Capítulo 16: Sombras de la Batalla

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La oscura nebulosa del espacio era testigo de la confrontación que se avecinaba. StarNova, líder Decepticon, gritó con urgencia a Deadlock mientras las explosiones iluminaban el cielo, y las sombras de la guerra se cernían sobre ellos. —"¡Corre, Deadlock! ¡No mires atrás!"

[Salto en el Tiempo]

El estruendo de la batalla dejó paso al silencio roto solo por el murmullo de la nave espacial herida. Deadlock sostenía el cuerpo inerte de su madre en sus brazos, la energía vital titubeando en la fina línea entre la vida y la muerte. —"No, no puedes dejarme, madre. ¡No ahora!"

Las ópticas de StarNova apenas parpadeaban, su chasis dañado por la brutalidad del conflicto. Deadlock, desesperado, rogaba por un milagro en medio de la devastación. —"No te vayas, por favor..."

[Flashback]

El sonido distante de una conversación filtrada resonó en la mente de Deadlock. Estaba en medio de una misión, escuchando inadvertidamente a Starcreem y otro Decepticon discutir en voz baja. —" lord Megatron no tolerará a StarNova por mucho más tiempo. Se interpondrá en su camino y, cuando lo haga, su vida terminará."

Las palabras impactaron en la chispa de Deadlock como un rayo. La angustia lo envolvió mientras recordaba aquel momento que parecía insignificante en ese momento. Ahora, la realidad se cernía sobre él, y el sombrío presagio se había materializado en la batalla que amenazaba con arrebatarle a su madre.

Deadlock, agobiado por la urgencia de la situación, intentó dar un rápido cierre a la misión. Sin embargo, cada intento de concluir la tarea era frustrado. Voces persistentes le indicaban que algo faltaba, que la misión no estaba completa. La frustración creció dentro de él como un fuego ardiente, alimentado por la impotencia y el miedo de perder a su madre.

—"¡Esto es inútil! ¡Completen la maldita misión!" —rugió Deadlock, sus palabras cortando el aire con una rabia que emulaba la intensidad de su madre.

Su tono áspero, su imitación despectiva de la forma en que StarNova solía gritar a los Vehicons incompetentes, reverberó en el campo de batalla. El eco de su voz resonó entre las llamas y el humo, creando una pausa momentánea en la vorágine de la guerra.

Los Decepticons que lo rodeaban, acostumbrados a obedecer las órdenes de StarNova, se encontraron momentáneamente aturdidos por la ferocidad de Deadlock. Las sombras de la batalla se intensificaron en la luz de la confrontación interna del joven Decepticon.

—"¡Son inútiles!" —Deadlock continuó, su voz llena de desesperación y enojo. Su chispa ardía con la intensidad de un hijo que lucha contra las sombras que se ciernen sobre la figura materna.

Los Decepticons que lo rodeaban, acostumbrados a la feroz disciplina de StarNova, se estremecieron ante la inesperada tormenta de rabia que emanaba de Deadlock. La sombra de la pérdida se cernía sobre él, impulsando su furia contra aquellos que percibía como responsables de la tragedia que acechaba.

Asustados por la intensidad de su enojo, los Vehicons y otros Decepticons se dispersaron, dejando un rastro de desorden en su estela. La figura de Deadlock, ahora más tenebrosa que nunca, se recortaba contra el caos de la batalla.

Mientras Deadlock avanzaba hacia el lugar donde su madre había quedado atrás, una sensación de vacío creció en su chasis. Notó la ausencia de Megatron y la falta de noticias sobre el estado de StarNova. El miedo y la desesperación se entrelazaron en su chispa mientras se acercaba al epicentro de la batalla.

—"¿Dónde está mi madre?" —murmuró, pero sus palabras se perdieron en el tumulto de la guerra. Sin previo aviso, algo dentro de él cambió. La chispa que ardía con desesperación ahora se volvía un fuego frío, y sus ópticas brillaban con una determinación mortal.

Cada intento de avanzar fue obstaculizado por aquellos que, temerosos, se interponían en su camino. La transformación de Deadlock era evidente: de hijo desesperado a máquina de guerra despiadada.

Su procesador calculaba cada movimiento, sus servomecanismos se ajustaban para la eficiencia letal. La ira que ardía en su chispa se manifestó en su exterior, transformándolo en un espectro vengador. Los que intentaron detenerlo se encontraron con una fuerza implacable, una tormenta de destrucción que avanzaba hacia su único objetivo: encontrar a su madre.

La sala de comunicaciones y pasillos de la nemesis se convirtieron en un escenario de caos y terror cuando Deadlock, ahora en modo asesino, avanzó con determinación hacia lo desconocido, Listo para enfrentar cualquier sombra que se interpusiera en su camino, Deadlock llegó al lugar indicado. Una caverna oscura y ominosa se extendía ante él, sus paredes resonando con sonidos inquietantes. Al entrar, un sordo crujido lo hizo correr hacia adelante, y lo que encontró en la penumbra lo dejó paralizado.

En el interior de la cueva, vislumbró a su madre, StarNova, escupiendo energon mientras una gran herida desgarraba su costado. A pocos metros de ella, Megatron, con los ojos morados, estaba sumido en la locura del energon oscuro. El ambiente estaba saturado de una energía ominosa que heló la chispa de Deadlock.

StarNova, al ver a su hijo, gritó con desesperación. —"¡Corre, Deadlock! ¡No mires atrás!" —Sus ópticas revelaban una mezcla de preocupación maternal y una comprensión profunda de la amenaza que se cernía sobre ellos.

La locura que consumía a Megatron se manifestaba en movimientos erráticos y risas desquiciadas. StarNova, a pesar de la herida que la afligía, estaba más preocupada por la seguridad de su hijo que por su propia situación.

—"¡Madre, no puedo dejarte aquí!" —Deadlock gritó, pero la advertencia de su madre resonó en su procesador. Notó la mirada perdida de Megatron, su mente enredada en las sombras del energon oscuro.

A pesar del dolor y la debilidad, StarNova insistió. —"Corre, Deadlock. No dejes que la sombra de Megatron te alcance. ¡Vete!" —Sus palabras eran un último acto de protección maternal, incluso en medio de la oscuridad que los rodeaba.

Deadlock, atrapado entre el deber filial y el peligro inminente, se vio obligado a retroceder. Cada paso le pesaba mientras dejaba atrás a su madre y al líder que alguna vez admiró. La guerra había desatado sombras más oscuras de lo que jamás había imaginado, y el precio de la batalla estaba marcado en las heridas de su madre y en la pérdida de la cordura de Megatron.

Mientras corría, el eco de las risas desquiciadas y los gritos de StarNova se desvanecían en la distancia, dejando a Deadlock solo con las sombras que se cernían sobre el campo de batalla y en lo más profundo de su chispa.

Mi pasado ocultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora