Me encantai ▬▬ Tsukishima Kei

navidad

Aún no asimilabas que ya era navidad y ya se estaba por acabar el año.

Con tus amigos habían planeado jugar al amigo secreto, y justo te tocó el kei.

Estabas envolviendo los regalos con tú mamá, al kei le habías comprado un pijama de dinosaurio, y unas pantunflas de dinosaurio también. Tú te compraste lo mismo pero en vez de dinosaurio, de tiburón, para que cuando hicieran pijamada estuvieran iguales.

—Tambien le compré algo a la mamá del kei.—Comentó.

—¿Que cosa?

—Un juego de vasos.

—Estan lindos, de seguro le gustan.—Le dijiste, ya terminaste de envolver el regalo de el kei, asi que fuiste a dejarlo abajo del árbol.

(...)

Eran al rededor de las 2:30, ibas yendo al lugar donde habían acordado para juntarse y entregarse los regalos.

Era una plaza de por ahí cerca, todos los regalos tenían que estar en una bolsa negra, por suerte casi todos eran regalos grandes.

—Buenas.—Saludaste, aún faltaban algunos pero ya estaban los regalos en el pasto.

Todos te saludaron de vuelta, y todos te preguntaron que onda con el Kei.

Sapos culiaos.

—¿Pero están pololeando o no?—Preguntó el noya.

—Oe vo eri entero weon, ¿no vei que subió una wea donde se estaban comiendo?—Le respondió el tanaka entero detonao.

—Pero hoy en día todos se comen con todos, me puedo comer contigo y decir que somos amigos noma.—El noya se acerco con intenciones de darle un beso al tanaka en broma.

—Sale wacho culiao.—Lo sacó a patadas.

Siguieron webeando, por mientras tú estabas acostada en el pasto, apoyada en un árbol.

Estaba muy lindo el día, hacía calor pero no tanta, tus amigos al lado tuyo cagandose de risa por los chistes fomes que hacía el noya, el kei aún no llegaba, pero no te preocupabas, te había dicho que llegaría un poco más tarde porque tuvo un inconveniente.

(...)

—Que la pasen bonito cabros, los quiero mucho.—Dijiste mientras te despedias.

—Te queremos mucho isi.

Hicieron un abrazo grupal, y después el kei te abrazo individualmente.

—Te amo loquita.

—Te amo mucho más.—Dijiste abrazándolo, el kei se separó un poco para darte un besito.

—Mandale saludos a la tía, y al rusio.

Asentiste.—Lo mismo, saludos a la tía y al bico.

Te despediste por última vez y te fuiste a tu casa, eran las 4 y tenías que ayudar a tu mamá a hacer la cena, iban a venir unos familiares tuyos, y tenías que ordenar.

(...)

—Isi te ves bien asi.

—Me gusta más cómo se me ve el otro vestido, el azul.