𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 5: 𝑆𝑙𝑎𝑢𝑔ℎ𝑡𝑒𝑟

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Cuando se alejaron lo suficiente del pueblo, Billy volvió la vista hacia Teresa.

Ya no lloraba. Estaba como ausente. Absorta en sus propios pensamientos. Tampoco lo miraba a él. Sólo sintió la calidez de su mejilla contra su espalda y sus delicadas manos al rededor de la cintura.

La noche había comenzado a caer y debían buscar un claro para poder acampar. Se internaron en el bosque y sólo ahí Billy bajó del caballo.

Luego, ayudó a Teresa que aún sostenía el ramo en una de sus manos.

-Hey - dijo tomándola con suavidad de la barbilla- lo lamento. En serio,no quería que las cosas salieran así. - los bonitos ojos oscuros de Teresa estaban hinchados por el llanto.

-yo sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo cuando decidí seguirte- fue todo lo que dijo y comenzaron a preparar un campamento improvisado.

Billy se apresuró a formar una fogata y Teresa acomodó un par de troncos en horizontal que les sirvieran como cabecera para dormir.

Se acomodaron el uno al lado del otro. En completo silencio, observando como las llamas consumían la hojarasca y la madera que habían servido para avivar el fuego.

-yo...-empezó Billy, luego de que el chasquido de las hojas consumiéndose fuera el único sonido de fondo- vengo de una familia de inmigrantes. Mis padres eran irlandeses. vinieron a América con la esperanza de encontrar mejores oportunidades y darnos una mejor vida.

-Darnos?- Teresa deshojaba una de las rosas que formaban parte de su ramo- tienes hermanos?

-Tuve uno. Joseph. Falleció de tuberculosis.

-era muy joven?

-tenía trece. - ambos volvieron a quedarse callados. Luego,Billy hurgó en el bolsillo de su pantalón y sacó una figurilla que colocó sobre uno de los troncos, en medio de los dos.

Una imagen de la virgen María con el niño Jesús en brazos.

-hablas mucho de tu padre,pero apenas de tu mamá. -Teresa dio un sorbo a un pocillo lleno de agua. Cómo si hubiera estado buscando hacer tiempo para responder esa inquietante pregunta.

-No tengo una. Bueno, más bien, papá nunca me habló de ella. Asumo que murió cuando nací. Prácticamente papá me crió. A propósito,cómo se llamaba ella?- preguntó acariciando la figurilla. Billy supuso que hablar de su madre le incomodaba. Entonces decidió no volver a preguntarle.- tu madre?

-Kathleen- ella sonrió.

-Kathleen- repitió suavemente- apuesto a que sacaste sus ojos.

-ah, sí?- Billy se acercó para acariciarle el brazo desnudo. La luz que emitía aquella fogata exaltaba la piel dorada de la muchacha. -a veces, tú me traes recuerdos de ella. Su sueño era abrir un restaurante. Sólo quería trabajar, ya sabes- Teresa hizo amago por devolverle la figurilla pero el joven Antrim la rechazó.

-quédatela.- Teresa insistió.

-Mi padre dice... decía que en tiempos de incertidumbre,la fe es lo único que mantiene en nosotros un atisbo de esperanza. - Billy la tomó para volver a guardarla.

-Yo nunca tuve hermanos-continuó Teresa, que había comenzado a deshacerse el apretado moño. Se guardó las horquillas y su cabello cayó libremente por sus hombros. - al menos no de sangre. Melquiades es lo más parecido a uno. - Billy se sorprendió de que no hubiera hablado de él en pasado.

-No puede estar muerto- continúo,como si le hubiera leído el pensamiento. Luego lo miró ambos se acercaron, sus labios apenas se rozaron. Fue él quién volvió a tomarlos con necesidad acariciando el rostro de Teresa con cuidado.

𝐵𝑎𝑛𝑑𝑖𝑡 |EN EDICIÓN| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora