Best of me ✧ KOOKV

[Sixteen] Nostalgia y otros sentimientos.

Cuando salimos de la casa de los Jeon yo no digo ni una sola palabra, no sé qué debo decir (o siquiera pensar).

Jungkook dice mi nombre, pero deja las palabras en el aire para luego quedarse en silencio al igual que yo.

Creí que nos estábamos dirigiendo al Internado, pero mi mentor agarra mi muñeca y me dirige hacia otra dirección; el bosque.

Me siento tranquilo esta vez por el hecho de que no vamos a meternos a la parte más lejana del bosque como habíamos hecho hace un tiempo, pero recordar aquel día sólo logra poner mis pelos de punta.

- ¿Qué hacemos aquí? - Pregunto intentando meterme en su cabeza, pero fallando en el intento.

De acuerdo, acabo de descubrir que soy el hijo de una de las familias fundadoras del Internado, pero tengo que recordar que Jungkook también lo es.

El día que logre agarrarlo desprevenido y entrar en su mente, será un día histórico.

Escucho una risa de su parte y lo observo confundido.

- Antes de entrar en mi mente deberías saber controlar la tuya. - Dice con una pequeña sonrisa, yo trago saliva.

- Creo que tuve un deja vú. - Comento recordando todas las veces en las que me dijo eso.

Nos detenemos, me sorprendo ya que sólo estamos en medio de árboles, pero Jungkook parece estar seguro de dónde estamos.

- Cuando era niño venía al bosque a tocar el piano, componía canciones o algunas melodías con las que podría hipnotizar a alguien. - Sonrío al ver su rostro de nostalgia. Se acerca a uno de los árboles y voy detrás de él. - Chanyeol hyung y yo nos llevamos varios años de diferencia que ahora no son molestia. Pero antes para mi era realmente aburrido. Quería amigos que me entendieran y con los que pueda juntarme sin que mi familia me dijera que no estaban a mi altura.

No sé cómo reaccionar, pero por alguna razón mi corazón comienza a palpitar con fuerza. Jungkook está abriéndose a mí.

- Creo que, después de todo, era a ti a quién necesitaba cuando era niño. - Dice sin titubear y señala el tronco del árbol. Su nombre está tallado junto con el signo de más, pero no hay otro nombre al lado. - Hasta hace unos meses, realmente no te soportaba. Casi me pongo de rodillas frente a Chanyeol hyung para no ser tu mentor. - Rodeo los ojos y él ríe. - Ahora me siento feliz de serlo, y daría todo para volver en el tiempo y haberte conocido en ese entonces.

- ¿Se siente feliz de ser mi mentor? ¿De verdad? - Pregunto ladeando mi cabeza y frunzo mi ceño. - Pero no he logrado nada en todo este tiempo, y ahora resulta que también tengo otro poder del cuál tampoco tengo control.

- El hecho de que estés siempre tratándote a ti mismo como un inútil es la razón por la cual no avanzas. - Jungkook suelta un suspiro y susurra. - Prometo encontrar a tu dragón pronto...

Suelto un bufido. - ¿Usted también cree en esa leyenda? Mi padre, ya sabe, el director, siempre me la recitaba y decía que en algún momento encontraré a mi dragón. Él cree que soy parte de una estúpida leyenda.

Jungkook me mira y alza una ceja con curiosidad, apoya su espalda contra el tronco.

- ¿Crees que has encontrado a tu dragón? - Pregunta y luego mira sus zapatos. - Me refiero a que sí, uhm, ¿hay alguien que te interese últimamente?

Inconsciente me acerco a él.

- Usted lo sabe, ¿cierto? - Deseo que me mire, pero él no se digna a hacerlo. - Aquella vez que tocó el piano, luego de eso intentó ignorarme lo más que pudo. Usted sabe quién me interesa.

Su mirada rápidamente va a parar en la mía, y mi corazón nunca latió con tanta fuerza.

- Taehyung... No puedes... - Habla en un susurro, como si realmente no quisiera decirlo. Y de repente comienzo a emocionarme.

No me reconozco en este momento, ¿desde cuándo mis sentimientos por mi mentor son así de fuertes?

Tal vez desde el primer momento que lo vi, o cuando lo escuché tocar el piano por primera vez. Tal vez fue cuando no podía evitar observar su sonrisa, o cuando mi pecho comenzó a inflarse de orgullo cuando me hacía un cumplido.

Sólo sé que nunca fui consciente de eso, pero ahora estoy completamente despierto.

- Deberías dejar de pensar tanto.

Siento sus labios sobre los míos, y mis pensamientos dejan de atormentarme durante esos interminables segundos.