— Muy bien, eso seria todo, les agradezco mucho por su ayuda — La joven de cabello castaño y ojos ambarinos tacho la ultima tarea de su lista de pendientes, feliz porque el mes de noviembre estaba a exactamente un par de horas de terminar junto a la estación de otoño para dar paso al crudo invierno, y con ello, la llegada de la decimoprimera Ceremonia del Deseo del año.
— Oh no, no es nada, para nosotras siempre será un placer servir al rey y la reina — Las muchachas del personal del castillo sonrieron orgullosas por aportar su granito de arena a la decoración y preparación del escenario donde se daban a cabo estos eventos tan esenciales para el reino de Rosas.
— De acuerdo, pueden regresar a sus tareas, nuevamente les agradezco lo que hicieron — Ambas jovencitas reverenciaron a la mayor bajando la cabeza y se retiraron del lugar intercambiando algunos murmullos entre ellas.
— ¿Ya esta todo listo? No tardan en llegar los ciudadanos — Una conocida voz hablo a sus espaldas.
La joven sonrió al reconocer de quien se trataba. — Reina Amaya, que gusto verla — Giro en su lugar y reverencio a la mujer mayor. — No se preocupe, ya todo esta listo.
— Esplendido, en ese caso iré a avisarle al rey. — La reina dio media vuelta aún observando a la asistente de su marido.
— Vaya con calma su majestad y no se preocupe por nada aquí — Recibió una ultima sonrisa de la dama mayor y la observo marcharse.
Ya en otra parte del castillo, la gentil reina Amaya había llegado hasta las puertas del estudio de su esposo, pero, antes de siquiera abrirse camino al interior percibió unos ruidos o más bien murmullos que venían del otro lado de la madera, iba a entrar sin dilema alguno pero ciertas palabras captaron su curiosidad, deteniéndola justo en el lugar.
— No puedo creerlo, le dije que era de confianza ¿No es cierto?. ¿Entonces por qué diablos estoy haciendo esto? — Se trataba de Magnífico, quien entre los multiples libreros del segundo piso movía libros con su magia en busca de aquel de tapa rojiza que había visto hace un par de días en las manos de su asistente.
Fuera del estudio Amaya solo podia preguntarse: ¿De que esta hablando?
— ¿Donde esta? ¿Donde?- Aqui. Bien, veamos ... — Una vez localizado lo atrajo así mismo y con su magia movió rápidamente las páginas en busca del marcador que ______ había dejado entre el papel.
Cuando por fin lo encontro leyó el título del capítulo: “Pociones de amor — Alquimia nivel 10.” Sus cejas se alzaron en signo de una gran sorpresa. — ¿Por que ella querría saber algo así?, ¿O será que solo tenia curiosidad? — Comenzó a leer los textos con gran intriga y sospecha, el que su asistente se fijará en algo así activaba su lado más paranoico.
La dama fuera del estudio se llenaba la cabeza de dudas.
¿De quién esta hablando?.De la nada el silencio se planto dentro y fuera del estudio por unos segundos y ella rápidamente apoyo su oreja en la superficie con intención de escuchar hasta lo más mínimo, se sentía horrible por irrumpir la privacidad de su marido de esta manera pero su curiosidad era más fuerte.
Por otro pequeño rato no escucho nada, entendió que algo estaba ocurriendo.
— ¿Acaso ella ...? — Cerro la boca y lo analizo, en el caso más hipotético de todos, ¿Acaso esa joven muchacha se atrevería a usar algo como las pociones de amor en alguien en particular? De solo pensarlo hacia que extrañamente su sangre hirviera.
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Querida asistente | Rey Magnífico |
FanfictionLlevaba tiempo trabajando para él, siendo cercanos y dedicando sus esfuerzos a cumplir las necesidades del rey, ¿Podría su benevolencia hacia él convertirse en algo más que solo gratitud? •°≈≈≈≈★≈≈≈≈★≈≈≈≈★≈≈≈≈★≈≈≈≈★≈≈≈≈°• Actualizaciones lentas.