmo y niego con la cabeza - ¿Cómo si tu no me hubieras dejado plantada años atrás en este mismo sitio? Te puedo asegurar que no estas sintiendo la mitad del frío que sentí aquella noche de invierno - no sé porque estoy diciéndole todo esto, mi plan solo era decirle que se fuera a la mierda y desapareciera de mi vida, no confesarle lo que me hizo sentir en aquel momento - Un par de horas de espera no se comparan con la insertidumbre de meses ¿o qué? ¿Se te cansaron los piesitos y tus manitas de niño de mami? - frunce su ceño sin entender mi ataque - ¿con que derecho te crees que puedes venir acá después de tanto tiempo con un ramo de flores esperando a que corra a tus brazos con una enorme sonrisa? ¿De verdad creíste que eso pasaría?
- Yo...
- ¿Pero sabes qué, Zon? La vida no espera a nadie, y yo tampoco me quedé atrás. Me ca... - me interrumpo con un carraspeo, repentinamente incomoda por lo que iba a decir y sintiendo un nudo en la garganta y con los ojos brillando sospechosamente - Solo... vete, por favor. Déjame sola, como lo has estado haciendo todo este tiempo. Desaparece de mi vida. Al fin, eres un experto en eso ¿no?
Me doy la vuelta, pero no me alejo, es como si algo me empidiera hacerlo. Sin embargo tengo que obligarme a dejarlo atrás, él lo hizo conmigo, entonces yo también lo haré.
- Mete esas flores en agua, esas todavía pueden salvarse y no marchitarse - digo cuando lo siento acercarse y comienzo a caminar lejos de él.
🌠🌠🌠
No es hasta que llego a mi habitación que me deshago de la nota que no me di cuenta que seguía apretando contra mi palma como si vida dependiera de ello. La echo en la papelera de la habitación y me meto en la cama junto a Jim quien no tarda en acercarse en medio de su sueño y abrazarme por la cintura.
El nudo en mi garganta se intensifica con cada respiración. Aquí, en los brazos de quien será mi esposo, debería inundarme una felicidad suprema y sentir un refugio seguro, pero la realidad es otra. El tormento en mi pecho crece, asfixiante y cruel; Jim ha sido la personificación de todo lo que uno desearía en un compañero, mostrándome incansablemente por qué es el hombre perfecto para mí. Sin embargo, me atormenta la idea de que le estoy fallando al no corresponderle con la misma intensidad de sentimientos. Una parte de mí anhela desesperadamente hallar esa serenidad y amor junto a él, mientras que otra parte de mi ser permanece perdida en aquel hostal, en los brazos de un hombre que no supo apreciar lo que tenía.
Una solitaria lagrima se derrama sobre mi mejilla cayendo lentamente hacia un lado hasta humedecer la almohada. Me repito una y mil veces que tengo que dejar el pasado ahí mismo. No puedo permitir que alguien que pertenece a ese sitio venga al presente a moverme el piso y arruinar mis planes y una vez más mi vida. Quien no me supo valorar en su momento, no lo hará ahora. La gente no cambia.
Yo pertenezco con Jim, el hombre que me ha amado sin importar nada, que ha visto por mí y me ha priorizado. Me casaré con él y se que con el tiempo me acostumbraré y en el mejor de los casos lo amaré con la misma intensidad con la que él lo hace. Así debe de ser.
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El último verano sin ti [Editando]
Novela JuvenilLa historia de dos jóvenes que se aman intensamente, pero no están destinados a estar juntos por el resto de sus vidas o tal vez si. Eso dependerá de las decisiones que tomen este verano.