🍓 treinta y cuatro.

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La felicidad en su pecho no cabía, se sentía reventar, un empujoncito y lo haría. Volaba en las nubes enamorado, esta última semana era la mejor de su vida, la iba a recordar por el resto de su vida.

La semana que cambiaría su vida para siempre. Entre tanto amor y entre tantas vueltas.

Tenía muchos lenguajes de amar; cuando amaba con todo su latir cocinaba alguna masita tan dulce como él, si amaba con toda su cabeza lo demostraba con palabras amorosas, cuando amaba con toda su alma no podía desprenderse del lado de su compañero y cuando amaba con sus fuerzas se gastaba su dinero en su querido. Y es por eso que quería explotar, con Jungkook experimentaba todos sus amores e incluso más.

Su billetera lloraría por los gastos que hacía ahora, pero no importaba, la felicidad de Jungkook le pagaba más que bien. Lo conocía bastante bien como para acertar con todo lo que había metido en bolsas de papel. ¿Y cómo no lo conocería bien? Si era su otra mitad.

Se sonrojaba al pensar, pero se sentía feliz, después de tanto mendigar por un poco de amor, al fin había encontrado a un hombre que le amara con todo su ser y estaba tan contento por eso. Al fin, después de mucho, el amor que merecía lo había encontrado.

Y algo más le había encontrado.

“Oh, vaya.” Escuchó frente a él, alzó la mirada y dio un paso atrás. Era Minho. “Hola, tanto tiempo.”

“Hola.” Sonrió con cortesía, no quería estar ahí. “Si, mucho tiempo.” Quiso retirarse pero la cercanía de Minho era tanta que no tenía salida.

“¿Y cómo has estado? No supe más de ti.” Pregunto Minho, tan encantador como siempre, por algo era un actor muy popular.

“Bien, bien.” Volvió a sonreír por cortesía, su incomodidad se sentía, eso esperaba. Soltó un suspiro y con todas las ganas de irse las sostuvo fuerte. “Bueno, me tengo que ir, fue bueno verte, pásala bien—.” Cuando estaba a punto de despedirse Minho lo interrumpió.

“¿Y cómo está Jungkook?” Robándose la atención de Jimin, el interés y el brillo se instaló en el rostro del rubio, consiguiendo así la perfecta trampa. “Oí lo que pasó.”

“¿Qué oíste?” Volvió a su lugar, dejando el agarre fuerte en sus bolsas. Cayendo redondo en la trampa.

“Lo de la agencia, que los habían echado por segunda vez, que pena en serio.”

“En verdad.” Suspiro, genuinamente triste. “Ellos tienen tanto potencial pero parece que ninguna agencia lo nota, es muy frustrante cómo es que los ilusionan para después destruir sus sueños, no es justo.”

“Es que todo funciona con contactos, lastimosamente ellos no lo tenían, es una desventaja muy grande.” Rasco en su nuca, en su tono de voz notaba interés y cierta preocupación.

“Tienes razón… es muy triste que haya pasado así, espero que tengan una nueva oportunidad y esta vez sean apreciados por su talento. Estaba tan triste por Jungkook, él estaba tan decaído que me rompía el corazón.”

“Ya veo.” Asintió, mirando de pies a cabeza a Jimin, analizando cómo hablaba de Jungkook y encontrando a la primera los sentimientos que sentía por él. “Te importa mucho Jungkook, ¿no?”

“Demasiado, lo es todo para mí.” Soltó sin pensar, cómodo y tranquilo con el lobo mirándole fijo para atacar.

“Todo…” Susurró, una vez más analizando todo lo que salía de su boca. Teniéndolo donde quería. “¿Sabes? Jungkook también es importante para mí, lo conozco hace mucho y me entristeció mucho saber lo que pasó, creo que él más que nadie merece cumplir con su sueño.”

“¿Lo aprecias?” Estaba completamente sacado de onda, jamás sintió en Minho una pizca de cariño por Jungkook.

“Claro, es alguien que conozco hace mucho y que se quedó en mi vida, además él es un buen chico, merece muchas cosas buenas después de que la vida le haya dado la espalda tantas veces.”

“Sí, merece ser feliz, él más que nadie.”

“Podría ayudarlo… Ya sabes, tengo contactos en mi agencia y muchos inversionistas creen en mi palabra, si les digo que le den una oportunidad a ellos pueden aceptar.” Su tono era tan genuino que la propuesta hizo que Jimin se pusiera muy feliz, por poco y saltaba de un pie al escucharle.

Olvidando que Minho era actor y sabía cómo manejar las emociones de las personas a su actuación.

“¿En serio podrías hacerlo!?” Fue inevitable no gritar y emocionarse de manera enorme, estaba tan contento que desprendía luz.

“Podría hacerlo.” Asintió. “Pero sería un favor que te estaría haciendo a ti, no a Jungkook, no quisiera que se entere, ya sabes.”

“Oh… Jungkook es algo orgulloso, pero no creo que se niegue a tu ayuda.”

“No me entendiste.” Soltó una risa que hizo a Jimin sentirse como la persona más estúpida del planeta. “Es que el favor te lo haría a ti, no a él.”

“Oh.”

Oh, era lo único que pensó.

Sonaba bien, le debería un favor a Minho, no era algo de otro mundo, suponía.

“Pues me suena bien…”

“¿Sí?” Sonrío. “Pero quisiera que me devolvieran el favor.” Dio un paso adelante, colocándose muy cerca de Jimin, incomodandolo, alarmandolo.

“¿Cuál es ese favor?”

“Se mi novio formalmente.”

El favor sonaba descabellado, era algo loquisimo y parecía de otro mundo. Todo en Jimin se revolvió y se mareo por la propuesta.

Quedaron en que Jimin le daría su respuesta a Minho lo antes posible, así podría ayudar a Jungkook.

Y aunque haya revuelto todo en su estómago, en la noche se puso a pensar en las lágrimas que limpio de la mejilla de Jungkook por el pensamiento de su sueño marchitándose. Esas lágrimas no merecían ser desperdiciadas en nada, perderse en un río de sufrimiento, no, Jimin creía que el esfuerzo de Jungkook debía dar frutos.

Pero estaba muy inseguro, no sabía qué hacer. Se sentía en un laberinto encerrado, volviéndose cada vez más oscuro con el siguiente paso.















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Fresas en tus mejillas ; km auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora